Una oleada de violencia sin parangones, que solo el último mes ha dejado a 12 víctimas fatales y ha incluido al menos un atentado explosivo, llevó al gobierno de la nación escandinava a echar mano de los uniformados, con el fin de apoyar a la policía.
El ejército sueco empezará a brindar apoyo a la policía para enfrentar un incremento reciente en el número de asesinatos entre bandas criminales, dijo el Primer Ministro sueco, Ulf Kristersson.
El mandatario informó de que a partir de la próxima semana, el ejército estaría proporcionando a la policía asistencia de análisis y logística, además de manejo de explosivos y trabajo forense.
Kristersson agregó que las leyes necesitaban una actualización para permitir una mayor participación militar en labores de seguridad.
Este septiembre 12 personas han muerto en violencia entre bandas en el país. Es el número más alto desde diciembre de 2019, según el periódico Dagens Nyheter.
Solo el miércoles en la noche, murieron tres personas: dos hombres baleados en Estocolmo, y una mujer -sin relación con el crimen organizado, según la policía- murió en la explosión de un artefacto en su casa a unos 80 kms al norte de la capital.
La mujer, identificada como Soha Saad por medios locales, tenía 24 años y acababa de ser certificada como profesora. Se cree que era vecina del objetivo de la explosión.
Kristersson hizo el anuncio después de sostener conversaciones sobre la crisis el viernes con el jefe del ejército sueco Micael Byden, el jefe de policía Anders Thornberg y el ministro de justicia Gunnar Strommer.
Dijo que el gobierno simplemente le pediría al ejército que ayude a la policía “en casos en los que las habilidades especializadas del ejército puedan ser de ayuda”.
“Esto puede incluir varias cosas: asistencia con explosivos y logística de helicópteros, habilidades de análisis o análisis forense en tecnología”.
El primer ministro agregó que la legislación actual del país debía cambiar para afrontar “las áreas grises en las que no es tan obvio qué tipo de amenaza es a la que se enfrenta Suecia”.
Los medios suecos han conectado el aumento reciente en muertes a un conflicto que tiene que ver con una organización conocida como la red Foxtrot, que está envuelta en luchas internas que la han dividido en dos facciones distintas.
El jueves, Kristersson dijo que Suecia no había visto nada parecido antes, y que “ningún otro país en Europa” estaba experimentando este tipo de situaciones.
Personas inocentes y niños están cada vez más siendo víctimas de la violencia.
El año pasado, más de 60 personas murieron en tiroteos en Suecia -el número más alto del que se tenga registro- y se espera que este año sea igual o peor.
Un reporte oficial del gobierno que se publicó en 2021 señaló que 4 personas de cada millón de habitantes estaban muriendo en tiroteos al año en Suecia, comparado con el 1,6 por millón del resto de Europa.
La policía ha relacionado la violencia a la mala integración de los inmigrantes, un aumento en la brecha entre ricos y pobres, y el uso de drogas.
El gobierno minoritario de centroderecha de Kristersson, que llegó al poder con el apoyo del partido antiinmigración Demócratas Suecos, no ha podido aplacar la violencia.
Ha prometido avanzar con mayor vigilancia, penas más duras por violar las leyes de posesión de armas, poderes de deportación más estrictos y zonas de detención y registros, además de insistir en que “todo está sobre la mesa”.
Algunos críticos argumentan que las medidas han fallado a la hora de enfrentar las causas sociales detrás de la situación, tales como la pobreza infantil y los servicios comunitarios con pocos recursos.
Yaroslav Lukin/BBC News