Se estima que una incursión terrestre masiva en el interior de la Franja de Gaza es inminente, dadas las señales que han emitido las Fuerzas de Defensa de Israel. Al mismo tiempo, la ONU pidió una tregua y la liberación de los rehenes en poder de Hamás.
“En las últimas horas hemos aumentado los ataques en Gaza”, dijo el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Daniel Hagari, quien aseguró que la fuerza aérea “ataca ampliamente objetivos subterráneos e infraestructura terrorista”.
Mientras, las fuerzas en terreno están “ampliando sus operaciones” desde la tarde del viernes, indicó, como una prolongación de la ofensiva que lleva a cabo desde hace casi tres semanas.
Indicaron que se están produciendo “choques violentos” cerca de Beit Hanoun, en el norte de Gaza, y en Bureij, en el centro, sin ofrecer más información.
La BBC no pudo verificar estas afirmaciones e Israel tampoco reveló los detalles de su operación terrestre.
La ofensiva israelí en Gaza ha dejado de momento más de 7.000 muertos, según las autoridades de Gaza, territorio controlado por la organización islamista Hamás desde 2007.
Los bombardeos son una represalia al ataque coordinado que Hamás llevó a cabo sobre territorio de Israel el 7 de octubre, en el que murieron unas 1.400 personas, según las autoridades israelíes, y por el que el grupo tomó a más de 220 rehenes.
Tras anunciar la ampliación de la ofensiva, el portavoz militar israelí reiteró a los residentes del norte de Gaza que se desplacen hacia el sur. Hagari instó a los gazatíes a buscar “condiciones más seguras” tras afirmar que las FDI “persistirán” en sus ataques” contra la Ciudad de Gaza y sus alrededores.
También hizo referencia al hospital Al Shifa, el mayor de Gaza, que alberga a parte de los heridos y refugiados y al que señaló como base de “actividades terroristas”. Israel ya denunció con anterioridad el supuesto uso de este hospital como escudo para túneles subterráneos y centros de mando, acusación que Hamás niega.
Mientras, la empresa palestina de comunicaciones (Paltel) anunció la “interrupción total de todas las comunicaciones y servicios de Internet con la Franja de Gaza por la agresión en curso”. La empresa de monitoreo de internet Netblocks confirmó la caída de la red en este territorio.
La escalada del conflicto producida hoy amenaza con agravar la ya extrema crisis humanitaria que vive Gaza. Gran parte de las infraestructuras de este territorio han quedado destruidas por los bombardeos israelíes.
El suministro eléctrico lleva días cortado y la mayoría de zonas no tiene agua corriente. Cerca de la mitad de los edificios han sufrido daños y unas 20.000 unidades residenciales han sido destruidas o han quedado inhabitables, según Hamás.
Desde Gaza también continuaron los lanzamientos de cohetes hacia Israel. Hamás reivindicó estos ataques, que en su mayoría fueron repelidos por el “Domo de Hierro”, el sistema antimisiles israelí. Algunos, sin embargo, llegaron a impactar contra un edificio residencial y otros lugares dentro de Israel.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció desde el principio de la ofensiva que llevaría a cabo una incursión terrestre, pero no precisó cuándo comenzaría. Netanyahu prometió acabar con Hamás y eliminar a los líderes y planificadores del ataque del 7 de octubre.
Su ejército desplegó decenas de miles de soldados, con tanques y artillería, a lo largo de la valla perimetral del territorio. Además, activó a unos 300.000 reservistas para unirse a sus fuerzas permanentes de 160.000 efectivos.
Por parte de Hamás, se estima que las Brigadas Izzedine al-Qassam, el ala militar de la organización, cuentan con unos 25.000 combatientes. Hamás reveló en ocasiones anteriores que cuenta con unos 500 kilómetros de túneles bajo el suelo de Gaza, una de sus bazas en caso de enfrentamiento en el terreno.
Muchos de ellos tienen entradas ocultas dentro de casas, mezquitas, escuelas y otros edificios públicos.
La Asamblea General de la ONU aprobó, con una amplia mayoría, una resolución para pedir una tregua humanitaria inmediata en Gaza.
Presentada por Jordania en nombre de un grupo de países árabes, la resolución también condena todos los actos de violencia contra civiles palestinos e israelíes, y en específico los “ataques terroristas e indiscriminados”.
Además, pide ayuda y protección sin trabas para los civiles. El texto fue adoptado tras aprobarse con 120 votos a favor, 14 en contra y 45 abstenciones. Las resoluciones de la Asamblea General no son jurídicamente vinculantes y solo tienen una autoridad moral que deriva de la composición del organismo, integrado por 193 países.
Poco antes de adoptarse la resolución, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, aseguraba que el conflicto está ante “la hora de la verdad”.
“Repito mi llamado a una cese el fuego humanitario en Medio Oriente, la liberación incondicional de todos los rehenes y el suministro de ayuda para salvar vidas en la escala necesaria. Todos deben asumir sus responsabilidades. Esta es la hora de la verdad. La historia nos juzgará a todos”, escribió Guterres en X (antes Twitter).
Estados Unidos, por su parte, no quiso pronunciarse específicamente sobre la intensificación del conflicto este viernes. “No vamos a adquirir el hábito de intervenir desde fuera sobre lo que están tratando de hacer en el terreno”, dijo el portavoz del Pentágono, John Kirby.
Afirmó que Estados Unidos seguirá apoyando la capacidad militar de Israel y que ha preguntado a su aliado sobre su plan de guerra contra Hamás sin trazar líneas rojas.
La portavoz adjunta del Pentágono, Sabrina Singh, explicó a la BBC que Washington está “concentrado” en garantizar que Israel cuente con asistencia de seguridad, en tratar de llevar más ayuda humanitaria a Gaza y en evitar que la guerra se extienda a un conflicto más amplio.
“Nuestra mayor prioridad es asegurarnos de que nuestros soldados estén protegidos en la región”, apuntó.