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La Iglesia católica argentina no contará con el aporte estatal que han recibido hace más de cuarenta años.
El país trasandino desde el 1 de enero la Iglesia católica de Argentina dejará de recibir aportes del Estado argentino para pagar los sueldos mensuales a los obispos, según lo anunció Conferencia Episcopal mediante un comunicado en redes sociales.
Manuel Andoni, portavoz presidencial de Javier Milei, anunció en conferencia de prensa que la Iglesia Católica dejará de recibir la asignación pública cercana a los 55.000 dólares al mes. “Esto coincide con los lineamientos de este Gobierno: la austeridad de gasto y la defensa de la libertad de culto. Entendemos que el Estado no tiene por qué dar un tratamiento desigual a una religión o culto sobre otra”, comentó Adorni.
Esta ayuda se aplicaba en virtud de lo establecido en el artículo 2º de la Constitución de la Nación Argentina, por la cual “el Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano”. Esta ayuda había suscitado críticas por tratarse provenir de un Estado no confesional y, además, porque había sido posible gracias a una ley de la última dictadura militar.
Hace más de cinco años, la Conferencia Episcopal Argentina se reunió con el Gobierno del entonces presidente Mauricio Macri (2015-2019), en medio de un clima político que reclamaba la separación entre la Iglesia y el Estado.
El proceso de renuncia a estos montos estatales comenzó con la discusión por la legalización del aborto en que se alzaron voces pidiendo la “separación” entre la Iglesia y el Estado. Desde ese instante puso en marcha un plan de autofinanciamiento, de acuerdo con el reporte del diario bonaerense Clarín.
Las partes acordaron que la medida entraría en vigor al finalizar la Administración de Alberto Fernández (2019-2023)
