Al tiempo que Estados Unidos enfrenta una devastadora crisis de muertes por sobredosis de drogas sintéticas procedentes de México, la cooperación antinarcóticos de ambos gobiernos permanece sujeta con alfileres.
La cooperación con México en la contención de flujos irregulares de migrantesa Estados Unidos es un tema decisivo en un año electoral en ambos países. El presidente estadounidense, Joe Biden, ha debido tolerar lo que expertos consideran una inadecuada cooperación en materia antinarcóticos por parte del Gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
“Desafortunadamente, en momentos en que Estados Unidos está enfrentando una epidemia de drogas extraordinariamente letal, la cooperación más amplia con México no existe”, afirma a DW Vanda Felbab-Brown, investigadora experta en crimen internacional en la Brookings Institution en Washington. El Departamento de Estado no respondió a preguntas de DW sobre esa cooperación.
La reciente publicación en la prensa internacionalde que autoridades estadounidenses habrían examinado indicios no corroborados de dinero del narcotráfico en las campañas presidenciales de López Obrador en 2006 y 2018 tensaron aún más el ambiente, con el mandatario mexicano denunciando injerencia indebida de EE.UU.
Para apaciguar la furia del presidente mexicano, que considera las publicaciones como difamatorias, y poder contar así con su ayuda en la contención migratoria, la Casa Blanca y el embajador de Estados Unidos en México han debido salir a negar toda pesquisa. “No hay ninguna investigación sobre el presidente López Obrador. El Departamento de Justicia tiene la responsabilidad de revisar cualquier acusación”, dijo a DW un vocero del Ministerio de Justicia de EE.UU. a la pregunta si existía alguna investigación activa relacionando al mandatario con dinero del narcotráfico.
Pero, para los expertos, las filtraciones a la prensa internacional sobre investigaciones pasadas sobre presunto dinero del narcotráfico en la campaña de López Obrador son evidencia del malestar en círculos de las agencias antinarcóticos de EE.UU. por la cancelación de innovadores mecanismos de cooperación establecidos en 2007.
“En gran medida, el presidente López Obrador es artífice de ello”, dijo a DW Arturo Sarukhan, embajador de México en Estados Unidos entre 2006 y 2012 y hoy consultor internacional con sede en Washington. “[Esto] al eviscerar la cooperación con Estados Unidos y al descartar la camisa de fuerza, el corralito, de los mecanismos formales de coordinación, cooperación e intercambio de información bilaterales existentes desde 2007”, dijo Sarukhan sobre la polémica.
Según datos de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos (CDC), el país registró más de 110 mil muertes por sobredosis de drogas, de las que 71 mil están asociadas directamente a opioides sintéticos, principalmente fentanilo contrabandeado desde México por la frontera.
Desde al menos 2019, y según la Administración para el Control de Drogas de EE.UU. (DEA), son dos grupos del crimen organizado mexicano -el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)- los principales productores de fentanilo ilegal que llega al país.
Pero justo en el momento en que los grupos del crimen organizado mexicano incorporaron el fentanilo a la lista de drogas que traficaban -como metanfetaminas, cocaína y heroína-, el arresto en 2020 en Estados Unidos del exministro de Defensa mexicano, Salvador Cienfuegos, provocó una grave crisis.
Tras conocerse la detención de Cienfuegos en el aeropuerto de Los Ángeles bajo acusaciones de narcotráfico, López Obrador logró que el Gobierno de Donald Trump lo devolviera a México al condicionar cualquier colaboración en materia de seguridad y migratoria, algo de sumo interés para Estados Unidos. Tras el episodio, la coalición de López Obrador en el Congreso mexicano avaló una ley que restringió drásticamente la operación de la DEA en territorio mexicano, separándolos de operativos mexicanos y cancelando un espacio para una aeronave en el aeropuerto de la Ciudad de México.
Luego de más de dos años de graves tensiones cercanas a la ruptura, los Gobiernos de Estados Unidos y México lanzaron en 2021 un plan bautizado como Entendimiento Bicentenario para coordinar esfuerzos antinarcóticos. Pero los expertos consideran que la cooperación es precaria ante resistencias de México. “El Gobierno mexicano hace algunas inspecciones de la carga en la frontera. Ocasionalmente, usa la inteligencia de Estados Unidos para atacar objetivos particularmente valiosos…Pero en un conjunto más amplio hay enormes lagunas y una continua negación por parte del Gobierno mexicano”, afirma la experta Felbab-Brown.
Datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) muestran que las incautaciones de fentanilo en la frontera con México -traficado principalmente en vehículos- pasaron de 6,3 toneladas en el año fiscal 2022, a 12,1 toneladas en el año fiscal 2023, lo que mostraría un mayor contrabando también.
Tal como ocurriera en 2016 cuando la Unión Europea firmó un pacto con el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan en Turquía para contener la migración desde Medio Oriente, el presidente López Obrador ha encontrado en los históricos niveles de migración irregular hacia EE.UU. a través de México un arma de negociación. Empujados por distintas crisis económicas, climáticas y de inseguridad, millones de personas han emprendido una migración histórica desde países como Venezuela y Cuba, buscando llegar a EE.UU. a través de México. Las cifras muestran un récord de 2,5 millones de cruces irregulares en el año fiscal 2023.
Ante el tamaño del reto, la relación bilateral de EE.UU. con México tiene en la contención migratoria la piedra angular a la que, de acuerdo con los expertos, se supeditan otras áreas de política como los derechos humanos y la democracia, donde también entra la cooperación antinarcóticos.
“Obligado a buscar el apoyo de López Obrador para mitigar, por razones político-electorales, la migración a través de territorio mexicano, Washington ha tenido que evitar a toda costa diferendos, tensiones o conflictos frontales con el presidente mexicano”, dijo Sarukhan. Algo que bautizó como la Trampa Erdogan. Esto se aplica “particularmente con respecto -al igual que en el caso de Europa con Erdogan- a la erosión democrática y de pesos y contrapesos de toda democracia liberal, así como al asalto frontal a críticos y medios de comunicación”, dijo Sarukhan, refiriéndose a la estrategia de apaciguamiento de Biden ante López Obrador.
Las muertes por sobredosis de drogas en Estados Unidos se han estabilizado en alrededor de 110 mil en 2023, según las más recientes estimaciones oficiales. Sin embargo, por la ausencia de una política de seguridad efectiva, las organizaciones criminales en México no dejarán de estar en el ojo de Washington. “Los cárteles están influyendo profundamente en las elecciones mexicanas, apoderándose de partes cada vez más grandes del país, dictaminando la vida diaria de un número cada vez mayor de mexicanos y apoderándose de economías legales”, dijo Felbab-Brown. “Los narcos se están comiendo vivo a México.”