El fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab dijo que María Corina Machado, Leopoldo López y Lester Toledo realizaron un ataque desde Macedonia del Norte.
Tal como estaba planificado desde este domingo, el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, acusó este lunes a tres dirigentes opositores, entre ellos María Corina Machado y Leopoldo López, de estar detrás del supuesto ataque informático contra el Consejo Nacional Electoral (CNE) que, según el chavismo, retrasó la lectura de los resultados oficiales que dieron por ganador a Nicolás Maduro.
En un punto de prensa, el persecutor ligado al chavismo aseguró que este ataque al sistema de transmisión de datos del ente electoral “habría sido realizado desde Macedonia del Norte y habría tenido la intención de manipular los datos que se estaban recibiendo en el CNE”.
“Afortunadamente esta acción fue detenida, fue evitada, sin embargo lograron pausar, ralentizar unas horas más la lectura del boletín final de los resultados que por su porcentaje numérico eran irreversibles”, aseguró Saab.
Según el fiscal, los perpetradores del ataque “querían adulterar, desde este sitio que menciono, las propias actas de votación del sistema automatizado”.
En esa línea, el titular del Ministerio Público venezolano sindicó como líder de esta acción al dirigente opositor exiliado Lester Toledo, “tristemente célebre, recordado y repudiado en este país y hoy prófugo de la justicia”.
🇻🇪 | URGENTE: El Fiscal General de la dictadura venezolana, Tarek William Saab, anuncia el inicio de una investigación criminal contra Maria Corina Machado. La acusan de “coordinar un ataque al CNE desde Macedonia del Norte”. Sí, parece broma.
Van a intentar meterla presa. pic.twitter.com/0ULOyKygRq
— Agustín Antonetti (@agusantonetti) July 29, 2024
Recordemos que este fiscal provocó una nota de protesta desde Chile, tras deslizar que el crimen contra el exteniente Ronald Ojeda ―opositor al Gobierno de Nicolás Maduro y refugiado político en Chile, donde fue secuestrado y asesinado en febrero― se trató de una “operación de falsa bandera” tramada por cuerpos de inteligencia chilenos y extranjeros con “intereses espurios”.