Cientos de seguidores de Evo Morales bloquearon este martes 15 de octubre las principales vías de conexión del departamento de Cochabamba, centro de Bolivia, en el segundo día de protestas contra el probable arresto del expresidente por el presunto abuso de una menor durante su mandato.
A Evo Morales se le investiga por estupro, trata y tráfico de personas. Según la fiscalía de Tarija, Morales tuvo una relación en 2015 con una joven que tenía 15 años y un año después nació una niña de ambos.
El expresidente boliviano tilda el caso de una mentira más en su contra y recuerda que esta misma causa fue investigada y archivada por la justicia en 2020.
Según Morales, el Gobierno de Luis Arce, su ex aliado y hoy rival político, reactivó el caso para impedirle que concurra a las presidenciales de 2025.
“Es otra de las acciones impulsadas por el Gobierno para dañar la imagen de Evo Morales, que ya está mellada. En caso de que haya una sentencia ejecutoria en su contra, él no podría ser candidato a la presidencia. También está en riesgo la vigencia de la personería jurídica del partido, el Movimiento al Socialismo, MAS. Evo Morales, por su parte, insiste en ser candidato único del MAS”, analiza para RFI el sociólogo y politólogo Fernando Mayorga.
El expresidente boliviano rechazó el jueves pasado comparecer a la citación del Ministerio Público. Ante su negativa, la fiscal del caso advirtió que podría emitir una orden de arresto contra el exmandatario. Evo Morales escogió la acción directa mediante un bloqueo de caminos.
“El ex presidente tiene una defensa del tema que, en realidad, es evitarlo. Le ha solicitado a su abogado anular el caso y no se ha presentado a declarar”, dice Mayorga, quien considera que lo más conveniente sería “aclarar el asunto públicamente”.
Según el profesor de la Universidad Pública de Cochabamba, Morales refuerza “su liderazgo en el núcleo más duro del MAS”, con una marcha “exitosa para él como la realizada hace un par de semanas”. No obstante, el experto considera que tanto Morales como Luis Arce están perdiendo en términos de opinión pública. “El MAS como partido está teniendo enorme descrédito”.
Las bases que apoyan a Evo Morales en las calles no esgrimen reivindicaciones que conciernan a amplios sectores, puntualiza Mayorga. Pero, tampoco se trata de una defensa ciega del líder ante su llamado, insiste.
El profesor explica que la defensa a Evo Morales es, sobre todo, corporativa o gremial. Se trata, en sintesis, de una lucha sindical. “Evo Morales no es como los otros líderes de izquierda de América latina, Chavez, Correa, etc. El nace del mundo sindical. Y existe un grado de control de mandato sindical que le pone límites al ejercicio de su liderazgo”, explica.
El experto recuerda que Morales es el dirigente principal de los sindicatos de productores de coca y que desde 1989 es presidente de la coordinadora de las seis federaciones de trabajadores cocaleros.
“Por eso, la defensa popular en las calles no es solo en torno a la figura de Evo Morales, sino que se trata de una defensa corporativa porque, en la medida que a su principal dirigente, que además ha sido presidente, le hacen una acción judicial o lo encarcelan, se pone vulnerable todo el sector”. Sin embargo, “esta defensa corporativa, si bien cohesiona a la base social, no genera simpatía en la opinión pública”, concluye Fernando Mayorga.