Cuba inició el proceso de recuperación tras un apagón nacional que dejó al país sin electricidad. El colapso fue causado por la desconexión de su principal termoeléctrica, en medio de una crisis energética agravada por la falta de combustible y plantas obsoletas.
El Ministerio de Energía y Minas (Minem) de Cuba anunció este viernes que ya ha iniciado de forma “incipiente” el proceso de “reenergización” y “arranque” en varios puntos del país para tratar de reiniciar el sistema eléctrico nacional tras el apagón nacional registrado esta mañana.
El director general de Electricidad del Minem, Lázaro Guerra, explicó en la televisión estatal que estas operaciones deben realizarse de forma gradual: “es un proceso que hay que hacerlo con calma”.
El funcionario reiteró que “habrá horas sin servicio (eléctrico), la restauración será paulatina y se realiza cumpliendo los protocolos para hacerlo de manera segura”.
Guerra indicó que la estrategia que siguen es intentar dar energía a las centrales termoeléctricas terrestres (CTE) disponibles a través de la generación distribuida y que se reconecten a la red eléctrica nacional, tras la caída “total” del sistema eléctrico.
El sistema eléctrico nacional (SEN) de Cuba está desconectado desde las 11:07 hora local (15:07 GMT) y las autoridades han reconocido que hay “cero cobertura energética nacional” por la salida de la red de la CTE Antonio Guiteras, la más importante del país.
Esta termoeléctrica, según informó la propia Unión Eléctrica (UNE), precisaba ya un mantenimiento de algunos días después de estar operativa todo el verano, y contar con más de cuatro décadas de actividad.
En septiembre de 2022 se produjo una situación similar de “cero producción” tras el paso del huracán Ian con categoría tres por el extremo occidental de la isla. Esto provocó un desajuste de graves dimensiones y dejó a oscuras a todo el país. La recuperación llevó días.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, aseguró por su parte que “la dirección del país” está dedicando “absoluta prioridad a la atención y solución de esta contingencia energética de alta sensibilidad para la nación” y subrayó que “no habrá descanso” hasta que se reestablezca el flujo eléctrico en el país.
Cuba se encuentra inmersa en una grave crisis energética por el déficit de combustible -fruto de la falta de divisas para importarlo- para sus motores y plantas generadores, y de la obsolescencia de sus siete centrales termoeléctricas, de factura soviética y con falta de inversiones y mantenimientos.
Para este viernes la UNE preveía que, en el momento de máxima demanda, se produjese un apagón que afectaría de forma simultánea al 49 % del país.
Se trata del segundo mayor porcentaje de afectación previsto en lo que va de año, después de que este jueves se marcase el máximo de cerca de un 51 %. A principios de año ya se registraron tasas superiores al 40 %.
El primer ministro cubano, Manuel Marrero, compareció este jueves de forma inusual en televisión para hablar de la actual “emergencia nacional” y anunció medidas como la paralización de toda actividad laboral estatal no indispensable, como hospitales y centros de producción de alimentos.
Los frecuentes apagones dañan la economía cubana- que en 2023 se contrajo un 1,9 % y se encuentra aún por debajo de los niveles de 2019- e impulsan el descontento social en una sociedad afectada por la crisis económica agravada en los últimos años.
Los frecuentes apagones han sido además catalizadores de las últimas protestas antigubernamentales de cierta entidad en la isla, incluidas las del 11 de julio de 2021 -las mayores en décadas-, y las del pasado 17 de marzo en Santiago de Cuba (este) y otras localidades.