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Marco Rubio, el senador preocupado por Hezbolá en Chile, nombrado al frente de la diplomacia de EEUU MUNDO Créditos: EFE

Marco Rubio, el senador preocupado por Hezbolá en Chile, nombrado al frente de la diplomacia de EEUU

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“Será un firme defensor de la nación”, dijo Donald Trump. Una vez el Senado haya ratificado su nombramiento, el republicano de origen cubano, se convertirá en el primer hispano en dirigir el Departamento de Estado. Rubio ha hecho una serie de declaraciones acerca de la presencia de Hezbolá en Chile.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
Marco Rubio, senador republicano de origen cubano, será el próximo secretario de Estado de EE. UU., convirtiéndose en el primer hispano en ocupar este cargo. Conocido por su postura de línea dura en política exterior, especialmente respecto a China, Irán y América Latina, Rubio ha sido un crítico del presidente chileno Gabriel Boric y su postura hacia Israel. Su nombramiento representa un guiño a los votantes latinos, un electorado clave que apoyó a Donald Trump en las últimas elecciones. Rubio, de 53 años, tiene una sólida imagen de político conservador y defensor de valores tradicionales.
Desarrollado por El Mostrador

Tras una fulgurante carrera en la que llegó a desafiar a Donald Trump por la nominación republicana a la Casa Blanca en 2016, el senador de origen cubano Marco Rubio será el próximo secretario de Estado de la Casa Blanca, convirtiéndose en el primer hispano al frente de la diplomacia estadounidense.

“Marco es un líder muy respetado y una voz muy poderosa en pro de la libertad. Será un firme defensor de nuestra nación”, expresó el presidente electo, Donald Trump, en un comunicado, confirmando que entregará la cartera del Departamento de Estado a Rubio.

El senador es considerado un “halcón de línea dura” en política exterior y gran conocedor de temas internacionales, especialmente de Latinoamérica. De hecho, tiene una mirada crítica sobre la “voz anti-israel” que ha manifestado el Presidente Gabriel Boric.

“Mi pregunta es si los chilenos tienen a Hezbolá como una prioridad”

Tal como informó El Mostrador en abril de este año, Marco Rubio hizo una serie de declaraciones acerca de la presencia de Hezbolá en Chile, en una sesión del subcomité de relaciones exteriores en el hemisferio occidental, justo un día después de que se conociera un fallo judicial en el cual se ratificó la actuación de dicho grupo terrorista en los atentados con bomba cometidos en 1992 y 1994 en Buenos Aires, en los cuales, según la justicia argentina, estuvieron implicados iraníes de Hezbolá con estrechos vínculos en Chile.

En dicho contexto, Rubio señaló (aquí se pueden leer sus declaraciones, en inglés) que “una de las cosas a las que pienso que no hemos puesto suficiente atención es a la presencia de Hezbolá en nuestro hemisferio”, en referencia al “Partido de dios”, una milicia chiíta con una fuerte presencia en Irán y en El Líbano, y que posee fuertes vínculos con el régimen venezolano, desde la época de Hugo Chávez, de la mano de una creciente influencia iraní en el continente.

Al respecto, el senador señaló que -algo que es conocido desde hace varios años- Hezbolá opera en la triple frontera (entre Paraguay, Argentina y Brasil), agregando que “un lugar donde ha estado por un tiempo es Chile”, y añadiendo, en una evidente referencia al Tren de Aragua, que “hemos visto múltiples instancias en que estas TCOs se asocian con organizaciones terroristas en nuestro continente. Colombia ha tenido esta situación. Paraguay ha tenido ese problema, pero Chile lo tiene en particular y esto me preocupa, porque bajo el presidente Gabriel Boric, los chilenos han tenido una retórica muy dura acerca de Israel”.

Rubio calificó a Chile como “una de las voces anti-israel líderes en América Latina, incluso antes del 17 de octubre”, en referencia a la invasión efectuada por Hamás contra territorio israelí, origen de la cruenta guerra que se libra actualmente en Gaza. Según el parlamentario, “creo que hay razones para estar preocupados en orden a que ellos no estén haciendo lo suficiente por desmantelar esas redes financieras desde el lado chileno, pese a nuestras sanciones y otras contra Hezbolá”.

Aunque en el listado de sanciones emitidas en septiembre del año pasado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos no figura ninguna compañía constituida en Chile, sí hay dos de ellas con domicilio en América Latina: BCI Technologies C.A., ubicada en la ciudad de Valencia (Venezuela) y Zanjas SAS, en Barranquilla, Colombia. En 2002, sin embargo, sí entró a dicho listado una empresa constituida en Iquique, Saleh Trading Ltda, que es probablemente a lo que se refería Rubio.

El legislador agregó que si bien no le importaban los asuntos internos de Chile, “mi pregunta es si los chilenos tienen a Hezbolá como una prioridad. ¿Son ellos un gobierno dispuesto a cooperar cuando llegue el momento de confrontar a Hezbolá y las compañías manejadas por Hezbolá en su país?”

Este senador de Florida, vicepresidente del Comité de Inteligencia de la Cámara Alta, estuvo en las quinas como posible compañero de fórmula de Donald Trump para la Vicepresidencia, antes de que este se decantara finalmente por J.D. Vance.

Línea dura en política exterior

Rubio fue elegido por primera vez para el Senado en 2010, donde ha mantenido una postura de línea dura en política exterior, especialmente con China e Irán, y partidario de las sanciones a Venezuela, Cuba y Nicaragua.

Rubio condenó con vehemencia la invasión rusa de Ucrania de 2022, pero en abril pasado, en consonancia con Trump, votó en contra de enviar nuevo armamento para Kiev.

Desde el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, ejerció además una notable influencia en la política hacia Latinoamérica durante el primer mandato de Trump (2017-2021).

“¡Es un mal día para ser dictador en América Latina!”, publicó en redes sociales la congresista republicana María Elvira Salazar al conocerse el nombramiento de Rubio.

Pero algunos miembros del círculo más cercano de Trump ven con recelo la figura de Rubio, pues consideran que su perfil de ‘halcón’ contrasta con la política aislacionista de ‘Estados Unidos primero’ que promueve Trump.

De demostrada oratoria y carisma, Rubio ha sabido forjarse una sólida imagen de político conservador y nadar en las turbulentas aguas republicanas, hasta convertirse en el primer hispano clave dentro del partido.

Hijo de inmigrantes cubanos nacido en Miami, hombre de familia y fe católica, está en contra del matrimonio homosexual y del aborto, se opone a las medidas de alivio migratorio y propone volver a una política exterior dura.

Graduado ‘cum laude’ en Derecho por la Universidad de Miami (UM), está casado con la estadounidense de origen colombiano Jeanette Dousdebes, que fue animadora siendo estudiante de los Miami Dolphins, con la que tiene cuatro hijos: Amanda, Daniella, Anthony y Dominic.

Un guiño a los votantes hispanos

Una vez el Senado haya ratificado su nombramiento, Rubio, de 53 años, se convertirá en el primer hispano en dirigir el Departamento de Estado.

Su elección es además un guiño por parte de Trump a los votantes latinos, un electorado que dio un giro hacia el republicano en las elecciones presidenciales de la semana pasada que le permitió alcanzar un avance histórico.

El 55 % de los hombres hispanos que votaron lo hicieron a favor de Trump, frente al 38 % de mujeres, según American Enterprise Institute, un resultado crucial para el expresidente en la comunidad latina, que históricamente ha votado demócrata.

Rubio ganó popularidad a nivel nacional en 2016 cuando intentó hacerse con la nominación presidencial republicana en unas primarias en las que finalmente resultó elegido Donald Trump, quien posteriormente ganó las elecciones.

Durante esas primarias, Trump lo menospreció llamándolo ‘Pequeño Marco’, y Rubio respondió con ataques mordaces, aunque tras abandonar la carrera, el senador se mostró muy leal al magnate neoyorquino y tuvo una presencia destacada en su campaña de este año.

Rubio fue invitado a varios mítines de Trump para atraer el voto hispano y apagar el fuego desatado cuando un humorista calificó a Puerto Rico de “isla de basura” durante un evento del republicano.

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