Aunque el mandatario estadounidense se encuentra en Lima para participar en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), su asesor de seguridad nacional anticipó que sostendrá reuniones sobre las crecientes preocupaciones por la asociación militar de Corea del Norte con Rusia.
Joe Biden aprovecha sus últimas visitas oficiales para abordar con sus homólogos las preocupaciones en materia de seguridad, antes de abandonar el Gobierno y el retorno a la Casa Blanca de Donald Trump, que dista de las posiciones de la Administración saliente.
En el marco de la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), en Perú, Biden planteará en reuniones privadas con otros líderes sus preocupaciones sobre el traslado de soldados norcoreanos a Rusia– que combatirían en la guerra contra Ucrania-, señaló su asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan.
Sullivan aseguró a los periodistas que viajaban el jueves con Biden a Perú, que el mandatario estadounidense sostendrá reuniones privadas con el presidente chino, Xi Jinping, y sus homólogos de Japón, Corea del Sur y Brasil. Encuentros de los que espera un “conjunto coordinado de decisiones políticas” en respuesta a la alerta que ha suscitado Pyongyang.
¡Es un honor dar la bienvenida al presidente Biden @POTUS a Perú para la cumbre APEC! 🇺🇸🤝🇵🇪 Este encuentro representa una gran oportunidad para fortalecer la cooperación económica, la sostenibilidad y la prosperidad compartida entre nuestras naciones y la región Asia-Pacífico.… pic.twitter.com/uHgM2TaQZ8
— Stephanie Syptak-Ramnath (@USAmbPeru) November 15, 2024
Además, los líderes de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur se encuentran trabajando para institucionalizar los lazos trilaterales, como una “característica duradera de la política estadounidense”, por lo que los tres países establecerían una secretaría para la agrupación, agregó Sullivan.
En la primera línea de las acciones entre Corea del Norte y Rusia que han elevado las alertas se encuentra el despliegue de miles de tropas de Pyongyang para ayudar a Moscú a intentar recuperar territorio en la región fronteriza de Kursk, donde Ucrania lanzó una importante ofensiva el pasado agosto, tras más de dos años de la invasión del Kremlin.
Pero además, ellíder norcoreano, Kim Jong-Un, ordenó una serie de pruebas de misiles balísticos en el período previo a las elecciones estadounidenses, del pasado 5 de noviembre, y afirma que hay avances en los esfuerzos para desarrollar la capacidad de atacar el territorio continental de Estados Unidos
Los funcionarios de la Casa Blanca están preocupados de que Pyongyang pueda ser llamado a acciones más provocativas antes de la investidura del presidente electo Donald Trump y los primeros días de su Administración.
“No creo que podamos contar con un período de calma con Corea del Norte (…) La posibilidad de una séptima prueba nuclear sigue estando presente y es algo a lo que estamos atentos. Las transiciones han sido históricamente períodos en los que la RPDC ha tomado acciones provocativas tanto antes como después de la transición de un presidente a un nuevo presidente”, señaló el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
La introducción de tropas norcoreanas en el conflicto entre Rusia y Ucrania se produce en un momento en que Moscú ha visto un cambio favorable en el impulso de la guerra agotadora contra su vecino país. Trump ha señalado que podría presionar a Ucrania para que acepte ceder parte del territorio confiscado por Rusia para poner fin al conflicto.
Según las evaluaciones de inteligencia de Estados Unidos, Corea del Sur y Ucrania, Corea del Norte ha enviado hasta 12.000 tropas a Rusia.
Los funcionarios de inteligencia de Washington y Seúl aseguran que Corea del Norte también ha proporcionado a Rusia cantidades significativas de municiones. La agencia de espionaje de Corea del Sur señaló el mes pasado que Pyongyang envió más de 13.000 contenedores de artillería, misiles y otras armas convencionales a Rusia desde agosto de 2023 para reponer sus menguantes reservas de armas.
Sullivan afirmó que los líderes de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur utilizarían su reunión para hablar sobre los soldados norcoreanos en Rusia y asegurarse de que sus tres países estén actuando de “manera coordinada”.
La reunión de este viernes será el primer encuentro cara a cara entre Biden e Ishiba, quien asumió el cargo el 1 de octubre, en reemplazo de su impopular predecesor Fumio Kishida.
Ishiba se comprometió a seguir un plan de desarrollo militar en el marco de una estrategia de seguridad para 2022, adoptada por su predecesor, que exige una capacidad de contraataque con misiles de crucero de largo alcance, una ruptura con su principio de autodefensa únicamente. Ishiba aseveró que buscará mejorar la cooperación entre las tropas japonesas y estadounidenses.
Las conversaciones trilaterales son una continuación de una asociación lanzada en una reunión histórica de 2023 entre Biden, Yoon y Kishida en el retiro presidencial estadounidense en Camp David, Maryland.
Biden instó a Japón y Corea del Sur a dejar de lado años de animosidad histórica y fortalecer los lazos económicos y de seguridad mientras los países enfrentan la amenaza de Corea del Norte y la creciente asertividad militar de China en el Pacífico.
Los tres países firmaron un compromiso en el que acuerdan consultar, compartir información y alinear sus mensajes entre sí ante una amenaza o crisis.
Sullivan sostuvo que la Administración Biden está trabajando para garantizar que la cooperación entre las tres naciones sea “una característica duradera de la política estadounidense”. Espera que continúe bajo Trump, destacando su apoyo bipartidista, pero reconoció que depende del equipo del presidente entrante.
Tanto Yoon, como Ishiba, ya se han comunicado con Trump y su objetivo es mantener las relaciones de sus países con la Administración entrante sobre una base firme en medio de las crecientes tensiones.
Corea del Norte disparó una andanada de misiles balísticos de corto alcance al mar apenas horas antes del día de las elecciones en Estados Unidos.
Esos lanzamientos se produjeron días después de que Kim supervisara una prueba de vuelo del misil balístico intercontinental más nuevo del país, diseñado para alcanzar el territorio continental estadounidense. En respuesta, Estados Unidos hizo volar un bombardero B-1B de largo alcance en un ejercicio trilateral con Corea del Sur y Japón el domingo en una demostración de fuerza.