En Francia, el destino del primer ministro parece estar sellado: es probable que Michel Barnier esté viviendo sus últimas horas en Matignon. Ahora es Emmanuel Macron quien tendrá que tomar el relevo y encontrar un sucesor para el que solo habrá permanecido en el cargo durante 90 días.
El primer ministro francés probablemente esté viviendo sus últimas horas. A partir del miércoles a las 16 horas se examinarán en la Asamblea Nacional dos mociones de censura contra el Gobierno de Michel Barnier, una presentada por el izquierdista Nuevo Frente Popular (NFP), la otra por la ultraderechista Agrupación Nacional, que también apoya la del NFP.
Este lunes, Barnier activó por primera vez el artículo 49.3 de la Constitución para aprobar el presupuesto de la Seguridad Social, sin necesidad de voto. Una decisión que debería llevarle a caer esta semana.
Emmanuel Macron todavía estaba en el avión a Arabia Saudita, donde debía realizar una visita de Estado de tres días, cuando se conoció la noticia. Para Emmanuel Macron, que había tardado casi dos meses en elegir a Barnier con la esperanza de garantizar una cierta estabilidad, esto significaría volver al punto de partida, pero esta vez en circunstancias de extrema urgencia presupuestaria.
Las consecuencias de la caída del gobierno podrían ser graves, según el bando presidencial. Este martes por la mañana, en la televisión pública France 2, el ministro de Economía, Antoine Armand, dijo: “Hemos hecho todo lo posible para que las fuerzas políticas del Parlamento nos apoyen o no censuren este presupuesto. Porque no es el presupuesto el que se censura, no es el gobierno el que está censurado detrás, es el país el que se está poniendo en peligro, es el país el que se está perjudicando”, dijo.
Surgen varias preguntas, empezando por: ¿quién sustituirá a Michel Barnier? ¿Nombrará Emmanuel Macron a una personalidad de izquierdas? “No sé cuál es el siguiente paso”, nos dice el diputado Eric Woerth, “se puede tener el nombramiento de un nuevo gobierno con bastante rapidez; podría ser Michel Barnier, por cierto”.
No se necesita un gobierno técnico, pero ¿por qué no una coalición que reúna al centro, a la derecha y a parte de la izquierda? Es la posición de Philippe Vigier, del Modem (centro), quien pregunta: “¿Están todas las fuerzas del arco republicano listas para ir al gobierno? “.
Por el lado de Agrupación Nacional, creen que no hay que temer al caos y mantienen la presión sobre el Ejecutivo. “Habrá un gobierno en los próximos días que [empezará] desde una copia en blanco, y tendremos un presupuesto en las próximas semanas si el Gobierno escucha las líneas rojas”, aseguran.
Los Insumisos (LFI, izquierda radical), que desde el principio querían la salida de Michel Barnier, tienen un programa preparado para el presidente, como explica Eric Coquerel: “Tiene dos soluciones. El primero es un gobierno del Nuevo Frente Popular, de lo contrario le presión pesará sobre él. ¡La renuncia de Emmanuel Macron es totalmente creíble!”
Institucionalmente, Macron es quien se encarga de nombrar a un sucesor de Michel Barnier si se aprueba la moción de censura. Pero esta situación de crisis política también lo coloca en el punto de mira de la oposición, que lo acusa de ser el responsable de la inestabilidad y ya pide su renuncia.
Al nombrar a Michel Barnier, Emmanuel Macron esperaba estabilidad. Salvo un giro de los acontecimientos, es una apuesta fallida. Como un boomerang, su decisión de disolver la Asamblea sigue poniéndolo en el banquillo de los acusados, pero para un ministro de Michel Barnier, la dimisión del presidente “no haría más que agravar el lío”.