Hasta el último momento, el primer ministro, Michel Barnier, trató de obtener apoyos para mantenerse en el cargo, pero la extrema derecha de Le Pen le dio la espalda y los socialistas no escucharon sus llamamientos.
Los diputados de izquierda y de ultraderecha tumbaron este miércoles al gobierno del primer ministro francés, Michel Barnier, entre llamados a la dimisión del presidente Emmanuel Macron en plena crisis política en la segunda economía de la Unión Europea.
Por 331 votos a favor, por encima de la mayoría absoluta de 288, la Asamblea Nacional (cámara baja) puso fin a los menos de 100 días de gobierno de Barnier, rechazando a su vez sus presupuestos para 2025.
Aunque la censura no afecta al presidente centroderechista, cuyo mandato termina en 2027, lo debilita mucho más, máxime cuando decidió en septiembre nombrar a Barnier como primer ministro en nombre de la “estabilidad”.
“Hoy votamos la censura de su gobierno, pero sobre todo marcamos el fin de un mandato: el del presidente”, estimó el diputado Éric Coquerel, al defender la moción de censura de la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP).
Sin pedir directamente su dimisión, la líder del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN), Marine Le Pen, llamó a Macron, con quien se disputó la presidencia en 2017 y 2022, a pensar si puede continuar en el cargo.
“Corresponde a su conciencia decidir si puede sacrificar la acción pública y el destino de Francia a su orgullo. Corresponde a su razón decidir si puede ignorar la evidencia de un repudio popular masivo”, subrayó.
El martes, el presidente, de visita en Arabia Saudita, calificó de “política ficción” una eventual dimisión antes de 2027, cuando termina su segundo mandato. El mandatario de 46 años ya no puede optar a la reelección.
Le Pen aparece en posición de fuerza en los sondeos para alcanzar la presidencia, pero la justicia podría frustrar su sueño si el 31 de marzo decide inhabilitarla durante 5 años, como pide la fiscalía en un caso de malversación de fondos europeos.