El gobernador de California, Gavin Newsom, quien también participó en la conferencia, advirtió que la situación puede empeorar entre la noche del martes y la madrugada del miércoles, cuando se esperan ráfagas de vientos de hasta 160 km/h.
Cientos de bomberos trabajan para tratar de sofocar un incendio que avanza sin control en una exclusiva zona residencial del oeste de Los Ángeles, en California.
El fuego se inició hacia las 10:30 de la mañana de este martes y, en parte debido a la extrema sequedad del ambiente y los fuertes vientos, pasó en pocas horas a quemar cientos de hectáreas en la zona de Pacific Palisades, un área en las colinas del noroeste de la ciudad.
Aún se desconocen las causas que dieron inicio al incendio.
Las autoridades ordenaron evacuar a casi 30.000 vecinos y 13.000 viviendas están en riesgo, informó la jefa del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, Kristin Crowley, en una rueda de prensa ofrecida a las cuatro de la tarde hora local.
El gobernador de California, Gavin Newsom, quien también participó en la conferencia, advirtió que la situación puede empeorar entre la noche del martes y la madrugada del miércoles, cuando se esperan ráfagas de vientos de hasta 160 km/h.
“No crean que no están en peligro y sigan las órdenes para salir de sus casas”, les pidió a los residentes.
Lori Libonati es una de ellas. “Parece un infierno”, le dijo al diario Los Ángeles Times antes de tener que abandonar la zona.
Se han reportado varios heridos por quemaduras y una bombero fue hospitalizada por un golpe en la cabeza. Las imágenes en vivo de los medios locales muestran casa tras casa siendo devorada por las llamas.
El Departamento de Policía de la ciudad ha enviado a 100 agentes a auxiliar en la evacuación de 10.000 residencias y 15.000 negocios, y tiene a otros 60 elementos a la espera por si las circunstancias empeoran.
El proceso empezó siendo caótico, debido a las características de la zona residencial, sin suficientes rutas de acceso.
La principal vía de entrada y salida se ha visto colapsada por momentos, entre vecinos que huían por miedo a ser alcanzados por las llamas y bomberos que querían acceder a ella.
Y las autoridades tuvieron que usar maquinaria pesada para retirar los vehículos que bloqueaban el acceso a los camiones cisterna.
“A las 10:45 de la mañana observaba unas llamas en las montañas de Santa Mónica y en una hora Sunset Boulevard estaba paralizado. Dos horas después, hubo un ataque de pánico masivo, con todos los vecinos tratando de evacuar a la vez”, cuenta la periodista de la BBC Lucy Sheriff, que vive en el área.
“Vi a un padre con su hija de 10 años, con el uniforme escolar, corriendo por la calle para tratar de ponerse a salvo y escuché una mujer mayor pidiendo ayuda para subir al auto y marcharse, pero nadie quiso o pudo ayudarla”, prosigue.
“Nunca recibí un mensaje para la evacuación ni una alerta de incendio, tampoco mi pareja. Me enteré por los vecinos, y el proceso de evacuación fue extremadamente frenético”.
Se evacuaron escuelas y centros de salud, y se ha habilitado un albergue que ya está recibiendo a los vecinos que tuvieron que dejar sus casas.
El incendio, que tiene lugar después de que en diciembre otro fuego al que llamaron Franklin consumiera cientos de hectáreas durante nueve días en la vecina Malibú, ha dejado una enorme nube de humo visible desde prácticamente todo Los Ángeles
Mientras, la alerta por los vientos ha obligado a las compañías eléctricas a programar cortes de energía localizados para evitar que se originen nuevos focos en la trayectoria de los vientos.
Sin embargo, a última hora de la tarde del martes se registró un segundo incendio que avanza rápido, este en el norte del condado de Los Ángeles, en el municipio de Altadena, donde también han ordenado evacuaciones.
Los meteorólogos han advertido que estas son las peores condiciones para un incendio en más de una década en el sur de California.