Joe Biden decidió sacar a Cuba de la lista de países que financian el terrorismo, una decisión de última hora de la actual administración estadunidense que se había comprometido a no cambiar su política sobre la isla.
Biden pisa el acelerador a fondo en su última semana en la Casa Blanca y entre sus múltiples anuncios dio un giro en su política hacia Cuba, al retirarla de la lista de países que financian al terrorismo.
Eduardo Gamarra, profesor de política y relaciones internacionales de la Universidad Internacional de Florida indica que esta decisión de Biden “no refleja lo que ha sido la política de Estados Unidos hacia Cuba durante los últimos cuatro años, pero sí refleja una continuidad con lo que era la política del presidente Barack Obama de hace ocho años, cuando se reanudaron las relaciones con Cuba y se marchaba en la dirección de una liberalización en las relaciones con Cuba”.
Gamarra explica que “a la vez no ha habido una decisión por parte de esta administración de tratar de buscar la liberación de presos políticos en Cuba y en teoría esta es la idea, se saca a Cuba de esta lista a cambio de que Cuba libere a los presos políticos, que son muchos”.
Por su parte, La Habana anunció que libera a 553 presos políticos en respuesta a la decisión de Biden, que calificaron como “la dirección correcta”, aunque lamentaron que el embargo que Washington impuso a la isla en 1962 permanezca.
El analista político señala que esta decisión del presidente Biden podría ser fácilmente rescindida la próxima semana cuando asuma el poder Donald Trump. “Creo que va a ser una posición muy clara, entonces la decisión es interesante, pero más allá de esta semana no creo que dure”.
Cabe destacar que fue el mismo Trump el que al final de su primer mandato incluyó a Cuba en la mencionada lista. A eso se suma que en su futura administración habrá figuras como el canciller Marco rubio, que apuestan por una mano dura con el gobierno cubano.
En ese sentido, Gamarra recuerda que el senador Rubio ha sido uno de los más acérrimos críticos de la liberalización de relaciones con Cuba. “La presión de la comunidad cubana en Miami del liderazgo cubano conservador ha sido muy importante en la victoria de Donald Trump, particularmente en el estado de la Florida. Esta comunidad es una comunidad que espera mucha dureza, mucha firmeza con Cuba. El presidente Trump también es una persona extraordinariamente transaccional, Entonces es difícil al final predecir cuál será el comportamiento específico hacía Cuba en la próxima administración”, añadió.
Washington también ha decidido que rescindirá un memorando promulgado en junio de 2017 en virtud del cual una lista de entidades cubanas tienen prohibidas algunas transacciones financieras.