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Por qué los gigantes del petróleo podrían perjudicar las ambiciones de Donald Trump MUNDO

Por qué los gigantes del petróleo podrían perjudicar las ambiciones de Donald Trump

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Una de las ambiciones de Donald Trump es impulsar la extracción de petróleo y gas en Estados Unidos durante su mandato. Su lema: “Drill baby drill” (“perfora bebé perfora”). Pero Donald Trump podría tener pronto dificultades para poner en práctica este plan.


El inquilino de la Casa Blanca promete que Estados Unidos “perforará como loco”. Así que el tono de sus cuatro años de mandato ya está fijado. Su estrategia para hacer a Estados Unidos aún más grande pasará por los combustibles fósiles.

Es importante recordar que la producción de petróleo y gas es una parte enorme de la economía estadounidense. Estados Unidos es el mayor productor mundial de crudo. En 2024, produjo 13,2 millones de barriles al día. Es un récord que debería superarse este año, alcanzando los 13,5 millones.

El país nunca ha producido tanto petróleo, pero Donald Trump quiere ir aún más lejos. El multimillonario Scott Bessent, que ha sido nombrado secretario del Tesoro, cuenta con un aumento de más de tres millones de barriles diarios en tres años.

Preocupación en el mercado mundial

Estados Unidos ya produce mucho petróleo, pero Donald Trump tiene varios argumentos para aumentar la producción. En primer lugar, quiere reponer las reservas estratégicas del país. En segundo lugar, quiere estar en una posición fuerte para exportar su petróleo y gas a todo el mundo.

El presidente estadounidense explica también que si se abren yacimientos de extracción, se crearán puestos de trabajo y la demanda de la gran oferta de petróleo y gas estadounidense hará bajar los precios.

Pero el quid de la cuestión es que la producción es lo suficientemente grande como para absorber la demanda del mercado. Los miembros de la OPEP+, la Organización de Países Exportadores de Petróleo, sufren un exceso de producción. El riesgo es que la oferta sea demasiado abundante.

Cuando la oferta supera la demanda, los precios caen automáticamente. Por tanto, las grandes petroleras y gasistas podrían simplemente negarse a pisar el acelerador. Actuarán en su propio interés y perforarán cuando sea rentable hacerlo.

Incentivos en un contexto particular

Además, extraer gas y petróleo es caro. Estudiar, crear y abrir un yacimiento de extracción es una inversión importante, y de momento no merece la pena. Por ahora, aunque administrativamente sea más sencillo llevar a cabo estas operaciones, en realidad nada indica que las empresas vayan a posicionarse.

Donald Trump pretende convencer a los grandes del sector suprimiendo los programas de subvenciones a las energías renovables, y también acabando con la normativa sobre contaminación de los vehículos y las subvenciones a la compra de coches eléctricos.

Medidas que fomentarán el nuevo consumo de combustibles fósiles, o al menos que podrían cambiar la situación. Sobre todo, es probable que algunas petroleras también jueguen con el tiempo y se pasen desapercibidas.

También habrá que contar con el clima geopolítico internacional, la guerra de Ucrania y la cuestión de los combustibles fósiles rusos en particular. Donald Trump solo es presidente durante cuatro años, pero las inversiones realizadas por los gigantes del sector son a menudo irreversibles.

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