Publicidad

La tri-monstruosidad de Cerrillos

Publicidad


El colega Juan Sabbagh, presidente del Colegio de Arquitectos, en La Tercera del Miércoles 8 del presente, comenta y critica- como arquitecto- lo que él llama Proyecto Portal del Bicentenario y que yo y mis colegas del Comité de Desarrollo Urbano del mismo Colegio, en nuestra condición de urbanistas además de arquitectos, llamamos simplemente Tri-Proyecto Cerrillos. Tri-proyecto pues se trata de 3 intervenciones urbanas mayores:



1.- desmantelamiento del aeropuerto existente: verdadera intervención estratégica al revés, pues en la lógica de la globalización, mejorar la competitividad internacional de un país implica dotarse de infraestructuras mayores y no en demolerlas, tanto más cuando no hay un proyecto de reemplazo. El proyecto de desmantelamiento- sin ofrecer alternativa alguna- ignora completamente las ventajas que para toda metrópoli representa la existencia de dos aeropuertos que, en virtud de una política aeroportuaria con perspectiva y adecuada visión de país, cumplen funciones diferenciadas, de rango internacional, regional o nacional. No está de más recordar que ciudades como Belfast, Chicago, Houston, Londres, Milán, Montreal, Nueva York, París, Washington, etc. cuentan con 2 aeródromos, cada uno de ellos cumpliendo roles específicos, sin que a ninguna de sus autoridades se les haya ocurrido desmantelar uno de ellos.



2.- incorporación de más de 2.000 has al desarrollo urbano: en virtud de una simple disposición administrativa, sin que se tenga la visión elemental de darse mecanismos para captar la enorme plusvalía que generará, se incorpora al desarrollo urbano una superficie que por su importancia cuantitativa impactará el desarrollo de la metrópoli, abriendo «…un amplio frente de desarrollo potencial que abarca unas 2.000 has hacia el sur-poniente del Gran Santiago» (Revista del Subcontratista. Agosto de 2005. Año 1 NÅŸ 5. Páginas 8 y 9)



3.- construcción de un megaproyecto inmobiliario: con una inversión de US$ 1.000 millones, 15.000 viviendas, 50.000 habitantes y 900.000 m2 construidos, en 245 has. Proyecto que, en las propias palabras del Minvu, «…por sus dimensiones y su localización permitirá desarrollar un proyecto del alto impacto en la ciudad(¿?)» (Revista del Subcontratista. Agosto de 2005. Año 1 NÅŸ 5. Páginas 8 y 9)



Pues bien, estos 3 proyectos, presentados deliberadamente como uno solo, han sido objeto de una simple Declaración de Impacto, sin que sepamos si contempla una cláusula que certifique que la información que contiene es cierta, correcta y completa y se reconozcan las consecuencias de incluir y someter información incompleta, inconclusa o falsa, tal como la práctica internacional lo exige.



Tal procedimiento desnuda las falencias de la Ley NÅŸ 19.300, Bases Generales del Medio Ambiente, que no contempla criterios que permitan medir los impactos urbanos de proyectos de desarrollo territorial, ya que carece de una unidad con solvencia profesional para abordar los problemas de su inserción, tanto en medios naturales como consolidados y, en consecuencia, revela un profundo desconocimiento de la vasta experiencia internacional alcanzada en materia de criterios y reglas de inserción urbana para proyectos mayores, práctica que, dependiendo de las condiciones de cada país, incluye generalmente proyectos incluso de mucha menor importancia que la de los 3 mencionados.



Por otra parte, la propuesta descarta los servicios ambientales de primer orden que ofrece el cono de aproximación de Cerrillos como «placa convectora» para la ventilación de la metrópoli, inserta en un enclave montañoso que acrecienta los problemas de contaminación atmosférica. Al respecto y por considerarlo de sumo interés, consignamos las recientes mediciones de la velocidad del viento de baja altura en el entorno urbano del aeropuerto de Cerrillos y en la pista principal del terminal aéreo, practicadas por el arquitecto Jonás Figueroa, profesor de la USACH, el día Lunes 6 de Febrero entre las 11 y 12 hrs. Los datos de velocidad eólica que entregaron los anemómetros digitales TFA son los siguientes:



– En el entorno urbano del aeropuerto: de 2,7 a 5,6 km / hr.
– En la pista principal: 18,3 a 23,8 km / hr.



Estos datos han sido corroborados el día Martes, con ligeras alteraciones que no modifican los datos del día anterior, confirmando que el aeropuerto de Cerrillos es efectivamente un corredor de vientos que participa en la ventilación de Santiago.



El Colegio de Arquitectos patrocinó un «Concurso de Ideas» con el objeto de detectar aquéllas más interesantes y valiosas. Sin embargo y puesto que el Colegio desconoce si el megaproyecto inmobiliario se ha ceñido a los resultados de dicho concurso, su directorio nacional adoptó recientemente un acuerdo, trasmitido oportunamente a las autoridades del Minvu, exigiendo que lo dé a conocer a la brevedad, insistiendo en que su desmantelamiento no es procedente mientras no se cuente con un aeródromo alternativo técnicamente viable y no se hayan realizado los estudios tanto de impacto ambiental como de inserción urbana.



Consideramos que la decisión de la Contraloría General de la República de no tomar razón de la documentación sometida a su consideración, se hace eco de la inquietud expresada por urbanistas, ingenieros, ambientalistas y expertos en aeronáutica ante el tri-proyecto y esperamos confiados que la cordura terminará por imponerse. Entretanto, creemos que sería importante conocer la opinión que el tri-proyecto le merece a doña Patricia Poblete B., futura ministra de Vivienda y Urbanismo, opinión que, a nuestro juicio, disiparía nuestros temores de estar frente a un intento por atar las manos de las futuras autoridades de la Nación, traspasándole un hecho consumado, sin darles la oportunidad de evaluar sus impactos, tanto ambientales como urbanos.



No podemos dejar pasar sin comentar las peregrinas afirmaciones de ciertos voceros del gobierno quienes han salido a la palestra afirmando que la decisión habría sido adoptada años atrás, lo cual equivale a afirmar que se ha dejado pudrir la manzana para posteriormente botarla a la basura, como fue el escandaloso caso del desmantelamiento de nuestros ferrocarriles y que hoy, en virtud de un mea-culpa costoso, se intentan recuperar.



También, cabe destacar que el tri-proyecto no cumple con la exigencia definida en el Artículo NÅŸ 22 de la Ley del Medio Ambiente que establece la obligatoriedad de someter todo proyecto del sector público- en la ocurrencia 3 proyectos mayores- a una evaluación socioeconómica por parte de Mideplán.



Por último, cabe señalar que Santiago posee extensas áreas deprimidas, fragmentadas y caóticas que pudieran ser objeto de un programa visionario de renovación urbana, tomando en consideración los intereses y aspiraciones de sus actuales ocupantes, del sector privado y de autoridades esclarecidas, iniciando así un real proceso de construcción de una metrópoli moderna e integrada, pues una ciudad que pretende atraer inversionistas foráneos debe comenzar por ser atractiva y amable para sus propios habitantes.





__________________________________________________________



Héctor Arroyo Llanos, arquitecto y urbanista. Miembro del Comité de Desarrollo Urbano del Colegio de Arquitectos
Santiago.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad