Publicidad

¿Quién gana la elección municipal?

Publicidad
Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
Ver Más

La Concertación no podrá celebrar en propiedad un triunfo sobre la Alianza, si Zalaquett lograr arrebatarle a Ravinet lo que hasta hace pocos meses era una carrera corrida. De igual manera, la derecha resentiría enormemente el peder su bastión político más significativo, el que otrora fuera recupera


Por Jorge Navarrete*

Aunque abundan las teorías e hipótesis en torno a los resultados de la elección municipal de este domingo, de algo sí podemos estar absolutamente seguros: esta noche todos se proclamarán ganadores.

En efecto, presenciaremos las habituales y majaderas frases tipo «asistimos a una muestra de madurez cívica», «hemos salido fortalecidos» o «la ciudadanía nos ha renovado la confianza». De esa forma, no tengo dudas que todos se darán maña para interpretar los resultados a su mejor arbitrio: algunos pondrán el énfasis en la cantidad de alcaldes o concejales; otros destacarán la suma total de los sufragios; habrá quienes comparen con los resultados anteriores; o simplemente no faltarán los que celebren haber retenido o usurpado alguna comuna en particular.

Pues bien, si le sirve, le propongo tres indicadores duros para juzgar el resultado de esta elección, los que pueden, adicionalmente, ser útiles para proyectar algunos efectos para la próxima elección presidencial.

Santiago: la madre de todas las batallas

Si hay algo en lo cual todos los «analistas» parecen estar de acuerdo, es el efecto sicológico -en el estado de ánimo político de la ciudadanía- que pudieran tener los resultados de esta elección municipal. En ese sentido, y por su carácter emblemático, lo que suceda en la comuna de Santiago será determinante para delinear cuán sincera será la sonrisa de los dirigentes políticos la noche del 26 de octubre.

Sea cual sea el resultado general, lo que suceda en la comuna más emblemática del país será determinante para la interpretación de los resultados que hagan los máximos dirigentes políticos. Así, por ejemplo, la Concertación no podrá celebrar en propiedad un triunfo sobre la Alianza, si Zalaquett lograr arrebatarle a Ravinet lo que hasta hace pocos meses era una carrera corrida. De igual manera, la derecha resentiría enormemente el peder su bastión político más significativo, el que otrora fuera recuperado por el dos veces candidato presidencial Joaquín Lavín.

Piñera: la barrera sicológica del 40%

Todos estamos de acuerdo en que la Concertación obtendrá más votos, más alcaldes y más concejales. De igual manera, nadie duda que el oficialismo sufrirá una importante merma en relación a su desempeño en el 2004. Por tanto, la pregunta relevante es ¿dónde se irá ese 5% de menor votación concertacionista? Más allá de lo que puedan capitalizar los independientes -liderados por el PRI y ChilePrimero-, los ojos estarán puestos en el desempeño de la Alianza por Chile.

Contrario a lo que se afirma, sostengo que todavía es una incógnita si la derecha podrá aprovechar esta oportunidad que se le presenta. Es absolutamente gravitante, de cara a los próximos comicios presidenciales, saber si los desencantados del progresismo están, o no, disponibles para dar su apoyo al proyecto político que hoy representa la alternancia. Para decirlo más claramente, si la Alianza por Chile no supera la barrera del 40% -y, por tanto, no capitaliza la baja concertacionista- las aspiraciones presidenciales de Piñera podrían sufrir un grave revés.

El PC y los independientes: la rebelión de los chicos

Marcelo Bielsa nos enseño que no hay triunfos morales: o se gana o se pierde. Con todo, si de interpretar y proyectar estos resultado se trata, seguirá siendo gravitante cuan vasta o estrecha sea la diferencia entre las dos principales coaliciones. Si de política se trata, todavía es posible ganar perdiendo o perder ganando.

De esta forma, otro dato que deberá mirarse con especial atención es el resultado del Juntos Podemos y el de los partidos que se han descolgado de la Concertación. Es un hecho conocido y evidente, que la votación de la izquierda extra parlamentaria es lo que ha posibilitado la elección de los dos últimos Presidentes de la República. Sebastián Piñera podrá respirar tranquilo si la votación de la Alianza por Chile, sumada a la votación de todos los independientes, supera el 50% de los votos validamente emitidos. Por el contrario, el nerviosismo se apoderará de las huestes que aspiran a suceder a la Concertación, si la adición de los votos oficialistas y comunistas sobrepasa dicho porcentaje.

Un resultado preliminar: 2 a 1 ¿a favor de quién?

Mi personal pronóstico es que la situación se mantendrá abierta. La Alianza por Chile logrará alcanzar la barrera sicológica del 40%, mientras que la suma de la votación de la Concertación y el Partido Comunista superará la mitad de los votos validamente emitidos. Lo pendiente, y que puede inclinar la balanza en uno u otro sentido, seguirá siendo el resultado de Santiago Centro. Al final, al igual que en otros ámbitos de la vida, en política lo más objetivo sigue siendo lo subjetivo.

 

*Jorge Navarrete Poblete es abogado y analista político.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias