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Abuso laboral en la Feria del Libro

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Por: Carlos Lima, Estudiante


Señor Director:

Trataré de ser lo más breve y claro, esperando que me puedan ayudar. El hecho ocurrió durante la realización de la 29 ° Feria Internacional de Libro de Santiago, en el Centro Cultural Estación Mapocho ( del 30 de Octubre al 15 de Noviembre del año 2009). La cámara Chilena del libro, mediante la empresa Prolibro S.A., se encarga de organizar, arrendar equipos u accesorios, contratar personal o cualquier otra situación que implique dicho evento, es decir, Prolibro S.A. organiza, produce y ejecuta la realización de la Feria. Como la feria del libro de Santiago implica bastante trabajo, es que Prolibro S.A. contrata a estudiantes de educación superior para desempeñarse como cajeros, taquillas, atención del módulo de informaciones, asistente de las actividades que se realizan en las salas, etc. Todos firmamos un contrato titulado: «Contrato Prestación de servicios temporales», servicios que uno ejecutará durante los días que funciona la feria.

Todos los contratados tenemos un horario que cumplir, se nos asigna colación de almuerzo y de once, además se nos entrega una vestimenta y tenemos a un jefe de personal. Yo me desempeñé (al igual que otros 4 chicos más) como «volante» y esto significa que debemos asistir en todo lo que se les ocurra a la gente de producción (que son Alejandra Grossi Y Ana O ‘Ryan), es decir, a las productoras de Prolibro S.A.. A diferencia de las demás personas, nosotros debemos estar 2 días antes de que comience la feria y además 2 días después que esta termine. Si alguna de las productoras nos indica que tenemos que estar al día siguiente a alguna hora antes que el resto del personal, tenemos que acatar. Por realizar esta pega, los «volantes» recibiríamos $200.000 líquidos.

Yo trabajé en esto mismo el año 2008, sin mayores inconvenientes. El contrato que firmé este año 2009, hasta el día de hoy no me ha sido entregado una copia. Olvidé mencionar que también nos entregaron un a credencial para poder ingresar a la Estación Mapocho. El hecho es que el día 31 de Octubre (primer día que la feria funcionaba para el público) y cuando los «volantes» llevábamos 4 días trabajando, a eso de las 20:45 hrs., la señora Patricia Gajardo (que es la «Jefa de Personal») nos llama a mí y a otro chico más (Adrián Molina), pidiéndonos que la acompañemos a su oficina. Estando los 3 en la oficina y a puerta cerrada nos dice: «Hasta aquí no más llegamos, entreguen su credencial, la vestimenta, a partir de mañana ya no se presentan». Cuando le pregunto el por qué de esta situación, me responde : No sé, supongo que no que no habrán hecho las cosas al ritmo que se requería». El otro chico además entendió que al parecer algo tenían que ver las productoras.

Yo le señalo a la señora Patricia que encontraba muy extraño que ninguna de las productoras nos dijese algo antes (considerando que el 2008 trabajé en los mismo, sabía que el carácter de las productoras no daba para que se guarden las cosas) y le pregunté si podía hablar con alguna de ellas; a lo cual ella me responde: «No sacas nada con hablar con ellas, pues la decisión ya está tomada y es irreversible». Con lo que yo ahora le pregunto: «¿Decisión tomada por quién, por Ud,?» y ella me responde: «No, por gerencia». La gerencia significa gerenta y esa persona es María Isabel Morillas.

De más está decir que yo quedé marcando ocupado, sin lograr entender lo sucedido.

Debido a que el único registro de mi asistencia al trabajo, es una planilla en la que figuran todos los nombres de los chicos contratados y en la cual, sólo se nos hace una marca del ingreso y retiro del día correspondiente; es que, el día lunes 2 de noviembre y a primera hora, acudo a la inspección del trabajo para dejar constancia de lo sucedido.

Una vez que soy atendido por un funcionario y luego de que le relato la situación, es que me entero que dadas las condiciones en que yo desempeñé mis servicios, es que el asunto se trata de una relación laboral y no de una prestación de servicios, por lo cual el funcionario estipula efectuar un Reclamo y me da fecha para un comparendo de mediación.

Mientras esperaba la fecha del comparendo, me comuniqué con un abogado amigo de la familia y le relaté todo lo sucedido, además de enviarle todos los papeles que tenía en mi poder (acta del reclamo y papeles del año 2008). El me señaló que cuando fuese al comparendo, probablemente me iban a ofrecer pagar los 4 días (que estimábamos un monto de $ 40.000). Me indicó que si eso ocurría, yo debía manifestar que no aceptaba ese monto, pues yo realizaba una labor y fui despedido injustificadamente. Diciendo eso, debía esperar una posible contraoferta por un monto mayor.

Fui al comparendo, me ofrecieron $53330 por los 4 días, pero el abogado representante de Prolibro declaró que esto se trató de una prestación de servicios y no de otro tipo de relación. Yo no acepté la oferta, el inspector preguntó más de una vez al abogado si traía más dinero y etc., con lo cual no se llegó a un acuerdo.

Extraoficialmente, el inspector me dijo (en un momento que el abogado salió para realizar una llamada) :»que esperaba que ofrecieran una cien lukitas, así que , que fuese a la corporación».

A su vez el abogado (con el cual tuve una conversación cordial), una vez que salimos de la inspección, me dijo: «que el, si hubiese sido mi abogado, me habría recomendado aceptar las 53 lukitas, pues, si bien mi situación no era una causa perdida, era difícil de comprobar». Todas estas conversaciones las tengo registradas en audio.

El día 18 de Noviembre fui a la defensoría y me dieron citación para el día 25 de Noviembre.

Fui el día 25 a la Defensoría, me atendió la abogada Rosita García. Ella no me dejó contar toda mi historia, sino que me realizó preguntas específicas. Tomó nota de cierta información que le proporcioné y la archivó junto con el acta de Reclamo, el acta de Comparendo, certificados de cotizaciones de Fonasa, AFP,AFC y la lista de mis 2 testigos (uno de ellos es el otro chico que despidieron) y tal vez algún otro papel que en este momento he olvidado.

Luego de media hora de estar con ella, me retiré, no sin antes indicarme que: «debía estudiar el caso para ver la vialidad de presentar la demanda, pero que creía que se podía hacer algo», pues una prestación de servicios la realiza alguien que sea un profesional y etc., pero que debía estudiar los antecedentes».

Esta abogada me citó para el día 4 de Diciembre y me indicó que viniera con el otro chico que despidieron (que es uno de mis testigos) y que le trajese la copia del contrato del año 2008.

Fuimos (el otro chico y yo) el día 4 de Diciembre. Luego de 1 hora y media apróx. de espera, nos atendió en menos tiempo que en la ocasión en la que fui solo. Le hizo algunas preguntas al chico referente más que nada al horario y nos sale con que:

«Sinceramente cree que esto no es una relación laboral, pero que de todas formas hay que estudiarlo». Además señaló que le entregará los antecedentes a su jefe, al que está encargado de la defensoría (si mal no le entendí) y que el decida la situación, por lo cual yo debo ahora esperar a que me llamen.

El despido sucedió el 31 de octubre y uno tiene 60 días para presentar la demanda en tribunales, a lo cual se le debe sumar los días que duró el el proceso del reclamo en la inspección. De reojo vi que la aboga anotó que hay plazo hasta el 20 de enero para presentar la demanda.

El otro chico despedido (Adrián) también fue a la inspección, también lo citaron a un comparendo y tampoco llegó a acuerdo. Está a la espera de lo que ocurra conmigo para hacer todo el tramiteo en la defensoría laboral.

La gran incertidumbre es que ya han pasado 3 semanas desde que fui a la Defensoría (está ubicada en San Pablo) y aún no se me ha dado una respuesta, muy pronto se vienen las fiestas, con lo cual es muy probable que no obtenga respuesta de la Defensoría hasta después de Año Nuevo.

Sinceramente no me interesa que paguen esas $200.000 pactados (pues nunca se habló de un pago diario, sino que siempre de un monto fijo una vez que terminase la feria). Lo que me interesa es que un Juez me reconozca que lo mío se trata de una relación laboral y no de una prestación de servicios. Y que el Juez decida cual es el monto que me corresponda que me paguen (los $200.000 o un monto proporcional a los días trabajados).

Los días pasan y en la defensoría no dan respuesta.

Con Adrián nos inquietamos de que esto no quede en nada y que no se nos reconozca nuestra «LABOR».

Es por eso que les escribo, por que no sé a quien más recurrir para que se aclare esta situación. Además estoy consciente de que hay problemas laborales mucho más grandes y serios, pero eso no es justificación para que un abogado que se dedica asuntos laborales, aún no nos de una respuesta.

Espero que nos puedan ayudar a mi y a Adrián.

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