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Respuesta a Max Marambio

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Por: Luis Muñoz, Inglaterra.


Señor Director:

Le escribo  para aclarar las declaraciones de Max Marambio.  Yo soy un ex mirista que vive en el exilio en Inglaterra desde 1977, después de haber pasado por Villa Grimaldi (tres meses), Puchuncaví y Tres Alamos.

Sr Marambio: el problema con pretender cambiar o inventar la historia, es que no falta la, al parecer oscura y enterrada memoria que alguien o algo guarda an algún rincón del planeta y que salta, gatillada por la infamia a denunciar la mentira y el crimen. Así está pasando con los procesos en contra de los asesinos de la dictadura. Los criminales creían que lo tenían todo seguro y encubierto; pero no, alguien quedó vivo para salirles al paso.

Yo pertenecí al aparato de informaciones del MIR hasta el momento de mi detención en diciembre de 1974. Allí conocí a verdaderos héroes de nuestra lucha, como también a otros que más tarde, al primer asomo del tanque milico, no pudieron con el miedo y arrancaron raudos. Luego se les vería (como a Marambio) desesperados en la busca de un podio donde proclamar excusas para su comportamiento cobarde.

Sr Marambio: en el aparto de inteligencia del MIR conocí a una mujer extraordinaria que, siendo la antítesis suya, y quizás también po ello, hoy no está con nosotros para salirle al paso. Ella fue compañera (novia) de Mario Melo. Esto lo sé porque con aquella camarada llegamos a ser inseparables durante el gobierno popular y hasta su asesinato en 1975. Nos amamos, pero dudo que el Sr Marambio alcance a entender qué fue realmente el amor, para nosotros, en aquellos tiempos, ni menos que entienda el amor entre María y el «Pelao Melo».

Mala suerte para usted  Sr. Marambio que en el aparato de inteligencia (informaciones) del MIR se sabía más de lo que nadie pueda imaginar. Y aunque aún viven unas cuatro o cinco personas de aquel aparato, que incidentalmete también podrían refrescarle la memoria, a juzgar por sus posiciones hoy, dudo que lo hagan.

Seguro que sus cálculos Sr Marambio fueron: «Edgardo Enríquez está muerto, Alejandro de la Barra también muerto. Luciano Cruz  muerto antes que ellos;  Lautaro, muerto; Abel,  muerto; Vicente, muerto;  Gutiérrez, muerto;  Pascal, ¿ no sabía?;  «Pelao» Moreno,  no hablará;  el «Gato»,  no hablará;  Gaspar, desde su posición social hoy día no hablará; el «coño» Alberto,  no se atreverá, etc.

Yo a Mario lo vi sólo una vez, pero supe más de él y de su estirpe por María.

En la última reunión en el departamento de calle Merced, al llegar a Santa Lucía, a las 8:00 AM  estábamos Edgardo, Lautaro, Abel, Nano de la Barra y dos más. Edgardo me entregó la responsabilidad de llegar a Plaza Brasil a encontrarme con Mario. Mario habría ido a Colina a juntar a los boinas leales a Allende, otros leales a él mismo, tratar de sublevar a otros y partir a Santiago a defender al Presidente. Todo esto mientras Marambio, seguro, ya se ocultaba en la embajada cubana.

Algunos carabineros leales a Allende aún defendían posiciones alrededor del cerro Sta Lucía cuando salí a las calles de otra manera desiertas. ¿Cómo llegué vivo a Plaza Brasil, caminando y en medio de tanta balacera y tanto milico? no lo sé. Pero el plan había fallado y Mario fue seguido no por sus leales y denunciado al alto mando. Pero no abandonó a los suyos Sr. Marambio, se fue a La Moneda a morir si fuese necesario. ¿Quién es el marica (distinto de homosexual en este contexto) Sr. Marambio? Porque Mario rescató algo distinto de sus presencias en Cuba: el ejemplo histórico de sus héroes, y no la oportunidad para lucrativos negocios, como Ud. Sr Marambio.

Pero para Ud. Sr Marambio el 11 de septiembre no era la primera vez que huía cobardemente; ya había demostrado esa actitud en tiempos de paz cuando abandonó a su compañera moribunda en la escena del accidente automovilístico que Ud. provocó. Más tarde «papá», sus amigos y «don dinero» lo sacarían del entuerto (cárcel para los mortales).

Mario, homosexual o no, amó a María, pero más que nada, (como María) amó a su pueblo, al niño mal nutrido, a la pobladora sufriente, al obrero al campesino, a los derechos del hombre.

¿Con qué fines Marambio se ha dado a hablar hoy de chismes de corredores? ¿Puede ser porque ése es su alimento principal? Por lo menos lo era antes. ¿Estará tratando de desenterrar historias que parezcan sensacionalistas porque es lo único que hoy vende? ¿Adornarlas con un poco de sexo para asegurar la venta? Es realmente repelente

Por otro lado: Ud. Sr. Marambio se dice ex mirista. Quién le dió la categoría de mirista en primer lugar? O ser amigo o socio de Pascal y de algún otro de la ex cúpula del ex MIR le dió el título entre gallos y medianoche? Porque a decir verdad, el hecho de declararse no mirista le abrió las puertas de su exilio voluntario.

Podría decir otras cosas y utilizar más calificativos y adjetivos y difamativos que Ud. Sr. Marambio se merece, porque yo no tengo miedo a sus garras, sus amigos, ni posibles demandas legales por usarlas, ni aunque hoy esté arrimado al mejor árbol.

Yo estoy aquí para responder, porque creo que un poquito de Mario y de María me salpicó para formar  quién fui y quién soy.

Luis Muñoz

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