1. Elija el tema
– Busque, busque y busque. En otras palabras, sea rebuscado. No se quede en la superficie. Encuéntrele no la quinta sino la sexta o séptima pata al gato.
– Sea machista. Ya verá cómo vende más. Búrlese de alguna mujer, déjela como tarada, rompehogares o pérfida. Encuentre viudas de verano y sáquelas de contexto, ironice sobre la figura de una mujer que alguna vez fue más delgada, encuentre una ministra y destaque sus piernas.
– Olvídese de la noticia. No importa cuál haya sido el hecho noticioso. Deje de lado esos añosos conceptos como «relevancia». A quién le importa que a nadie le importe.
– Busque historias humanas. Siempre hay una escondida en alguna parte. Si elige un partido de fútbol, céntrese en el goleador desconocido, su pasado poblacional, sus tatuajes y forma de celebrar.
– Ponga a Bielsa. Gordo, flaco, sin dientes, enojado, celebrando, con Bonini, sin Bonini. Da igual, pero póngalo en su portada no menos de tres veces por mes.
– Elija el reality show del momento y filtre eliminaciones y cahuines. Si no hay ninguno al aire, escoja la teleserie de mejor rating y trate a sus personajes como personas de la vida real. Si un protagónico muere, decrete duelo nacional.
– Encuentre un video en YouTube que tenga más de 2 mil visitas y véndalo como «lo que la está rompiendo». Si no era un verdadero fenómeno antes de su publicación de seguro lo será luego de ser portada.
2. Encuentre una foto
– Busque primeros planos que emocionen. Pídale a su fotógrafo que siempre haga tomas verticales para portada.
– Si no tiene la foto, saque un pantallazo de televisión. No se preocupe por la resolución. Si el pantallazo es bueno lo publicarán pixelado y todo. Trate de esconder el logo del canal. El copyright es cosa del pasado.
– Photoshopee. Póngale más rojos a la lava de un volcán en erupción, acentúe las arrugas de un actor caído en desgracia, resalte el botón mamario de cualquier chiquilla que haya sufrido un percance. Un diseñador experto en retoques digitales se convertirá en su mejor aliado.
– Saque de contexto. Busque una foto en el archivo y úsela como si hubiera sido tomada ayer. Interprete a su antojo. Si el protagonista mira hacia abajo entonces está triste. Si está comiendo es sinónimo de que engorda. Si se agacha es porque se está desplomando bruscamente. Nadie se preocupará de poner en duda lo que usted interpreta. Bueno, casi nadie.
3. Titule
– Se lo advertimos de entrada: esta no es tarea fácil. El arte de encontrar la o las palabras justas se va puliendo con los años.
– Nuevamente: si se trata de una «cuña» (frase u oración dicha por alguien) sáquela de contexto. Malinterprete. Estire la cuerda lo más posible. Si más adelante hay que publicar un desmentido nadie lo notará.
– Exagere. Busque el título correcto y multiplique por 10. Use siempre un diccionario de sinónimos para llegar a términos novedosos.
– Cada cierto tiempo use las siguientes palabras: festinar, macabro, increíble, junten miedo, estremecedor, día de furia, destape, arrasar o batatazo.
– Si sabe que todos los demás diarios titularán con el mismo hecho, busque diferenciarse. Todos llevarán a Piñera tras las elecciones, pero sólo usted pondrá «Papurri» o «Piñereitor». Si la U sale campeón, «Rey león». Si la selección va a Sudáfrica, «Hakuna Matata».
Ya lo sabe. El nombre del diario en azul y blanco, titular en amarillo y de manera opcional un par de llamados pequeños en un fondo rojo en la parte inferior. Resultado garantizado.