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El necesario impuesto a las utilidades de los bancos

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Hernán Calderón
Por : Hernán Calderón Constructor Civil, Presidente Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios de Chile, Conadecus.
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Es necesario que el gobierno y parlamentarios tomen medidas económicas que no afecten a los consumidores en medio de la emergencia, y adopten la tendencia de países desarrollados como Francia o Alemania, quienes recientemente aplicaron impuestos a los bancos para enfrentar la crisis económica y situaciones de emergencia.


Las utilidades de los bancos llegaron en los dos primeros meses del año a la suma de 265 mil millones de pesos o 500 millones de dólares según la moneda que se quiera usar como unidad de cálculo. Esas cifras entregadas por la Superintendencia de Bancos implican que las ganancias crecieron en un 84,3% en los primeros dos meses del año.

Tal astronómica cifra es posible gracias a las prerrogativas obtenidas por la actividad de parte de las autoridades a través de leyes y decretos, que les permiten cobrar intereses considerados en cualquier parte del mundo como usura, además de cargos por mantener cuentas de ahorro y cuentas corrientes, baja tributación a sus utilidades y otros.

[cita]Si proyectamos las ganancias mencionadas para todo el año al conjunto de los bancos, estos obtendrían utilidades sobre los 3 mil millones de dólares.[/cita]

La consecuencia obvia es ese nivel de utilidades, independientemente del contexto socioeconómico del país o de la situación de los consumidores de sus servicios. Prácticamente son ganancias aseguradas.

Los bancos Santander y Chile, instituciones que recaudaron los aportes ciudadanos a la Teletón para la reconstrucción obtuvieron utilidades de 256 millones de dólares, equivalente a cinco teletones durante esos dos meses. ¿A cuánto ascendió el aporte de estos bancos a la Teletón para la reconstrucción?

Si proyectamos las ganancias mencionadas para todo el año al conjunto de los bancos, estos obtendrían utilidades sobre los 3 mil millones de dólares. Pese a la crisis económica, durante el año 2009 obtuvieron utilidades por 2.500 millones de dólares.

Ello resulta desproporcionado y vergonzoso para un país como Chile con tantas carencias  y desigualdades, con una situación de crisis de la cual todavía no logra salir y con una reconstrucción de zonas afectadas por un sismo de enorme magnitud.

El Banco Central bajó la tasa de política monetaria a 0.5%, el nivel más bajo en su historia, lo cual significa que el costo del dinero es prácticamente  cero. Esto revela que los bancos no traspasaron las rebajas de la tasa de interés  a los consumidores, y eso les permitió aumentar las utilidades a pesar de la crisis económica. Si a ello agregamos la falta de voluntad política de las autoridades para cambiar la tasa de interés máxima convencional que hoy es de 50% sobre el interés corriente que se cobra en los créditos de consumo, y que se ha mantenido inalterable desde el año 1966, tenemos la explicación del sobreendeudamiento de los consumidores. Esto no ha podido ser revertido por las asociaciones de consumidores que reiteradamente han pedido la modificación de esa tasa.

Hoy una de las tareas prioritarias es la reconstrucción. Es necesario entonces que el gobierno y parlamentarios tomen medidas económicas que no afecten a los consumidores en medio de la emergencia, y adopten la tendencia de países desarrollados como Francia o Alemania, quienes recientemente aplicaron impuestos a los bancos para enfrentar la crisis económica y situaciones de emergencia.

Es necesario que se modifique la tasa máxima de interés convencional, lo que  permitiría a los consumidores endeudarse a menor costo en créditos de consumo y enfrentar la reconstrucción de sus bienes y vida cotidiana.

Es necesario aumentar el impuesto a las utilidades de los bancos  en un 10% a lo menos, lo cual permitiría recaudar aproximadamente más de 300 millones de dólares de acuerdo a la proyección que entregan sus ganancias en los dos primeros meses del año. Ello significaría un aporte importante al financiamiento de la reconstrucción del país.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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