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Alcaldes de comunas «no emblemáticos»: de mesiánicos a pragmáticos

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Egon Montecinos
Por : Egon Montecinos Director Centro de Estudios Regionales, Universidad Austral de Chile
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¿Qué se supone que debieran ofrecer o discutir los candidatos en época de elecciones? Lo ideal sería programas de gobierno, entendido como aquel conjunto de medidas que se enmarquen en una propuesta de desarrollo local, real y factible de implementar en un municipio. La pregunta que surge aquí es ¿están dispuestos los candidatos a alcaldes a ofrecer un programa de gobierno?, o más aún ¿están dispuestos los ciudadanos a exigir programas de gobierno?


En época de elecciones municipales, la atención mediática sobre lo que dicen o prometen los candidatos a alcalde queda reducida a no más de 30  ciudades que son catalogadas como “emblemáticas” por los partidos políticos y los medios de comunicación. Lo que suceda en el resto del país con las promesas y los tipos de candidatos que aparezcan,  queda a la suerte de quienes votan en comunas “no emblemáticas”.

En estas comunas se pueden identificar a lo menos cuatro tipos de candidatos. Estas tipologías, por cierto, no son exclusivas ni excluyentes de lo que sucede en las llamadas comunas emblemáticas, por lo que se hace esta distinción únicamente con el afán de relevar lo que pasa en este tipo de territorios en época de campaña.

En primer lugar se encuentran los candidatos “pragmáticos” que basan su discurso en ofrecer obras y proyectos cuantificables. En general, es más común encontrarlos en candidatos a alcaldes que buscan la reelección. Y  resultan ser candidatos altamente prácticos. La presencia de programas o propuestas de gobierno en ellos, probablemente se entienda como una sumatoria de obras pendientes por realizar en su comuna.

La segunda tipología de candidatos son los que ofrecen “lobby”, o dicho de otro modo, ofrecen gestión municipal basada en contactos y redes políticas. En general, este tipo de candidatos se concentra en resaltar su capacidad asociada a la cantidad de políticos que conoce y que puedan garantizar apoyo en su eventual gestión alcaldicia. La presencia de programas es relativa, porque lo esencial y lo importante es resaltar la imagen de gestor, al alero de figuras de renombre regional o nacional.

[cita]¿Qué se supone que debieran ofrecer o discutir los candidatos en época de elecciones? Lo ideal sería programas de gobierno, entendido como aquel conjunto de medidas que se enmarquen en una propuesta de desarrollo local, real y factible de implementar en un municipio. La pregunta que surge aquí es ¿están dispuestos los candidatos a alcaldes a ofrecer un programa de gobierno?, o más aún ¿están dispuestos los ciudadanos a exigir programas de gobierno?[/cita]

La tercera tipología de candidatos son los que ofrecen capacidad de gestión pero asociada a un “éxito empresarial” o profesional previo. Destacan en esta categoría profesionales o empresarios locales o regionales que para el común de la gente aparentan tener su vida económica resuelta. Por lo tanto, buscan generar la impresión de que con la alcaldía no pretenden aumentar sus ingresos, muy por el contrario, hacen ver que su aparición en la vida política es prácticamente un favor que le hacen a la comunidad. La presencia de propuestas programáticas es igualmente relativa, porque su solo éxito previo es garantía de que una municipalidad despegará en materia de desarrollo social o económico. En sus afiches es común encontrar slogan del tipo el “empresario de la zona”, “el doctor del pueblo” o “un profesional para el municipio”.

La cuarta tipología es el candidato “mesiánico” o el candidato “soy de aquí”. En ambos casos no queda muy claro lo que ofrecen, porque la variable más relevante que se aprecia en ellos es que poseen el mejor diagnóstico y la mejor solución de los problemas de su ciudad, ya sea porque toda su vida la han dedicado al servicio público/privado, porque han vivido desde siempre en la comuna, o porque simplemente poseen virtudes distintas a la de todos los mortales que la habitan.

No cabe duda que estas tipologías (u otras que puedan aparecer) tienden a desviar la importancia sobre lo que debiera discutirse para elegir a un alcalde ¿Qué se supone que debieran ofrecer o discutir los candidatos en época de elecciones? Lo ideal sería programas de gobierno, entendido como aquel conjunto de medidas que se enmarquen en una propuesta de desarrollo local, real y factible de implementar en un municipio. La pregunta que surge aquí es ¿están dispuestos los candidatos a alcaldes a ofrecer un programa de gobierno?, o más aún ¿están dispuestos los ciudadanos a exigir programas de gobierno?

La respuesta políticamente correcta sería que sí. No obstante, en la mayoría de nuestras comunas “no emblemáticas” la realidad política se ha construido históricamente en base a relaciones clientelares, mesiánicas, no programáticas, de la cual todos los candidatos usufructúan o han usufructuado.

Para paliar un poco esta debilidad política en el espacio local -que requiere de cambios generacionales, culturales y estructurales-, la incorporación del voto programático municipal vendría muy bien como medida para el fortalecimiento de la democracia local. Este instrumento consiste en obligar a candidatos a cargos de elección popular –en este caso a alcaldes- a cumplir sus propuestas de campañas por medio de la ley. Significa que todo candidato a alcalde o alcaldesa se compromete a que si resulta electo convertirá todas sus promesas en planes de desarrollo local. Esto promovería mucho más el control social, el empoderamiento ciudadano y algo más de pudor en algunos a la hora de ejercer la actividad política en comunas intermedias o pequeñas. Ayudaría mucho más a contextualizar en un programa de gobierno, y darle sentido político y de gestión a las cualidades que los candidatos destacan de sí mismos.

Finalmente, no creo que sea suficiente con haber tenido amplias movilizaciones durante estos años para encontrarnos con otra ciudadanía en comunas pequeñas, diametralmente opuesta a la que ha votado durante estos años. Por ello creo necesario exigirles a los candidatos a alcalde un mayor esfuerzo por dignificar la actividad política, al menos presentando programas de gobierno y haciendo un esfuerzo posterior por cumplirlo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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