Debuta la Alianza como coalición de gobierno en una municipal, por lo cual será un verdadero barómetro si logra o no capitalizar en porcentaje político, algo de los indicadores macroeconómicos que el ejecutivo pregona. La votación de este conglomerado ha estado en torno a los 37%, sumadas la UDI y RN. Históricamente ha sido la elección más equilibrada entre ambos partidos oficialistas. Un despunte de la UDI tal vez aceleraría reformas más profundas al sistema electoral parlamentario.
Se terminó el plazo de inscripción de candidatos y comienzan en estos días las campañas en forma. Poco a poco las calles del país se irán llenando de fotos, rayados y slogans, todo en dirección al 28 de octubre.
Esa noche todos los partidos políticos —algunos más, otros menos—, gobierno, oposición e independientes electos, se declararán triunfadores en el evento que elegirá a 345 alcaldes y más de dos mil concejales a lo largo del país.
Según sean los resultados, se asociarán a las candidaturas presidenciales o se apartarán de éstas, todo con el objetivo de no dañar o motivar el capital subjetivo y de ánimo con que una campaña presidencial debe comenzar. Ahora bien, todo eso ocurrirá a nivel de los medios y la élite política directamente involucrada en los eventos que se vienen posmunicipales (balances, selección de candidatos al parlamento, primarias y presidenciales).
Sin embargo, para la mayoría de la población votante de octubre esta será una elección local, y sus repercusiones directas se podrán medir en cómo se entregan los servicios municipales y ejecutan las prestaciones en salud y educación entre otras. Elementos más cotidianos y comunes que los destinos “finales” del país.
Para saber quién ganó realmente, Ud. puede aplicar algunos de los siguientes parámetros y comprobar esa noche y en un breve repaso televisivo, radial o en el diario del día siguiente, quiénes lograron o no sus metas electorales, quiénes verdaderamente ganaron y quiénes no. Veamos.
Primer criterio: Comunas relevantes. Son las 15 capitales regionales más las 10 comunas más grandes del país (con más de 140 mil electores). Da un total de 25 comunas que concentran casi cinco millones de electores y son las de mayor peso administrativo, económico y de visibilidad política de nuestro país. En detalle las capitales son: Arica, Iquique, Antofagasta, Copiapó, Coquimbo, Valparaíso, Santiago, Rancagua, Talca, Concepción, Temuco, Valdivia, Puerto Montt, Coihaique y Punta Arenas. Por otra parte, a nivel de las diez comunas más visibles por peso electoral son: Maipú, Puente Alto, Viña del Mar, La Florida, Las Condes, San Bernardo, Peñalolén, Ñuñoa, Pudahuel y Providencia.
[cita]Debuta la Alianza como coalición de gobierno en una municipal, por lo cual será un verdadero barómetro si logra o no capitalizar en porcentaje político, algo de los indicadores macroeconómicos que el ejecutivo pregona. La votación de este conglomerado ha estado en torno a los 37%, sumadas la UDI y RN. Históricamente ha sido la elección más equilibrada entre ambos partidos oficialistas. Un despunte de la UDI tal vez aceleraría reformas más profundas al sistema electoral parlamentario.[/cita]
De ese total de 25 comunas, actualmente 16 están en manos de la Alianza (64%), 6 en manos de la Concertación (24%) y sólo 3 municipios en alcaldes denominados independientes (12% y se dicen todos de oposición).
Si la Alianza y el gobierno logran retener la mayor cantidad de estas comunas, se podrán declarar vencedores. Por el contrario, si la Concertación u otro opositor logran arrebatar algunas de estas comunas y se le agregan un par más de las llamadas “emblemáticas”, el triunfo puede sostenerse y difundirse. Santiago, Providencia, Concepción, Valparaíso o Maipú pueden llegar a constituirse en los escenarios símbolos de la lucha electoral de esa noche.
Segundo criterio: porcentaje de votos en concejales. Esta es la única elección que permite a todos los partidos legales en Chile “pesarse” en todo el país y en un mismo día. A diferencia de otras elecciones, en esta los cupos sobran para muchos partidos y pueden desplegar agenda y propuestas a nivel local, con menores restricciones del tipo de candidaturas. De esta forma, como en las comunas más grandes la gente no conoce a sus concejales (y en las medianas un poco más), normalmente votan por el partido o nombre que le es más cercano. Son un verdadero barómetro de las simpatías que pueda generar o no un partido político o persona.
En la actualidad, los dos bloques mayoritarios (Alianza y Concertación) concentran sobre el 80% de todos los votos. Podremos observar esa noche si las nuevas listas o candidaturas independientes, lograrán arrebatar en algo este porcentaje. Algunos líderes ciudadanos han dejado entrever una cierta oportunidad en romper esta hegemonía electoral.
Otro desafío en esta misma línea, será la competencia entre las dos listas de la Concertación. La diferencia del año 2008 entre el “Eje Histórico” PS-DC fue de 10 puntos sobre la lista PPD-PRSD. Todos estaremos atentos a que si la inclusión del PC u otros movimientos menores en la lista PPD-PRSD-PC, logra acortar esa brecha.
Por otra parte, la novedad como lista este año será el PRO. Así como el 2008 debutó el PRI y obtuvo un 7,5% de los votos, en esta ocasión será el Partido Progresista (PRO), quien ha insinuado que llevará mil candidatos a concejales en casi todo Chile, casi quinientos menos de los que llevó el PRI hace cuatro años. Así, se pondrá a prueba el 20% de MEO de la ultima presidencial y su capacidad de “transferencia” a candidatos que forman parte de ese partido progresista.
Por último, debuta la Alianza como coalición de gobierno en una municipal, por lo cual será un verdadero barómetro si logra o no capitalizar en porcentaje político, algo de los indicadores macroeconómicos que el ejecutivo pregona. La votación de este conglomerado ha estado en torno a los 37%, sumadas la UDI y RN. Históricamente ha sido la elección más equilibrada entre ambos partidos oficialistas. Un despunte de la UDI tal vez aceleraría reformas más profundas al sistema electoral parlamentario.
Tercer criterio: número de comunas totales y gobernadas en Chile. Al final, habrá un recuento de cuántas comunas obtuvo cada bloque, lista y partido, independiente de su tamaño y población. Se verá también, cuántos votos obtuvieron en cada tienda porcentualmente sobre el total de participantes, considerando el supuesto incremento de votantes fruto de la inscripción automática. Si hay más participación, como creo que habrá, todos los partidos esperarán capitalizar algo de esos nuevos electores.
Será interesante ver quién o dónde se producen esas captaciones. Si un partido mediano o grande no crece en votos absolutos con incremento global de la participación, tiene un problema grave y fácil de pesquisar a la luz de toda la opinión pública.
En otro sentido, la suma de los electores de cada comuna obtenida por los bloques y partidos nos dará la cantidad de chilenos y chilenas gobernados localmente por estas tiendas políticas. Con miras a las presidenciales este número es relevante dada la facilitación logística y territorial que pueda existir en una elección parlamentaria y presidencial. Para este último criterio, el número de concejales electos, también juagará un rol fundamental en el despliegue de cada candidatura a la presidencia.
Los tres criterios anteriores no ganan por sí solos una elección presidencial, y creo que tampoco marcan el destino en una primera vuelta, pero sí pueden hacer la diferencia en un escenario estrecho y de segunda vuelta.