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Raúl Castro: El upgrade comunicacional de la UDI

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Andrés Jirón
Por : Andrés Jirón Director de Comunicación Corporativa GestCom. Abogado, MBA, dos postítulos en Comunicaciones, presidente de #redliberal y candidato a concejal por Providencia.
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No cabe duda que la campaña de la UDI contra la visita de Raul Castro logró empañarle la estadía al mandatario cubano. Lo que podría haber sido un triunfo de la diplomacia cubana, se vio opacado por una local pero certera controversia que distrajo la atención de los medios de prensa: en momentos que el Presidente Castro asume la presidencia pro témpore de la Cumbre Empresarial de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), es interpelado por la protección en Cuba a los supuestos autores del asesinato del senador Jaime Guzmán.

Esta arremetida -conjunto de acciones en el campo político, diplomático, judicial y comunicacional- se hace ante más 61 delegaciones de altos representantes de países de América Latina, Caribe y Comunidad Europea, incluyendo 43 Jefes de Estado, todos con sus respectivas comitivas de asesores, empresarios y diplomáticos. Por algo la siempre correcta canciller de Alemania, Ángela Merkel, evitó saludarle cuando se encontraron cara a cara.

La bien planificada operación comenzó con el anuncio  el domingo 20 de enero de la arremetida contra el mandatario cubano, entregando a la prensa nuevos antecedentes proporcionados oportunamente por el ministro Mario Carroza, quién lleva la investigación.

Al día siguiente, el diputado Patricio Melero , presidente de la UDI, descartaba pedir la comparecencia del líder cubano ante tribunales chilenos por el crimen de Jaime Guzmán, declaración absolutamente innecesaria, pero que le daba visibilidad a la ofensiva y que paradojalmente hizo de alguna manera recordar la detención de Augusto Pinochet en Londres.

La Unión Demócrata Independiente organizó una manifestación para el día jueves 24 de enero en las afueras   de la embajada de Cuba. “La idea es aguarle la fiesta a Castro”, decía el correo electrónico de invitación enviado por la secretaria ejecutiva del partido.

Militantes y adherentes UDI aparecieron con carteles congregando a su vez a militantes y adherentes castristas (incluidos miembros del Comité de Solidaridad con Cuba) y generando una sabrosa confrontación para los medios.

En forma adicional, el diputado Melero dejó una carta en la entrada de la embajada de Cuba, solicitando información sobre el paradero de los responsables del asesinato del ex senador.

En un texto de cuatro páginas firmada por el mismo Melero –pero en nombre de la familia de Guzmán, la UDI, la Fundación Jaime Guzmán, y con el apoyo del Gobierno de Chile- solicita al Presidente Castro que colabore con los tribunales chilenos y ejecute las órdenes de captura internacional emanadas de Interpol desde hace tiempo. Luego, entrega antecedentes adicionales que hacen plausible la versión de que los extremistas se encuentran -ahora o antes- en Cuba en completa impunidad. Como si esto fuera poco, esa misma carta junto a otros antecedentes se distribuyó entre las más de 60 delegaciones asistentes a la CELAC-UE.

La arremetida comunicacional continuó con la publicación de insertos a toda página en los diarios nacionales. Seguramente el 0,01% de los lectores nacionales habrá leído los largos textos, pero todos los asesores de las delegaciones extranjeras indiscutiblemente tuvieron que estudiarlas para informar a sus mandantes.

Al mismo tiempo, fue un caramelo delicioso para todos los medios de prensa presentes acreditados para el evento, tanto nacionales como foráneos, instalando un tema adicional en la agenda del evento.

Una guinda de la torta para la UDI fue la reunión bilateral que sostuvieron el sábado 26 los mandatarios de Cuba y Chile. Inicialmente no contemplada en el programa oficial, el Presidente Piñera decidió hacerle un guiño a la tienda gremialista, pidiéndosela a Raúl Castro. En pleno encuentro, sólo con un día de anticipación y con todos los temas relacionados al traspaso de la presidencia pro témpore, al Jefe de Estado caribeño le fue imposible negarse pese a todas las alertas de sus asesores.

No obstante, el Presidente Piñera no cumple al detalle el diseño UDI, al no pasarle a Castro la referida carta de Melero, limitándose a entregarle todos los antecedentes de manera verbal y solicitándole tímidamente que colaborara en la investigación del crimen.

Por supuesto que ese pormenor no podía ensombrecer el momento culmine de una estrategia bien planificada, a lo cual al presidente de la UDI no le quedó más que salir a declarar triunfalmente:

“Me siento orgulloso por la forma en que el Presidente ha enfrentado este tema. Ha dado un paso significativo en el objetivo de terminar con la impunidad y en la línea de interpelar éticamente al régimen de Castro en el tema de la defensa de los derechos humanos”.

El éxito de esta campaña representa un upgrade comunicacional para la UDI. El resultado plenamente logrado demuestra una profesionalización de la política, a pesar de que aún persisten errores no forzados como el insulso video inicial de Laurence Golborne o la abrupta renuncia de la aficionada ex concejala Carla Ochoa.

A su vez, Renovación Nacional sigue en su dinámica ochentera, tratando de influenciar a audiencias del año 2013. Más aún, a partir de marzo, probablemente se integre a la competencia electoral la ex Presidenta Bachelet, la que sin dudas logrará recomponer los mejores equipos comunicacionales del país.

Sin embargo, el verdadero desafío comunicacional que deberá enfrentar la UDI es lograr convencer al electorado real (ese exiguo 40% que optó por votar en las pasadas elecciones municipales) de su real compromiso con la democracia y la justicia. Fueron demasiados años de cooperación, de silencio, de omisión respecto a las violaciones de derechos humanos y a los abusos cometidos en nombre de una “democracia protegida”. Quizás en la época del voto obligatorio, muchos electores no hubieran sido capaces de recordar en noviembre los parlamentarios que ahora votaron en contra de la modificación al sistema binominal. Por el contrario, ese 40% votante, precisamente por su interés cívico y su cercanía a los partidos políticos, lo recordarán perfectamente.

(*) Texto publicado en El Quinto Poder.cl

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