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Los ricos, los impuestos y la educación

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Pedro Felipe Ramírez
Por : Pedro Felipe Ramírez Izquierda Ciudadana
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En principio aparece como muy justo que los ricos paguen por la educación de sus hijos, pero lo que es verdaderamente justo es que paguen mucho más impuestos de lo que pagan ahora, porque con ese dinero el Estado podría financiar, entre otras demandas sociales, una educación pública, gratuita y de calidad para todo el que la solicite.


Hace días atrás El Mostrador publicó resultados del estudio sobre distribución del ingreso realizado por los economistas Ramón López, Eugenio Figueroa y Pablo Gutiérrez en base a información obtenida del Servicio de Impuestos Internos, estudio que fue publicado en la página web de la Universidad de Chile.

En síntesis este estudio señala que el 99 % de los chilenos se queda solo con el 70 % del Ingreso Nacional que alcanza a 270.000 millones de dólares anuales; y que el 1 % de los chilenos más ricos, 170 mil personas, se queda con el 30 % restante, esto es, 81.000 millones de dólares al año.

[cita]En principio aparece como muy justo que los ricos paguen por la educación de sus hijos, pero lo que es verdaderamente justo es que paguen mucho más impuestos de los que pagan ahora, porque con ese dinero el Estado podría financiar, entre otras demandas sociales, una educación pública, gratuita y de calidad para todo el que la solicite.[/cita]

Suponiendo que la mitad de estos 170 mil chilenos sean jóvenes estudiantes en los distintos niveles de enseñanza y que cada uno de ellos deba pagar 15 mil dólares anuales por educación, en total pagarían 1.275 millones de dólares anuales, lo que significa menos del 1,6 % de sus ingresos, que es solo el 10 % de los mayores impuestos que ellos deberían pagar para acercarse a lo que pagan personas con ingresos similares en muchos países desarrollados.

Ahora bien. Si este cálculo lo hacemos para el 1 % más rico de estos 170 mil chilenos, es decir, las 1.700 personas de mayores ingresos, que según el estudio en comento reciben el 10 % del Ingreso Nacional, es decir, 27.000 millones de dólares anuales (cerca de 16 millones de dólares promedio por habitante al año), concluimos que tendrían que destinar solo 13 millones de ese total para pagar la educación de sus hijos. Naturalmente que el más modesto de los aumentos de impuesto que se pudiera considerar como justo para estas personas supera con creces tal gasto educacional.

En principio aparece como muy justo que los ricos paguen por la educación de sus hijos, pero lo que es verdaderamente justo es que paguen mucho más impuestos de los que pagan ahora, porque con ese dinero el Estado podría financiar, entre otras demandas sociales, una educación pública, gratuita y de calidad para todo el que la solicite, haciendo realidad entonces la educación como un derecho garantizado y no como un bien de consumo más o menos subvencionado por el Estado.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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