Golborne no cayó por el fallo de la Corte Suprema ni por tener inversiones en un ‘paraíso fiscal’. Golborne cayó porque el discurso socialista sentó dogmas que la derecha nunca cuestionó.
Se equivoca usted, si cree que Golborne cayó por un fallo de la Corte Suprema o por tener plata en las Islas Vírgenes. Golborne cayó por la incoherencia del sector que lo apoyaba.
Ese sector debió decir, claramente y hace mucho tiempo, que el sólo hecho de que el señor Paulmann tenga una fortuna no lo constituye de por sí en donante universal. Debió decir también que cada cual es libre de fijar las condiciones bajo las cuales está dispuesto a prestar su dinero. Y evidentemente, debió advertir que los usuarios de tarjetas de crédito tienen la responsabilidad de revisar las cartolas y de decidir, en base a todos los antecedentes, si las condiciones que tal o cual empresa le ofrece le resultan o no convenientes.
[cita]Ese sector tampoco ha tenido la valentía de condenar el carácter expropiatorio del sistema impositivo chileno. Si lo hubiera hecho, tener inversiones en las Islas Vírgenes no sería un pecado capital.[/cita]
Muy por el contrario, en el léxico de ese sector la palabra ‘abuso’ ha sido la más utilizada y nadie se ha tomado la molestia de hacer notar que el alza de la comisión fue advertida, y que el uso de la tarjeta en cuestión no era obligatorio.
Es posible que Paulmann esté lejos todavía de parecerse a Teresa de Calcuta (no lo sé, no me consta…), pero aun cuando así fuera, el sector al que me refiero debería saber que no existe justificación alguna para limitar el derecho de propiedad y la libertad de precio, ni siquiera la de convertir a Paulmann (o al que sea), en un perfecto altruista.
Ese sector tampoco ha tenido la valentía de condenar el carácter expropiatorio del sistema impositivo chileno. Si lo hubiera hecho, tener inversiones en las Islas Vírgenes no sería un pecado capital.
Ese sector no tuvo, por lo demás, la desfachatez de hacer público el sueldo del entonces Gerente de Cencosud. Si lo hubiera hecho, todo Chile sabría que Golborne trabajaba para el Fisco cuatro meses de cada año. Si lo hubiera hecho, todo Chile sabría que Golborne tributó más de lo que tributará cada chileno en toda su vida.
Golborne no cayó por el fallo de la Corte Suprema ni por tener inversiones en un ‘paraíso fiscal’. Golborne cayó porque el discurso socialista sentó dogmas que la derecha nunca cuestionó.