Opinión
Como era de esperar, los medios de comunicación se han centrado exclusivamente en la diputada Isasi, sin investigar en profundidad la relación entre las empresas pesqueras y los parlamentarios que votaron a su favor. Porque sería muy raro que la industria le hubiese puesto “fichas” a solo una diputada para aprobar una ley tan trascendental para su modelo de negocio.
No es sorpresa la relación que existe entre las grandes empresas y el financiamiento de la política. Tampoco lo es el inmenso lobby que las industrias realizan ante el gobierno y el Parlamento de manera desregulada para conseguir leyes favorables a sus intereses económicos.
Entonces, ¿qué es lo que nos sorprende de la acusación hecha por el periodista Carrillo en contra de la diputada Marta Isasi o que el gerente de Corpesca reconozca públicamente el aporte de campaña y la contratación del denunciante?
Es que, por primera vez, la opinión pública observa de manera brutal (y por televisión) cómo las empresas a través del financiamiento de campañas y de entrega de dineros, por medio de asesores, logran que algunos políticos actúen en función de sus intereses corporativos y no de los de Chile.
[cita]Hay muchas preguntas que la clase política debe responder: ¿Cómo el principal promotor de esta ley, el ex ministro y actual candidato presidencial de la UDI Pablo Longueira, logra financiar y desplegar en sólo dos semanas una campaña millonaria en vía pública y en distintos medios de comunicación? ¿Por qué el silencio del ministro Longueira y de otros parlamentarios habitualmente muy locuaces sobre este tema? ¿Están los lobbistas de las siete familias participando en las diferentes precandidaturas presidenciales?[/cita]
Como era de esperar, los medios de comunicación se han centrado exclusivamente en la diputada Isasi, sin investigar en profundidad la relación entre las empresas pesqueras y los parlamentarios que votaron a su favor. Porque sería muy raro que la industria le hubiese puesto “fichas” a solo una diputada para aprobar una ley tan trascendental para su modelo de negocio.
Hay muchas preguntas que la clase política debe responder: ¿Cómo el principal promotor de esta ley, el ex ministro y actual candidato presidencial de la UDI Pablo Longueira, logra financiar y desplegar en sólo dos semanas una campaña millonaria en vía pública y en distintos medios de comunicación? ¿Por qué el silencio del ministro Longueira y de otros parlamentarios habitualmente muy locuaces sobre este tema? ¿Están los lobbistas de las siete familias participando en las diferentes precandidaturas presidenciales.
El hecho de que la Fiscalía Regional de Tarapacá decidiera abrir una investigación por oficio en contra de la diputada Isasi para seguir la pista de hechos que puedan ser constitutivos de delito favorece de manera directa a todos quienes pudieran estar vinculados con la industria pesquera. La consigna hoy es aislarla y dejarla caer porque ya no es parte del club, no tiene partido político que la resguarde y su sacrificio público concentra la atención de los medios y sacia la sed de sangre de la ciudadanía. De esta forma, los políticos pueden volver a recibir tranquilamente sus donaciones de cara a las elecciones de finales del 2013 que deben enfrentar.
En base a estos antecedentes, necesitamos una ley que transparente las donaciones y podamos tener representantes que legislen en función de aquellos que los eligieron y no de los que les pagaron las campañas electorales. Las donaciones anónimas son el germen de la corrupción. Así lo entendieron unos pocos diputados que quieren terminar con esta práctica. Ojala que esta iniciativa no entre en la somnolencia del Parlamento.
