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Neoliberales en retirada, Chile cambió

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Roberto Roa
Por : Roberto Roa Contador, egresado de derecho. Columnista de El Quinto Poder.
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Las movilizaciones sociales de los últimas años han cambiado el paradigma, hace años atrás en Chile casi nadie (salvo unos pocos) planteaban erradicar el lucro de la educación, sin embargo, hoy en Chile son unos muy pocos los que se atreven a defenderlo, y se revirtió la ideología imperante de mantener el statu quo, hoy día se quieren cambiar muchas cosas y es por esto que una demanda muy sentida que sigue sumando adeptos es la Asamblea Constituyente.


Chile cambió, de eso no hay dudas, pero tanto en infraestructura como estructuralmente  no ha cambiado aún, sin embargo, los chilenos en su gran mayoría hemos cambiado nuestra forma de pensar, hemos ido recuperando lentamente el motor de la historia.

Durante el 2011 vivimos las más grandes movilizaciones sociales de los últimos tiempos, sin embargo, éstas no consisten en un hecho aislado, sino que vinieron a representar un hito en la historia reciente de nuestro país.

Antecedentes de un Movimiento Social en ascenso

Sin interés de hacer una historia del Movimiento Social, podríamos enumerar una serie de sucesos que vienen a relatar el desarrollo del Movimiento Social Chileno y por ende el desarrollo de su consciencia.

Primero que todo podemos recordar las movilizaciones sociales de los estudiantes secundarios del 2006 que movilizó a muchos estudiantes y tuvo grandes repercusiones sociales y políticas, que generó grandes expectativas de transformación, sin embargo, quedó en un acuerdo del gobierno con una famosa comisión asesora para la educación, donde todos tenemos muy latente la imagen de los brazos alzados de nuestras autoridades, sellando un Acuerdo Gatopardista (manteniendo la misma estructura educacional).

Posteriormente, vino el año en que los Trabajadores salieron a las calles, en marzo del 2007 podemos recordar las masivas movilizaciones de los Trabajadores Forestales con más de 5 mil trabajadores que luchaban por mejoras salariales  y ponían en jaque a la institucionalidad laboral, porque se estaba por la vía de los hechos haciendo negociar a una gran empresa mandante con los trabajadores tercerizados (Negociación Colectiva impedida por la actual institucionalidad laboral hasta el día de hoy) que estaban demandando mejoras en sus condiciones de trabajo.  Mencionar que en estas movilizaciones falleció lamentablemente el joven trabajador Rodrigo Cisternas.

En julio del mismo año, fuimos testigos de una larga masiva movilización (más de un mes) de los Trabajadores Subcontratados del Cobre, miles de trabajadores tercerizados de Codelco, donde también por la vía de los hechos hicieron negociar a la Minera Estatal (Empresa mandante), trabajadores subcontratados que realizando las mismas funciones de los trabajadores planta de Codelco recibían un sueldo inferior, teniendo que mediar la iglesia católica ante una paralización que significó grandes pérdidas para Codelco.

Cabe mencionar también, los estudiantes universitarios y secundarios que no han cesado de movilizarse durante todos estos años, de igual forma muchos trabajadores, pero también se ha ido sumando una serie de demandas transversales como las movilizaciones de Magallanes durante el 2011, Hidroaysen en Abril del 2012, y las apoteósicas movilizaciones de los estudiantes o mejor dicho de los Chilenos el 2011, donde no eran miles sino que millones los que de una u otra forma se movilizaron, ya no tan sólo por Educación de Calidad, sino que por reformas estructurales a un Modelo Neoliberal de Desarrollo que ya no da abasto; todo esto con la unidad de los actores sociales, profesores, estudiantes (secundarios y universitarios), apoderados y trabajadores.

Estas movilizaciones sociales han tenido la importancia de dar un avance desde lo reivindicativo a lo político, faltando aún la articulación en torno a un proyecto político, e ideológico que siente las bases de un nuevo Chile.  No obstante aquello, se ha puesto en tela de juicio el neoliberalismo como modelo de desarrollo, y hoy su defensa es sólo en función de la defensa de intereses de clase, y nadie medianamente razonable lo defiende.  Ergo, las movilizaciones sociales han cambiado el paradigma del “fin de la historia” de Fukuyama, y se ha reposicionado el ideario de “la historia la hacen los pueblos” de Allende.

En su trinchera ideológica

“La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando éstos aparentan dedicarse precisamente a transformarse y a transformar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su exilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal.”  Esto que dijo Marx en el 18 Brumario en 1852, sigue muy latente el día de hoy.

Las movilizaciones sociales de los últimas años han cambiado el paradigma, hace años atrás en Chile casi nadie (salvo unos pocos) planteaban erradicar el lucro de la educación, sin embargo, hoy en Chile son unos muy pocos los que se atreven a defenderlo, y se revirtió la ideología imperante de mantener el statu quo, hoy día se quieren cambiar muchas cosas y es por esto que una demanda muy sentida que sigue sumando adeptos es la Asamblea Constituyente.

Y en la otra vereda, vemos un Longueira, Allamand, Velasco, y un Orrego, durante las campañas de primaras y ahora se nos suma una Matthei, Parisi, Jocelyn-Holt, realizaban y realizan respectivamente una defensa acérrima al neoliberalismo y su ideario de clase, planteando palabras como “cordura”, “responsabilidad”, “patriotismo”, entre otras.
Sin embargo, ya nadie está por la defensa del modelo, ni siquiera Michelle está por defenderlo, siendo su candidatura y su potencial gobierno el último bastión del neoliberalismo en Chile que podríamos ver en nuestra historia.

Neoliberales en su propia crisis

Este año tenemos elecciones de presidente, senadores, diputados y consejeros regionales.  Y para los neoliberales les ha sido particularmente dificultoso dar un cierre a sus plantillas de candidatos, para nadie es desconocida la comedia que ha realizado la derecha entre el aborto masivo de Golborne, Longueira, y Allamand, y como corolario les ha costado definir su plantilla parlamentaria, tanto en senadores como en diputados, y a esto se suma ahora su división en la plantilla de los Consejeros Regionales.

Mas esto no es exclusivo de los partidos de la Alianza, también ocurre quizá en menor medida en la Nueva Mayoría, puesto que aún quedan resabios del neoliberalismo, o mejor dicho aún quedan neoliberales al interior de esta conglomerado (producto de su composición pluri-clasista), situación que constatamos en los conflictos del PPD y la DC sobre el programa de gobierno de la candidatura ganadora de las primarias, pero también en la misma composición de la plantilla parlamentaria, como también en el impasse de la DC y el PPD por el reciente programa de Contacto en donde se denunciaron algunos conflictos de intereses.

Pero esto no obedece a que uno u otro partido represente ciertas lógicas, sino que lo que está en crisis es una forma de hacer política, la Neoliberal.

Los chilenos hemos señalado el derrotero indicado, la forma de erradicar dicho actuar es con Movilización Social, pero con la tarea pendiente de construir un Proyecto Político Ideológico que siente las bases de un nuevo Chile.

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