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Desastre del río Cruces: llegó la hora de recuperar el humedal

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Rodrigo Catalán
Por : Rodrigo Catalán Director de Conservación de WWF Chile
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La declaración de Arauco debe interpretarse como un gran logro de la sociedad civil, que cierra un importante capítulo y evita la continuación de un largo derrotero judicial, evidenciando también una voluntad de cambio positivo por parte de la empresa. Sin embargo, la historia continúa, pero ahora con el desafío de avanzar en la recuperación de la salud del Santuario y de sus servicios eco sistémicos.


Con una breve declaración de cuatro párrafos publicada en su página web, Arauco, la mayor empresa forestal de Chile y una de las más grandes del mundo, abrió una puerta muy esperada: la del reconocimiento de responsabilidades.

Frente a un fallo de primera instancia dictado el pasado 27 de julio, que la declaró culpable del delito de daño ambiental ocurrido en 2004 en el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter (río Cruces), la reacción de la compañía fue no apelar y acatar la sentencia. Así, Arauco asume que el daño de este humedal, el primer sitio Ramsar de Chile, fue provocado principalmente por la operación de su planta Valdivia.

Esta acción constituye un hito inédito en la historia ambiental del país y se suma a otros hitos que han marcado desde hace 10 años la trama del llamado caso Celco. Desde la decisión política de permitir el vertido de riles en un ecosistema prioritario reconocido internacionalmente, hasta el surgimiento de un movimiento ciudadano amplio y potente que, impregnado de un fuerte orgullo valdiviano,  salió a las calles a exigir justicia para el humedal y  los cisnes de cuello negro.

[cita]La declaración de Arauco debe interpretarse como un gran logro de la sociedad civil, que cierra un importante capítulo y evita la continuación de un largo derrotero judicial, evidenciando también una voluntad de cambio positivo por parte de la empresa. Sin embargo, la historia continúa, pero ahora con el desafío de avanzar en la recuperación de la salud del Santuario y de sus servicios ecosistémicos.[/cita]

La declaración de Arauco debe interpretarse como un gran logro de la sociedad civil, que cierra un importante capítulo y evita la continuación de un largo derrotero judicial, evidenciando también una voluntad de cambio positivo por parte de la empresa. Sin embargo, la historia continúa, pero ahora con el desafío de avanzar en la recuperación de la salud del Santuario y de sus servicios ecosistémicos.

Para WWF es clave que, en esta etapa, se realice todo lo que sea necesario, de forma efectiva y también urgente, en el marco de un proceso planificado y ampliamente participativo, donde la sociedad civil, nuevamente, tiene que ser protagonista.

Junto a ella, la información técnica y científica debería abrir el camino de las soluciones y de las medidas a implementar. Porque lo que queremos es una restauración transparente, con monitoreo de los efluentes de la planta y el detalle específico de cada uno de los contaminantes críticos.

En este ámbito, WWF cuenta con experiencia internacional en plantas de celulosa que han logrado reducir sus impactos, además de herramientas y parámetros utilizados en industrias de pulpa y papel de países que han avanzado más que nosotros en este tema.

Adicionalmente, sería deseable la adopción de un enfoque de cuencas para el monitoreo, lo cual permitiría estudiar los efectos de otras fuentes.

Si a esto le sumamos el necesario fortalecimiento de la institucionalidad ambiental, quizás podamos estar frente a un nuevo hito histórico, ahora relativo a un caso ejemplar para el futuro de un país que debe desarrollarse sin destruir su patrimonio ambiental.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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