Si la negación absoluta que el diputado Martínez ha realizado respecto de su participación en la DINA es cierta, entonces el documento que la institución militar envió a la justicia debiera ser falso y en dicha institución debieran haber adulterado su firma y el lugar donde estuvo destinado. ¿El diputado va a iniciar acciones en contra del Ejército? ¿Puede mostrar su Hoja de Vida y desmentir su participación ahí? Hasta ahora Martínez, quien lleva diecinueve años en el cargo y se presenta a la reelección, no ha dado una explicación coherente respecto de su destinación en 1977.
Comando, formado en esa especialidad en la Escuela de Paracaidistas y Fuerzas Especiales de Peldehue, el diputado de Renovación Nacional por Chillán (distrito 41), Rosauro Martínez Labbé, hoy está siendo cuestionado debido a su participación en la ejecución de militantes del MIR, quienes en 1981 organizaban una guerrilla en la cordillera de Neltume. Por este hecho, el abogado de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, Eduardo Contreras, solicitó el desafuero del parlamentario ante la Corte de Apelaciones de Valdivia (con jurisdicción en la causa), solicitud que fue acogida a trámite hace tres meses.
En mi último libro, El despertar de los cuervos (Ceibo ediciones), divulgué parte de la Hoja de Vida dentro del Ejército del diputado Martínez Labbé. El documento no guarda relación con su participación en Neltume, ocurrida en pleno funcionamiento de la CNI, sino con su labor desconocida en la DINA, bajo el mando del coronel Manuel Contreras Sepúlveda.
Su caso saltó a la prensa en 2012, cuando se conoció una lista de 1.096 funcionarios del Ejército que participaron en la DINA. Quien elaboró dicha lista y la entregó a la justicia, fue el Estado Mayor del Ejército. Entre los nombres se encontraba el de Rosauro Martínez Labbé. En esa ocasión, el diputado explicó a la agencia internacional de noticias, EFE: “Yo nunca fui agente de la DINA, aunque sí estuve destinado a la Comandancia en Jefe del Ejército. Jamás he estado involucrado en nada con la DINA. Si mi nombre está en ese documento habría que preguntarle al Ejército qué misión cumplí en la DINA”.
El tema quedó ahí, en el congelador. No había forma de contrastar la información publicada, con un documento lo suficientemente contundente como para que el diputado refrescara su memoria.
Sin embargo, ese mismo año el Estado Mayor del Ejército fue más específico y envió a la justicia el respaldo a los nombres contenidos en la lista de 1.096 integrantes de la institución y que cumplieron roles dentro de la DINA. Para lograr el objetivo, adjuntó las Hojas de Vida Institucionales de los funcionarios DINA, documento que por excelencia registra la historia completa de cada militar, sus destinaciones, méritos, deméritos, cursos y ascensos. Una especie de diario de vida completo que permite evaluar a cada soldado con el fin de tramitar ascensos y también retiros.
[cita]En el período en que el diputado Martínez integró la DINA, la organización centró sus esfuerzos en dar con el Partido Comunista y sus dineros, con el fin de seguir financiando su estructura. En este contexto, el mismo día que desapareció un militante comunista vinculado a finanzas, Jorge Troncoso Aguirre —el 11 de mayo de 1977—, Rosauro Martínez Labbé, recibió una felicitación en su hoja de vida: “Condiciones de mando e iniciativa. Felicitación: Fue felicitado por la orden del día de la unidad. Por las excepcionales condiciones de mando y por su especial condición de saber motivar oportunamente a sus subordinados y obtener sus mejores rendimientos en aras del cumplimiento de la misión recibida”.[/cita]
El documento oficial elaborado por el Ejército respecto de Rosauro Martínez señala que fue destinado a la DINA el 31 de enero de 1977. El encabezado de su hoja de vida de ese año, dice “Dirección de Inteligencia Nacional (DINA)”. Respecto de sus funciones se especifica que fue miembro del “equipo de seguridad inmediata de la primera dama”. A continuación de su firma, en la calificación anual, se encuentra la del director Manuel Contreras. La misma hoja también es firmada por su calificador superior, el coronel Juan Saldías Stappung, en ese año secretario general de la DINA y miembro de la sociedad Pedro Diet Lobos, que financiaba las operaciones clandestinas en el exterior.
A propósito de la denuncia realizada en El despertar de los cuervos, hace dos semanas Martínez fue entrevistado por El Dínamo. Al igual que en 2012, su respuesta fue negativa. “Nunca he pertenecido a la DINA”, y agregó: “Ese señor está equivocado, no conozco el libro, pero nunca he pertenecido a la DINA”.
Según la versión del diputado Martínez Labbé, sólo estuvo destinado a la Comandancia en Jefe, aludiendo a su trabajo de seguridad presidencial, pero no reconoce haberlo cumplido a través de la DINA. Este mismo rol fue realizado por su colega, el ex alcalde de Providencia, Cristián Labbé. La diferencia es que él sí reconoce que realizó su labor a través del organismo terrorista.
El nombre de la brigada encargada de cumplir este rol era conocido como Mulchén. En las Hojas de Vida de sus integrantes, no se menciona el nombre, sino simplemente “seguridad presidencial” o “seguridad de la primera dama”, tal como ocurre con Rosauro Martínez. Pero todos los agentes de la DINA de esa y otras unidades saben que la seguridad presidencial estaba a cargo de Mulchén y que estaba compuesto por un selecto grupo de comandos salidos de Peldehue.
El asunto es que el propio subdirector de la DINA, Pedro Espinoza Bravo, ha declarado judicialmente que el trabajo de Mulchén incluía también “operaciones clandestinas”, tal como lo hacía la Brigada Lautaro, que fue guardia de Contreras y, al mismo tiempo, grupo exterminador en el cuartel Simón Bolívar de La Reina.
Mulchén ha sido un fantasma para la justicia chilena. Su única acción “encubierta” y luego “descubierta” fue el crimen del diplomático español y militante comunista Carmelo Soria, asesinado por agentes de Mulchén el 16 de julio de 1976. Lo torturaron, luego le fracturaron el cuello y, finalmente, lo lanzaron cuesta abajo en el sector de La Pirámide por un barranco, con botellas de alcohol en el interior del vehículo, simulando que había muerto en un accidente. En la tarea habrían recibido la cooperación de la Brigada Lautaro, su hermana en “operaciones clandestinas”.
Otra de las pocas huellas que ha dejado Mulchén respecto de sus “operaciones clandestinas”, se encuentra en la declaración judicial del jefe de la Brigada Lautaro, Juan Morales Salgado, quien situó a los agentes de Mulchén en el centro de exterminio Simón Bolívar el mismo día que ahí envenenaron a dos ciudadanos peruanos con gas sarín, hecho que se detalla en La danza de los cuervos. Fue un ensayo, ya que era una de las posibilidades para eliminar al ex canciller Orlando Letelier. Finalmente se optó por una bomba bajo su auto y en la acción participaron agentes de Lautaro y Mulchén en conjunto.
En el período en que el diputado Martínez integró la DINA, la organización centró sus esfuerzos en dar con el Partido Comunista y sus dineros, con el fin de seguir financiando su estructura. En este contexto, el mismo día que desapareció un militante comunista vinculado a finanzas, Jorge Troncoso Aguirre —el 11 de mayo de 1977—, Rosauro Martínez Labbé, recibió una felicitación en su hoja de vida: “Condiciones de mando e iniciativa. Felicitación: Fue felicitado por la orden del día de la unidad. Por las excepcionales condiciones de mando y por su especial condición de saber motivar oportunamente a sus subordinados y obtener sus mejores rendimientos en aras del cumplimiento de la misión recibida”.
Si bien ello no constituye un delito, este tipo de anotaciones han servido de guía a ministros con dedicación exclusiva en causas de crímenes de lesa humanidad, puesto que por ignorancia o deliberación, en varias ocasiones agentes de la DINA inculpados en causas criminales durante la dictadura, han recibido felicitaciones en su hoja de vida en la misma fecha que fueron partícipes de crímenes.
En el libro también publiqué parte de la Hoja de Vida de Rosauro Martínez Labbé durante 1978, ya que a esa fecha su oficial calificador directo fue Jaime Lepe Orellana, involucrado en el crimen de Carmelo Soria. Él fue quien se subió a su auto disfrazado de carabinero y lo engañó, para llevarlo hasta el lugar del crimen.
Si la negación absoluta que el diputado Rosauro Martínez ha realizado respecto de su participación en la DINA es cierta, entonces el documento que el Ejército envió a la justicia debiera ser falso y en dicha institución debieran haber adulterado su firma y el lugar donde estuvo destinado. ¿El diputado va a iniciar acciones en contra del Ejército? ¿Puede mostrar su Hoja de Vida y desmentir su participación ahí? Hasta ahora Martínez, quien lleva diecinueve años en el cargo y se presenta a la reelección, no ha dado una explicación coherente respecto de su destinación en 1977, como contrapartida de los documentos que lo sitúan en la DINA y, posiblemente, en la Brigada Mulchén.
Al revisar su página web oficial en la Cámara de Diputados de Chile, llama la atención que ni siquiera se presenta como ex oficial de Ejército, la profesión que cumplió durante gran parte de su vida. En cambio, señala “agricultor”.
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