Hoy existe evidencia empírica y teórica de que el desarrollo digital de los países impacta directamente en el crecimiento económico. Bastantes estudios han demostrado aquello. El Banco Mundial estima que por cada 10% de aumento de la penetración de Banda Ancha, el PIB de economías emergentes crece 1.5%. Por su parte, McKinsey, en su estudio Internet Matters, demostró que la Internet ha impactado en 3.4% en las economías desarrolladas.
Al revisar lo ocurrido en nuestro país en este ámbito en los últimos 15 años, de manera esquemática deben destacarse algunos elementos:
- Desde fines de la década de los 90, el Estado inició esfuerzos por mejorar su política pública en materia de desarrollo digital, en la lógica de facilitar su interacción con los ciudadanos. Fue en este contexto, donde experiencias innovadoras y reconocidas a nivel mundial como las lideradas por el Servicio de Impuestos Internos o la Dirección de Compras Públicas, tuvieron lugar. Salvo en algunos ámbitos, la discontinuidad de los programas e iniciativas digitales al interior del Estado no ha contribuido a profundizar el aporte de esta política al desarrollo del país.
- Nuestro país llegó a tener posiciones de liderazgo en esta materia, no sólo a nivel regional. Recordemos que en 2005, en uno de los indicadores de digitalización del estado, Chile obtuvo el 4 puesto a nivel mundial. ¡Sí, el cuarto puesto!
- De manera paralela, durante toda la década pasada se impulsaron acciones destinadas a enfrentar la brecha digital, desarrollando tanto en el sistema educativo como en el ámbito del acceso público a Internet, ambiciosos programas. Destacan el programa Enlaces y las distintas iniciativas de promoción de acceso y alfabetización digital para la comunidad en general.
- Al analizar el desempeño de los últimos cuatro gobiernos, el ciclo de las políticas de desarrollo digital (1994 – 2014) puede ser caracterizado por su discontinuidad en la estrategias y un nivel de prioridad política variable en las agendas impulsadas en cada mandato.
- El actual Presidente planteó en un discurso durante la cena de la industria (ACTI) cuando aún era candidato en 2009, que en su gobierno emprendería una revolución digital
Fue en ese contexto electoral cuando en el año 2009, un grupo de personas, entre los que nos contamos los autores de este artículo, escribimos una Carta al Futuro Presidente, en la que solicitábamos al futuro mandatario un mayor nivel de compromiso con lo digital, desde el convencimiento de que el futuro de Chile será digital o no será.
Al momento del cierre del gobierno actual, se impone un balance de su gestión, tomando como base sus compromisos iniciales y el Programa de Gobierno 2010-2014, en el cual se plantean las siguientes propuestas:
- Banda ancha y computador en todos los hogares y para todos los niños de Chile, a través de un subsidio a la demanda, financiado con el royalty minero, valor de la propuesta 1.500 millones de dólares en 4 años.
- Establecer un modelo de aula electrónica, con pizarras en todas las aulas de Chile, digitalización de textos escolares, acceso a tareas y ejercicios en línea y aprendizaje del inglés por la web.
- Digitalización del Estado basado en el modelo de Singapur, todo trámite pueda hacerse por Internet deberá hacerse por Internet, incluyendo la digitalización de Conservadores, Archivos judiciales y Notarios.
- e-Salud, lo que incluye ficha médica electrónica, servicios de atención del tipo kioscos de salud, agenda, bono y receta electrónica
- Marco normativo para el teletrabajo
- Seguridad ciudadana y adopción de nuevas tecnologías, la cual incluye uso de nueva cédula , brazalete electrónico, uso de redes sociales en monitoreo de seguridad
- Industria de Tecnologías de Información y Comunicaciones, exenciones tributarias a la inversión TIC, establecer centro de estudios TIC y alianzas público-privadas
- Nueva institucionalidad de Desarrollo Digital basada en Ministerio de Economía, formalización del rol de CIO de gobierno y asignación de presupuesto especial.
¿Cuánto de esto ocurrió? ¿Tuvo lugar la comprometida Revolución Digital en estos cuatro años? ¿Qué fue lo bueno, lo malo y lo feo de esta administración?
Lo Bueno
- Sin duda, el ámbito donde se produjo el más destacado desarrollo, es en gobierno electrónico. Tras el inexplicable cierre del programa de Estrategia Digital en el Ministerio de Economía y el traslado de este componente a la Secretaría General de la Presidencia, se emprendió un proceso en el que la iniciativa ChileAtiende, un nuevo modelo de atención ciudadana multicanal que ha tenido avances significativos, ha sido su punto más alto, quedando en deuda su institucionalización futura dada la precariedad de hoy en esta materia.
- Desarrollar un equipo de trabajo profesional y orientado a mejorar el quehacer del Estado en materias de servicios y mejor atención a los ciudadanos, instalando prácticas que aunque embrionarias (Open Data), van en la dirección correcta. Es de esperar que la nueva administración no sólo lo mantenga, sino que lo pueda proyectar.
Lo Malo
- La baja tasa de cumplimiento de las promesas del Programa de Gobierno, en particular la propuesta más emblemática, asociada al acceso a la banda ancha a todos los chilenos, dejando la solución del problema del acceso al mercado y las bajas tarifarias que se han producido por efectos de mayor competencia. Del subsidio por parte del Estado en estas materias, nunca más se supo.
- Institucionalidad de Desarrollo Digital, redefinida luego de un periodo bastante poco claro, hoy residente en SUBTEL pero con poca claridad sobre cómo evolucionará a futuro. De hecho algunos elementos que nos parecen importantes dado que producen un espacio de diálogo fluido con otros actores, fueron eliminados por este gobierno sin mayor explicación como son: Consejo Internacional, Consejo Consultivo y Comité de Ministros.
Lo Feo
- Diseñar y desarrollar una política pública de Desarrollo Digital al 2020, entre algunos pocos expertos y con un nivel de participación ciudadana bastante bajo por decir lo menos, tal como lo demuestra una encuesta a los principales stakeholders en esta materia, donde el 84% consideró que un documento como éste debió ser difundido y discutido con mayor profundidad con el objeto de darle mayor legitimidad.
- El secretismo con el cual se está negociando el Trans-Pacific Partnership, acuerdo de libre comercio que entre otros aspectos, involucraría una serie de regulaciones que afectarían el ejercicio de nuestros derechos ciudadanos y el libre acceso a información y conocimiento en Internet.
- La grandilocuencia, un problema transversal de esta administración, la que pretendió encarnar aquello de que en 20 días harían más que otros en 20 años, y que en este ámbito se tradujo en una enunciada pero no realizada Revolución Digital. Un #EpicFail dirían en las redes.
En marzo asume una nueva administración. Las grandes transformaciones están definidas y se han planteado las grandes reformas: cambio constitucional, reforma tributaria y reforma educacional. La pregunta que al menos nos hacemos es qué rol jugará lo digital en la ruta para que estos cambios estructurales se puedan lograr en apenas cuatro años, contribuyendo a que el proceso sea abierto, transparente, inclusivo y participativo. Adicionalmente, como incorporaremos el desarrollo digital de nuestro país como un tema que debe estar en la agenda y no se transforme en el problema a resolver a mitad del mandato.
(*) Entrada escrita en coautoría con Enzo Abbagliati, Director de El Quinto Poder.cl