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Ciclistas expulsados de la Ruta 68 y “efecticlistas”

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Alejandro León Zapata
Por : Alejandro León Zapata Académico Facultad de Ingeniería UDP
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En la práctica, el ciclismo rutero perdió una de las infraestructuras con las condiciones óptimas de seguridad y deportivas para esta actividad. Pasemos ahora a los ciclistas no ruteros (y en esta categoría vamos a considerar a todo el resto, con excepción de los “ciclistas de ciudad”). En este grupo el impacto será menor, debido a que en general estos deportistas se desplazan en auto a los cerros y rutas en la que practican su deporte. Sin embargo, para aquellos que se desplazan en la bicicleta usando esta ruta para llegar a sus destinos deportivos, la medida es igual de nefasta que para los ruteros.


Hace pocas semanas entró en vigencia una medida permanente implementada en una de las carreteras más importantes de Chile, la Ruta 68. Esta medida contempla la prohibición absoluta de tránsito para ciclistas (la norma es extensiva también para otros vehículos y peatones). En el caso particular de los ciclistas, es una noticia nefasta, puesto que esta ruta era una de las pocas en donde se les permitía circular, incluso se les prestaba todo tipo de facilidades para desplazarse (el paso de los túneles, hidratación, etc.).

Analicemos el nuevo escenario por partes. Primero, qué significa esta medida para los “ciclistas de ruta”, aquellos que se dedican profesionalmente al ciclismo rutero, a los que lo practican de forma amateur, los que lo practican para llevar una vida sana y, finalmente, aquellos que usan una bicicleta rutera para desplazarse grandes distancias por trabajo u otro motivo. Para este tipo de ciclistas la distancia mínima contemplada en un entrenamiento de baja intensidad es de 40 a 50 km. ¿En qué lugar de la Región Metropolitana o cercana a Valparaíso, podrán tener un circuito de esta longitud? No olvidemos que esta prohibición prácticamente está vigente en todas las carreteras concesionadas de Chile y que las carreteras que no están en esta categoría tienen estándares de seguridad muy por debajo de las anteriores. Es decir, en la práctica, el ciclismo rutero perdió una de las infraestructuras con las condiciones óptimas de seguridad y deportivas para esta actividad. Pasemos ahora a los ciclistas no ruteros (y en esta categoría vamos a considerar a todo el resto, con excepción de los “ciclistas de ciudad”). En este grupo el impacto será menor, debido a que en general estos deportistas se desplazan en auto a los cerros y rutas en la que practican su deporte. Sin embargo, para aquellos que se desplazan en la bicicleta usando esta ruta para llegar a sus destinos deportivos, la medida es igual de nefasta que para los ruteros.

[cita]En la práctica, el ciclismo rutero perdió una de las infraestructuras con las condiciones óptimas de seguridad y deportivas para esta actividad. Pasemos ahora a los ciclistas no ruteros (y en esta categoría vamos a considerar a todo el resto, con excepción de los “ciclistas de ciudad”). En este grupo el impacto será menor, debido a que en general estos deportistas se desplazan en auto a los cerros y rutas en la que practican su deporte. Sin embargo, para aquellos que se desplazan en la bicicleta usando esta ruta para llegar a sus destinos deportivos, la medida es igual de nefasta que para los ruteros.[/cita]

Finalmente, para los “ciclistas” que usan las ciclovías de la ciudad y las calles que se cierran el fin de semana en algunas comunas, esta medida no tiene relevancia, pero, en estricto rigor, estos usuarios no practican el ciclismo deportivo, serían una especie de “efecticlistas”, si me permiten el término que se me acaba de ocurrir. En nuestra sociedad, hoy es tan frecuente realizar actividades con fines efectistas, obviando la propia actividad que se desarrolla. Ha crecido sobremanera el número de personas que practican el ciclismo –disculpen, quise decir el “efecticlismo”–. Se compran una buena bicicleta, la ropa, el casco, se ponen bloqueador y se van al parque a dar una vuelta de 800 metros. ¿Tiene esto algo de malo?, en absoluto, todo lo contrario. Es positivo si se compara con no realizar ninguna actividad deportiva; el problema radica en las autoridades que deben decidir este tipo de medidas (la prohibición en la Ruta 68 para los ciclistas). Si una o varias de estas autoridades pertenecen a los “efecticlistas”, obviamente, se preguntarán: ¿qué ciclista necesita la 68 para desarrollar su actividad? He ahí el problema, nuestras autoridades que toman decisiones, definen políticas de financiamiento para proyectos deportivos, definen políticas públicas en salud, etc., no sólo son “efecticlistas”, sino que además son “efecti-cualquier término”.

Por lo demás, ¿qué sucede si decido irme caminando o en bicicleta a Valparaíso?, ¿por qué no puedo desplazarme libremente en otro medio que no sea en auto o en bus? ¿Por qué toda medida vial está pensada en función de los automovilistas? Por último, si yo vivo en Ciudad de los Valles (al poniente de Santiago) y decido no usar mi auto, no usar el único bus de acercamiento que existe y decido viajar en bicicleta a mi trabajo, ¿qué vía alternativa a la Ruta 68, me recomendarían los efecti-expertos? Para los que no conocen el sector de Cuidad de los Valles, allí no existe vía alternativa, he ahí el sarcasmo, un poco escolar pero sarcasmo al fin. En Chile no existe la cultura deportiva y medidas como las señaladas sólo acentúan esta situación.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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