Ya que últimamente el tema ha estado en boca de todos y como soy parte de una universidad, en la que por más que algunos piensen que el aborto es un tabú, me siento en la necesidad de dar mi punto de vista.
Creo que todo hombre y mujer deberían tener la posibilidad de elegir y si para ellos dar término a la vida de un potencial niño está bien, bien por ellos. Pero no nos engañemos diciendo que de tal mes en adelante es vida y que antes no, porque del momento en que Dios permite el acto de la concepción nos encontramos frente a la formación y desarrollo de un nuevo ser. Yo me siento maravillada de poder presenciar esta evolución, pero no por ello obligaré a otro a pensar de igual manera.
Para mí las cosas son buenas o malas en sí y no dependiendo de lo que diga cada persona, es por ello que si yo abortase tendría más que claro que estoy imposibilitando el desarrollo de la vida de un niño, pero esa sería MI decisión. No estoy queriendo decir que la vida del niño es menos importante que mi decisión o que mi propia vida, pero estamos en una época en la que como país debemos velar por esas millones de mujeres que mueren día a día al hacerse un aborto en un lugar no apto. Si ellas deciden abortar que pese sobre sus conciencias, pero yo no soy la adecuada para juzgarlas.
Por otro lado, sería ideal que la decisión recayese tanto sobre el potencial padre como sobre la potencial madre, pero sabemos que no vivimos en un mundo perfecto y que la mayoría de las veces las decisiones más difíciles debemos tomarlas en solitario. De esta forma frente al miedo nos precipitamos y a veces no tomamos las decisiones más correctas, pero vuelvo a insistir ¿Qué es lo correcto? ¿Lo correcto es lo que está bien para mí o lo que está bien para el resto? ¿Puedo yo decirle a una mujer que pase por todo el proceso de un embarazo no queriéndolo?
En fin, sabemos que este tema seguirá en discusión y que a pesar de si llega a despenalizar o no el aborto, algunos seguirán viéndolo como un asesinato y otros como la manifestación de su libre albedrío. Solo me gustaría finalizar diciéndoles a los parlamentarios que cuando discutan el tema y tomen una decisión, no piensen en sus posturas personales, sino en el bien común, que para eso fueron elegidos.
(*) Texto publicado en El Quinto Poder.cl