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El estigma del uso de Misoprostol

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Verónica Flandes
Por : Verónica Flandes Matrona. Académica Escuela de Obstetricia y Puericultura, Universidad de Santiago de Chile. Activista en MILES CHILE
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Entonces, ¿dónde radica el peligro de su uso?, en que como sociedad no hemos logrado incorporar este tipo de situaciones en nuestra conciencia colectiva, porque, a diferencia de las cifras oficiales, en Chile se producen abortos ilegales a diario, por lo que debemos considerar que hay miles de mujeres que no han sufrido complicaciones con su uso aun en este contexto restrictivo y penalizado. Sin embargo, para el Instituto de Salud Pública (ISP) el estado del producto para su venta en establecimientos tipo A se encuentra vigente hasta el 2016, pero el acceso al fármaco es inseguro, ya que si se realiza el ejercicio de intentar adquirirlo, nos daremos cuenta de que no, aun cuando se posea una receta emitida por algún profesional médico, ya que la disponibilidad del fármaco es limitada.


Hace días se conoció el caso de la adolescente que se encuentra con riesgo vital en el hospital Luis Tizné, la causa es por hemorragia luego de utilizar Misoprostol para la realización de un aborto. En todos los medios de comunicación y en la mayoría de los comunicados de prensa de distintos actores públicos, se ha señalado el riesgo del uso de este fármaco, además de la ilegalidad de su utilización, para estos fines. Efectivamente durante el transcurso de los últimos años, el acceso a Misoprostol se ha restringido sólo a uso hospitalario, y basta buscar información en la web para encontrar la noticia de la sanción de un médico en una prestigiosa clínica, por el uso no justificado del fármaco durante el 2013. Sin embargo, desde la incorporación de este fármaco al manejo del aborto en Latinoamérica y otras regiones (en sus distintas situaciones legales), el número de ingresos hospitalarios por complicaciones de abortos inducidos ha disminuido significativamente y, por ende, la mortalidad materna por esta causa.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de Obstetricia y Ginecología (FIGO) recomiendan su inclusión como parte de los medicamentos esenciales de uso obstétrico, considerando que el Misoprostol es un medicamento que aporta enormemente al mejoramiento de la calidad de atención en salud de las mujeres en el mundo.

Para quienes desconocen su uso, el Misoprostol es un fármaco inicialmente indicado para el tratamiento de la úlcera péptica. Gran variedad de estudios científicos en todo el mundo han demostrado la efectividad en inducir cambios cervico-uterinos, logrando un estímulo uterino capaz de provocar contracciones. Por ello se utiliza en diversas indicaciones ginecológicas y obstétricas, como en la inducción del trabajo de parto con feto vivo, inducción del trabajo de parto con feto muerto, hemorragia posparto, aborto terapéutico, manejo del aborto incompleto, manejo del aborto retenido, la evacuación del huevo anembrionado y la maduración cervical, previo a la instrumentación en ginecología según la recomendación de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Ginecología y Obstetricia (FLASOG).

[cita]Entonces, ¿dónde radica el peligro de su uso?, en que como sociedad no hemos logrado incorporar este tipo de situaciones en nuestra conciencia colectiva, porque, a diferencia de las cifras oficiales, en Chile se producen abortos ilegales a diario, por lo que debemos considerar que hay miles de mujeres que no han sufrido complicaciones con su uso aun en este contexto restrictivo y penalizado. Sin embargo, para el Instituto de Salud Pública (ISP) el estado del producto para su venta en establecimientos tipo A se encuentra vigente hasta el 2016, pero el acceso al fármaco es inseguro, ya que si se realiza el ejercicio de intentar adquirirlo, nos daremos cuenta de que no, aun cuando se posea una receta emitida por algún profesional médico, ya que la disponibilidad del fármaco es limitada.[/cita]

Sin embargo, a pesar de las evidencias demostradas, su uso continúa siendo limitado, debido principalmente a la necesidad de ampliar la información que todavía no se solidifica entre los profesionales de la salud, influida directamente por la asociación de este fármaco con el manejo del aborto en contexto ilegal en nuestro país. Esta connotación negativa ha influido directamente con su inclusión en el manejo de otras situaciones clínicas, restringiendo su uso y acceso.

Cabe destacar que, según el documento diseñado por la Organización Mundial de la Salud (2012) titulado “Aborto sin riesgo: guía técnica y de políticas para sistemas de salud”, el uso de Misoprostol en las dosis adecuadas es fundamental para la inducción de abortos en el primer trimestre, por la seguridad que su uso conlleva, realizándose un manejo de forma ambulatoria hasta las 9 semanas de gestación.  Tanto así que existen disponibles guías de orientación para su uso por parte de la mujer en distintos idiomas, para los países en que el aborto es legal y existe acceso seguro al fármaco.

Entonces, ¿dónde radica el peligro de su uso?, en que como sociedad no hemos logrado incorporar este tipo de situaciones en nuestra conciencia colectiva, porque, a diferencia de las cifras oficiales, en Chile se producen abortos ilegales a diario, por lo que debemos considerar que hay miles de mujeres que no han sufrido complicaciones con su uso aun en este contexto restrictivo y penalizado. Sin embargo, para el Instituto de Salud Pública (ISP) el estado del producto para su venta en establecimientos tipo A se encuentra vigente hasta el 2016, pero el acceso al fármaco es inseguro, ya que si se realiza el ejercicio de intentar adquirirlo, nos daremos cuenta de que no, aun cuando se posea una receta emitida por algún profesional médico, ya que la disponibilidad del fármaco es limitada. Adquirirlo de forma clandestina eleva su valor a cifras prácticamente inalcanzables (costo real 22 dólares, costo de venta en Chile sobre los 100 dólares), además de desconocer la calidad  del fármaco y, por lo tanto, su eficacia.

Hoy nuestra deuda es con las mujeres, que no tienen acceso a la información, a la atención, al trato digno. Ya que no podemos seguir negando una realidad existente y colocar nuestras necesidades o creencias como profesionales por sobre la experiencia y necesidad de cada una de ellas.

Por lo que insisto que el uso de Misoprostol es seguro para el aborto durante el primer trimestre y su uso adecuado no pone en riesgo la vida de la mujer, el principal factor de riesgo es el contexto social en el cual la mujer lo debe usar de forma clandestina, y en eso Chile aún tiene una gran deuda en reconocer y garantizar los Derechos en Salud Sexual y Reproductiva.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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