Pese a su turbio historial de corrupción y violaciones a los derechos humanos y de vínculos con el crimen organizado, en 2010 “Desi” estableció una estrecha relación con el entonces Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y en 2011 fue anfitrión de la presidenta de Brasil, Dilma Rouseff, para fortalecer los nexos entre Paramaribo y Brasilia.
Chile es miembro activo de Unasur, ha tenido su presidencia pro témpore y es actor importante en su Consejo de Defensa Suramericano que en estos días –en compañía de Venezuela–, se aplica activamente a diseñar una estrategia de defensa regional.
Unasur fue promovida por Hugo Chávez de Venezuela y apadrinada por Lula da Silva de Brasil con la participación inicial de Argentina, Perú, Chile, Venezuela, Ecuador, Guyana, Surinam y Bolivia. La entidad entró en plena vigencia el 11 de marzo de 2011, después de cumplirse el requisito de que nueve países suscribieran el convenio. Posteriormente se unieron Brasil, Colombia y Uruguay.
Paraguay fue el último país en aprobar el tratado, el día 11 de agosto de 2011, y fue suspendido en junio del 2012 por el resto de los miembros de la Unasur, después que todos los países sudamericanos consideraron que el juicio político a que fue sometido Fernando Lugo, que entonces ejercía la Presidencia del país, constituía un golpe de Estado contra un gobierno democrático. Esta expulsión fue oportuna y ad hoc. Paraguay se había venido resistiendo al ingreso de Venezuela al Mercosur, frente a la presión de Brasil y Argentina para que lo aceptara. La sanción del Parlamento Paraguayo que destituía al Presidente Lugo acusado de actos de corrupción e inmoralidad fue el oportuno motivo que permitió su expulsión –por un muy breve lapso– de ambas organizaciones, dejando una ventana de tiempo para el ingreso express de Venezuela, a lo que el Congreso Paraguayo se había opuesto.
El 19 de marzo de 2014, Unasur incluyó en su Constitución una Cláusula Democrática que fue suscrita por todos sus miembros y que constituye uno de sus orgullos.
El Protocolo Adicional al Tratado Constitutivo de Unasur agregó una Cláusula que impone sanciones a cualquier Estado miembro de la Unasur que quiebre o intente quebrar la democracia y se originó como respuesta al intento de golpe de Estado denunciado por Correa en Ecuador el 30 de septiembre del 2010. En la ceremonia de publicación de esta Cláusula, el Canciller de Ecuador, Eduardo Patiño, aprovechó de esclarecer la idea: “Ahora mismo Venezuela vive una situación difícil, con el intento de algunos grupos violentistas de derrocar al gobierno legítimo del presidente Nicolás Maduro”… y, por lo mismo, Unasur decidió conformar una Comisión que se trasladará a Venezuela para favorecer el diálogo y acompañar al Gobierno del Presidente Nicolás Maduro.
Entre las medidas de castigo que establece el organismo regional constan: la suspensión de derechos a participar en los distintos órganos e instancias de la Unasur, así como el goce de derechos y beneficios; el cierre parcial o total de fronteras terrestres, limitación del comercio, tráfico aéreo y marítimo, comunicaciones, provisión de energía, servicios y suministros; promoción de la suspensión del Estado afectado en el ámbito de otras organizaciones regionales e internacionales; la adopción de sanciones políticas y diplomáticas adicionales.
El encargado de proponer y verificar el cumplimiento de estas sanciones es el Presidente pro témpore de Unasur.
El 30 de agosto del 2013, Desiré “Dési” Delano Bouterse, Presidente de Surinam, recibió el cargo de presidente pro témpore de Unasur. Dos días después, el 2 de septiembre, su hijo “Dino” fue deportado desde Panamá a los EE.UU. por los delitos de tráfico de drogas y asociación ilícita. La cancillería de Panamá informó que Dino, de 40 años, fue entregado a la DEA, agencia antidroga estadounidense, por una orden internacional de arresto emitida en agosto de 2013 por la Fiscalía Federal del Distrito Sur de Nueva York, EE.UU.
La Fiscalía precisó que Bouterse hijo fue acusado de posesión de un arma antitanque y que a Dino se le atribuyen supuestos nexos con grupos terroristas que no han sido públicamente identificados, toda una sorpresa si se considera que Dino era el Jefe de la Unidad Antiterrorista del Gobierno de su padre.
Pero esta relación con el mundo de las drogas y el terrorismo era un asunto familiar y venía de lejos, desde 1980.
“Dési” ha sido el “hombre fuerte” de Surinam desde su independencia de Holanda en 1975. En 1980, con apenas 35 años, el joven militar encabezó una rebelión de sargentos que instaló una férrea dictadura castrense que gobernó hasta 1988 y, aunque solo ejerció la presidencia durante pocos días, fue el verdadero “poder detrás del trono”, controlando a su antojo a diversos mandatarios. El 15 de diciembre de 1982 fueron capturados y asesinados 14 líderes opositores al régimen en el Fort Zeeland, hecho conocido como “Los Asesinatos de diciembre”.
En 1990, “Dési” Bouterse volvió a dar un golpe de Estado que disfrazó de democracia y en los últimos 20 años continuó siendo el titular del control militar, político y socioeconómico de esa nación. En las elecciones efectuadas en mayo de 2010, ganó la presidencia vía electoral y asumió el cargo en agosto de ese año en medio de profundos cuestionamientos internacionales, en especial de Holanda y Estados Unidos, por su tormentoso pasado, como una condena de un tribunal holandés por la masacre del 1982 antes señalada. El gobierno de Holanda se niega a recibirlo: “El nuevo Presidente de Surinam no es bienvenido, ya que tiene una pena de cárcel pendiente”, pena de 11 años de prisión por un contrabando de 474 kilos de cocaína.
Pese a su turbio historial de corrupción y violaciones a los derechos humanos y de vínculos con el crimen organizado, en 2010 “Dési” estableció una estrecha relación con el entonces Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y en 2011 fue anfitrión de la Presidenta de Brasil, Dilma Rouseff, para fortalecer los nexos entre Paramaribo y Brasilia.
La amistad de Chávez con “Dési” no es sorprendente, ya que sus historiales personales y políticos guardan una curiosa similitud.
La pasividad –complicidad– de Unasur con la represión de Maduro en Venezuela y el historial –prontuario– de su Presidente pro témpore explican la verdadera naturaleza de esa organización, ponen en ridículo su Cláusula Democrática y llevan a preguntarse qué hace Chile en ese grupo y qué hacen nuestro Ministerio de Defensa y nuestras FF.AA. colaborando con esos personajes.