¿Por qué marchamos nuevamente?
Nunca pensamos que esta batalla sería fácil. Si bien el sentido común neoliberal fue agrietado por una gran mayoría ciudadana que cuestiona el tratamiento mercantil de nuestros derechos, aún queda mucho camino por recorrer, y los obstáculos que debemos sortear no son menos peligrosos que los que ya hemos superado. Cada espacio que los defensores de la educación pública dejamos vacío es llenado con mucha decisión por quienes se están jugando el todo por el todo para que Chile se pierda esta oportunidad histórica de dignificar su sistema educativo.
Si con la reforma tributaria, la derecha política y económica se dispuso al consenso con el Gobierno, luego de una aguda campaña del terror, para el plano de la reforma educacional ha sido esta misma derecha la que ha cuestionado repetir aquella fórmula (a pesar de las porfiadas intenciones de algunos que gustosos repetiría la triste escena del año 2007 con la Ley General de Educación) ¿Cómo entender esto, entonces, sino como una decisión de la derecha y el empresariado por llevar al límite dicha campaña, de modo de restar respaldo ciudadano a las transformaciones que el movimiento social ha instalado?
En el marco de esta campaña del terror, la sostenedora Mariana Aylwin recorre el país difamando la reforma; Harald Beyer manipula preguntas de la encuesta CEP para acomodar sus resultados; una organización de padres y apoderados -alimentada por la derecha- realiza manifestaciones pro-lucro; y parlamentarios de oposición dibujan escenarios apocalípticos a raíz de los cambios propuestos.
La derecha ya decidió su camino, y ahora es el turno del gobierno: o se mantiene firme en los principios que orientan esta reforma, o cede ante una derecha que en su desesperación por mantener el modelo, seguirá optando por la mentira.
En ese tanto, el gobierno debe saber que de optar por consolidar una verdadera y estructural reforma educacional, podrá contar con el movimiento social por la educación, el cual seguirá siendo expresión de un nuevo Chile, tal como lo demostraremos en las calles este jueves.
Por nuestra parte, ya hemos decidido qué camino tomar. Nos hemos movilizado por cambios profundos en educación, y no bajaremos la guardia hasta que se consoliden los cambios exigidos por nuestra sociedad. Nuestra movilización, por tanto, tiene un objetivo claro: recordarle a los viudos del “viejo Chile”, que somos mayoría los que queremos cambios y que éstos no pueden ser resueltos en las estrechas paredes de una cocina.
(*) Texto publicado en El Quinto Poder.cl