La creación de un Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, como hemos señalado, no solo es posible sino que necesaria. De ello depende la generación de la sinergia que permite que los profesionales de hoy formen a los profesionales del mañana, que son formados desde una lógica de calidad que sobrepasa a sus competencias formales para realizar su trabajo. No podemos mantener a Conicyt en una agonía constante, que impide que nuevos proyectos se aprueben prontamente y que incluso esta entidad sea incapaz de mantener a corto plazo aquellos proyectos que ella misma aprobó.
Uno de los primeros pasos para el avance hacia una educación pública, gratuita y de calidad es dotar de las condiciones materiales para su implementación. Acceso, financiamiento, y definir el concepto de calidad son vitales para poder dar el salto siguiente: la creación de institucionalidad que permita este proceso. Si definimos el acceso como la posibilidad de un estudiante de acceder a una universidad pública sin discriminación más que por sus competencias, el financiamiento como el aporte que genera el Estado para que el estudiante posea una educación gratuita, la educación de calidad deberá ser definida como aquella que crea sujetos autosuficientes, de saber integral y capaces de vivir en comunidad.
Para asegurar que en Chile se dé educación de calidad, nuestras instituciones de educación superior, media, básica y prebásica deben ser capaces de formar sujetos autosuficientes (competentes), de saberes multidisciplinares y que sean capaces de trabajar y vivir dentro de un grupo humano directo a su realidad. Sin embargo, esta misión de entregar una educación de calidad se ve dificultada si no existe un rol activo y presente de la Comisión Nacional de Investigación, Ciencia y Tecnología (Conicyt) en el financiamiento y entrega de herramientas para el perfeccionamiento constante de los profesionales como el desarrollo de investigación propia de nuestro país. No solo ello, un Ministerio de Educación (Mineduc) por sí solo no puede hacerse cargo de entregar una educación de calidad como la hemos definido. Por ello, planteamos la necesidad de crear un Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología que se encargue exclusivamente de las áreas de innovación, investigación y desarrollo (I+D), generación y perfección de capital humano y capital social. Como veremos, no puede haber educación de calidad si no fortalecemos el rol que cumple Conicyt, el cual se encuentra en el grado de comisión, con un presupuesto restringido y dentro de un Ministerio que posee un conjunto más amplio de funciones y demandas. Finalmente, señalamos que el cimiento sobre el cual se produce el desarrollo de una nación se construye desde una sociedad que posee educación de calidad, ya que la educación no solo forma profesionales, forma personas y forma ciudadanos. Pasemos a desarrollar nuestra premisa.
[cita] La creación de un Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, como hemos señalado, no solo es posible sino que necesaria. De ello depende la generación de la sinergia que permite que los profesionales de hoy formen a los profesionales del mañana, que son formados desde una lógica de calidad que sobrepasa a sus competencias formales para realizar su trabajo. No podemos mantener a Conicyt en una agonía constante, que impide que nuevos proyectos se aprueben prontamente y que incluso esta entidad sea incapaz de mantener a corto plazo aquellos proyectos que ella misma aprobó. [/cita]
Conicyt posee posibilidades limitadas para entregar educación de calidad. En promedio Chile gasta cerca del 0,4% de su presupuesto anual en I+D, en contraste con un 3,9% de Finlandia o un 1,16% de Brasil. A nivel OCDE, las empresas participan en el 60% de la generación de recursos para I+D, en contraste a un 35,4% de nuestro país. No solo ello, el principal ente financiador de estos proyectos de investigación (Fondecyt) posee un presupuesto que, de no ser ampliado este año, impediría la formulación de nuevos proyectos y entregaría financiamiento a los proyectos ya aprobados… ¡a 3 años plazo! Otro de los problemas que ha existido es la disminución del presupuesto para la entrega de becas para la formación de Magísteres como Doctorado. Este año se generó una disminución de un 6,2% en el presupuesto para la entrega de Becas Chile, principal fuente para el desarrollo de capital humano de alto valor en nuestro país. El presupuesto para la generación de investigación es aprobado dentro de la glosa del Mineduc, pero requiere que Dipres funcione como “visadora” o garante de la aprobación de ese presupuesto. Por tanto, el presupuesto no solo es bajo, sino que disminuye en la medida que avanza el tiempo y se suceden los gobiernos, siendo el caso más dramático la reducción del presupuesto 2013-2014, el cual ha impedido que muchos de los nuevos proyectos no sean aprobados por falta de presupuesto, como el pago fuera de plazo de becas de investigación Conicyt. El proyecto de financiamiento a la investigación para el 2014 contempla un crecimiento de un 3,3% en relación al año anterior, a diferencia del crecimiento nulo de los últimos cuatro años. En la actualidad se discute si rechazar el proyecto presentado por el gobierno anterior para trasladar a Conicyt al Ministerio de Economía (Minecom), lo cual, en palabras de la comunidad académica, implicaría ponerle una lápida al financiamiento público de proyectos “no rentables”, como la investigación en Humanidades. Recordemos que una educación de calidad es aquella que entrega a los sujetos no solo la capacidad de ser autosuficientes, sino que además de íntegros y capaces de vivir en comunidad, lo cual es imposible sin inversión en I+D, innovación, creación y fortalecimiento de capital humano y social.
Por ello, es necesaria la creación de un Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología. Esta es una realidad en el caso de varios países OCDE incluyendo al más utilizado para hablar de educación de calidad, Finlandia. Como señaláramos al principio, el Mineduc se encarga de una cantidad amplia de funciones que le impiden tener el control del proceso de generación de una educación de calidad. La educación superior es la base de una educación de calidad, lo que depende a su vez de la generación de I+D, innovación, generación y fortalecimiento de capital humano y social. Además, la educación superior también debe agrupar a los Centros de Formación Técnica (CFT) y los Institutos Profesionales (IP) en los cuales estudia más del 75% de la población estudiante que recibe tanto educación superior como beneficios estudiantiles. Se vuelve necesario que este nuevo Ministerio funcione de forma directa y coordinada con el Mineduc, ya que los futuros docentes que tienen por misión entregar educación de calidad requieren de las competencias profesionales para lograrlo. Un profesional docente que no realiza investigación o que no es experto en un área en la que trabaja no asegura que a quienes forme sean sujetos autosuficientes. Invertir en I+D, innovación, formación y perfeccionamiento de capital humano y social en áreas más allá de la universidad permiten también la mejora de la formación educacional de la población en general, la cual mejora sus ingresos, perfecciona sus estudios y genera una base social sobre la cual crece tanto su entorno como la sociedad en su conjunto. Reducir la dependencia de los mercados externos en importación de tecnologías, la monoexportación de materias primas como fuente de ingreso del Estado, así como la mejora de la competitividad de nuestros mercados tanto de exportación como locales, requieren de una educación de calidad, ya que esta aumenta las cadenas de valor al vincular al Estado, las instituciones intermedias y a los productores.
La creación de un Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, como hemos señalado, no solo es posible sino que necesaria. De ello depende la generación de la sinergia que permite que los profesionales de hoy formen a los profesionales del mañana, que son formados desde una lógica de calidad que sobrepasa a sus competencias formales para realizar su trabajo. No podemos mantener a Conicyt en una agonía constante, que impide que nuevos proyectos se aprueben prontamente y que incluso esta entidad sea incapaz de mantener a corto plazo aquellos proyectos que ella misma aprobó. Un Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología es la piedra angular sobre la cual se crea la calidad. No tomar en cuenta la necesidad de que tanto la Educación Superior como Conicyt tengan una institución autónoma y capaz de disputar sus propias partidas presupuestarias hará que la calidad de la educación no cambie, que solo haya acceso y gratuidad, pero no calidad. Esta calidad debe ser asegurada por el Estado, y el rol de los privados debe limitarse a entregar condiciones favorables para la producción y a la demanda por nuevas tecnologías que mejoren la producción, los salarios y la jornada laboral. No perdamos nuevamente la oportunidad de dar un salto al desarrollo: un país sin educación es un país condenado al subdesarrollo, basado en la explotación del débil por el más fuerte.