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Inclusión social: desde la superación de la pobreza hasta la aceptación de la diversidad sexual

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Nicolás Preuss
Por : Nicolás Preuss Director Nacional del Injuv /@nicopreuss
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El pasado 5 de septiembre el Instituto Nacional de la Juventud entregó las que deben ser las cifras de aceptación de la diversidad sexual más altas en la historia de los sondeos en la juventud chilena. No lo hicimos desde la vereda del activismo en función de la temática, sino desde la vereda de la obligación por el conocimiento y realidad de las opiniones de la juventud. Lamentablemente durante los últimos 4 años, y a pesar del aumento de 30% en la aprobación a la homosexualidad, el INJUV no realizó sondeos o consultas referentes a la materia, hoy saldamos esa deuda.


En el año 1990, cuando se recuperaba la democracia, y se comenzaba a superar la pobreza en nuestro país, sólo un 5,6% de los jóvenes chilenos aceptaba la homosexualidad como una orientación sexual igual de válida que cualquier otra. 24 años después, el 84% de nuestra juventud acepta la homosexualidad.

La década de los 90 no estuvo marcada por la discusión respecto a la aceptación de las temáticas de la diversidad sexual, algunos plantean que la superación de la pobreza era sin lugar a dudas la bandera de la inclusión social, dejando en segundo plano cualquier otra temática de inclusión.

Durante la década del 2000 la agenda estuvo marcada por la consolidación de la lucha contra la pobreza y el comienzo de la discusión sobre desigualdad y segregación.

[cita] El pasado 5 de septiembre el Instituto Nacional de la Juventud entregó las que deben ser las cifras de aceptación de la diversidad sexual más altas en la historia de los sondeos en la juventud chilena. No lo hicimos desde la vereda del activismo en función de la temática, sino desde la vereda de la obligación por el conocimiento y realidad de las opiniones de la juventud. Lamentablemente durante los últimos 4 años, y a pesar del aumento de 30% en la aprobación a la homosexualidad, el INJUV no realizó sondeos o consultas referentes a la materia, hoy saldamos esa deuda. [/cita]

Nuevamente la diversidad sexual no fue parte preponderante de las discusiones sobre inclusión social.

Llegada la década del 2010 las cosas empezaron a cambiar, y las candidaturas de Sebastián Piñera, Eduardo Frei y Marco Enríquez-Ominami le entregaron una vital importancia a la diversidad sexual.

El pasado 5 de septiembre el Instituto Nacional de la Juventud entregó las que deben ser las cifras de aceptación de la diversidad sexual más altas en la historia de los sondeos en la juventud chilena.

No lo hicimos desde la vereda del activismo en función de la temática, sino desde la vereda de la obligación por el conocimiento y realidad de las opiniones de la juventud. Lamentablemente durante los últimos 4 años, y a pesar del aumento de 30% en la aprobación a la homosexualidad, el INJUV no realizó sondeos o consultas referentes a la materia, hoy saldamos esa deuda.

La inclusión social de todas y todos los chilenos debe ser capaz de superar las viejas barreras y tabús históricos, permitiendo a los ciudadanos de la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) desarrollarse en una sociedad con igualdad de condiciones y oportunidades.

Hemos dado un gran paso para seguir superando la pobreza, estamos dando una fuerte lucha por superar la desigualdad y la segregación, pero para que la inclusión social deje de ser una simple consigna en campañas políticas más o campañas políticas menos, debemos escuchar la voz y la opinión de quienes liderarán el futuro de nuestro País, los jóvenes son la voz del mañana, una voz que no debemos permitir que se transforme en susurro, sino en obra y acción.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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