El material, apenas llegó a nuestro país el 21 de octubre, comenzó a operar desde la legendaria Base Aeronaval de El Belloto, como apoyo a unidades de la Escuadra y en la vigilancia aeromarítima, acciones que hoy se evocan como un homenaje a sus antiguas y destacadas tripulaciones.
En un acto de trascendencia histórica acaecido hace 60 años, el 27 de septiembre de 1954 en las instalaciones de la planta Beecrachft Corporation en Wichita, Estados Unidos de Norteamérica, fueron entregados a la Armada de Chile tres aviones de transportes D´18´S.
El material, apenas llegó a nuestro país el 21 de octubre, comenzó a operar desde la legendaria Base Aeronaval de El Belloto, como apoyo a unidades de la Escuadra y en la vigilancia aeromarítima, acciones que hoy se evocan como un homenaje a sus antiguas y destacadas tripulaciones.
Según el libro La Historia de la Aviación Naval Chilena, del escritor Carlos Tromben C., la formación de estos aviones se encontraba al mando del Capitán de Fragata Calixto Pereira Ramírez. Su misión era sobrevolar todo el centro y sur de Norteamérica, América Central y recorrer los países de las costas del Pacífico de Sudamérica, con un recorrido de 4.500 millas náuticas, convirtiéndose en el vuelo de más largo aliento que se había intentado a la fecha en la trayectoria de la Aviación Naval, lo que amerita un especial reconocimiento para estos destacados aviadores:
En el avión Nº 101 viajaban el Capitán de Corbeta Carlos Borrowman Sanhueza, el Teniente 1º Raúl López Silva y el Sargento Juan Barrera Ahumada. Mientras que los tripulantes del N-202 eran los Capitanes de Corbeta Roberto Vargas Biggs y Óscar Peckering Lewin, con los Sargentos Heriberto Sánchez Sánchez y Samuel Zamorano Latoja; y en el N-303 lo hacían los capitanes de corbeta Eduardo Allen Hahn y Gastón Lagos Carretón, el Sargento 2º Alejandro Heyser Espinoza y el cabo Hernán Gómez.
Arica fue la primera ciudad chilena donde aterrizaron los legendarios aviadores. Luego vino Antofagasta y el aeropuerto de Los Cerrillos en Santiago, donde fueron recibidos por el Jefe del Estado Mayor General de la Armada, Contraalmirante Manuel Quintana Oyarzún. Más tarde, las dotaciones concurrieron a saludar al Comandante en Jefe institucional de la época, Vicealmirante Francisco O’Ryan Orrego. Terminadas las presentaciones de rigor, los aparatos se desplazaron el 21 de octubre de 1954 a su sede de operaciones en “El Belloto”.