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Del discurso a la práctica: Los Ríos, un paso adelante en participación ciudadana

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Egon Montecinos
Por : Egon Montecinos Director Centro de Estudios Regionales, Universidad Austral de Chile
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Pensar el acto de gobernar de esta forma, nos invita a pensar la política de manera distinta, nos convoca a mover las tradicionales barreras de lo posible, donde la participación ciudadana sea el motor para fortalecer nuestra democracia. Además, la participación contribuye a la cohesión, dicho sea de paso, constituye fuente generadora de capital social. Este último, uno de los factores elementales para alcanzar mayores niveles de desarrollo territorial.


Nuestro país asiste a una transición social a la democracia que trasciende al diseño institucional y que toca el corazón del enfoque de gobernanza. En otras palabras, somos parte de un nuevo escenario donde existe una creciente demanda ciudadana por participar en los asuntos públicos. Esta expresión que ha tenido eco, al menos en la retórica, en el mundo político de manera transversal pero que aún carece de mecanismos que la hagan efectiva, es decir, que sean parte del diseño institucional.

No se trata de una tarea sencilla, mucho menos cuando se trata de ceder poder. De aquí en adelante, del poder que la Administración Pública cede a los ciudadanos. En este ámbito, la Presidenta Michelle Bachelet ha dado muestras claras de voluntad para que la participación ciudadana en la gestión pública dé un salto cualitativo, pasando de la participación consultiva a una deliberativa, donde los ciudadanos y ciudadanas puedan decidir en los asuntos que les afectan.

Pensar el acto de gobernar de esta forma, nos invita a pensar la política de manera distinta, nos convoca a mover las tradicionales barreras de lo posible, donde la participación ciudadana sea el motor para fortalecer nuestra democracia. Además, la participación contribuye a la cohesión, dicho sea de paso, constituye fuente generadora de capital social. Este último, uno de los factores elementales para alcanzar mayores niveles de desarrollo territorial.

[cita]Pensar el acto de gobernar de esta forma, nos invita a pensar la política de manera distinta, nos convoca a mover las tradicionales barreras de lo posible, donde la participación ciudadana sea el motor para fortalecer nuestra democracia. Además, la participación contribuye a la cohesión, dicho sea de paso, constituye fuente generadora de capital social. Este último, uno de los factores elementales para alcanzar mayores niveles de desarrollo territorial.[/cita]

En la Región de Los Ríos, lo hemos entendido también de esa manera; más y mejor democracia, es uno de nuestros ejes centrales en el sendero hacia nuestro desarrollo regional. Por ello, hemos decidido que la participación supere a la retórica y que sean mecanismos e instrumentos de participación los que caractericen nuestro diseño institucional. Sin ir más lejos, creamos bajo el alero del Gobierno Regional la Unidad de Participación Ciudadana y Presupuestos Participativos, cuyas líneas estratégicas tienen relación con la democratización de la información, formación ciudadana, participación en la inversión pública, en los instrumentos de planificación y la gestión territorial.

En esta misma dirección, modificamos la modalidad de priorización de los proyectos financiados por el Fondo Regional de Iniciativa Local (FRIL), donde la ciudadanía decide de manera vinculante sobre un 30% del fondo, equivalente a 1.500 millones de pesos este 2014, distribuidos entre las comunas por medio de una ecuación de equidad territorial. Esta iniciativa, ya nos entregó el privilegio de presenciar, a través de un piloto acotado, cómo las Juntas de Vecinos de Lago Ranco resolvieron la inversión pública de poco más de 160 millones de pesos. Este ejercicio tendrá réplica en el resto de las comunas durante octubre y, más importante aun, desde el 2015 se implementará como presupuestos participativos.

Reitero que no se trata de una tarea sencilla, requiere de mucho trabajo, pero, principalmente, se necesita mucha voluntad política para que la participación deje de ser un discurso y sea una realidad.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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