Clasismo y arribismo en Chile
Señor Director:
No es bueno criticar el país donde uno nació, ni menos, cuando se encuentra viviendo fuera de éste, pero tengo la necesidad de decir que cuando uno está estudiando, trabajando o simplemente en unas vacaciones alargadas lejos de su tierra, es cuando se valoran ciertas cosas, se sienten ´saudade´ (expresión brasileña para tristeza) o también se crea la facultad para hablar sobre lo que no nos gusta de nuestro Chile.
El clasismo y arribismo son parte de nuestro estilo de vida.
Hoy, navegando por la página de un think tank ligado a la ´libertad` daba cuenta en la biografía de una de sus miembros, que ella había sido galardonada con el premio de mejor alumna de su prestigioso ex colegio capitalino, desde que estoy en Brasil no he escuchado una de esas típicas frases: ¿de qué colegio? Esa simple unión de palabras nos hace crear una esfera de segregación en donde si no estás dentro de un colegio ´top` tu nivel como persona desciende hasta niveles ínfimos.
Una sociedad donde existen elementos que te hacen diferenciar del resto como el mencionado colegio o como la religión moralista que no se toca y que al parecer solo es visible el día domingo, en los viajes al exterior en semana santa o en las reuniones de apoderados de la escuela congregacional. Acá puedo ver en la misa del domingo a la dueña de uno de los mejores restaurantes de la ciudad junto a la auxiliar del hospital en el mismo banquillo.
Solo puedo pensar que si cambiáramos algunas y pequeñas cosas de nuestra cultura seriamos un paraíso como país.
Marcelo Salinas Carrera
Estudiante de ingenieria comercial de intercambio en Brasil