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De textos y carabineros

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Después de todo, si uno de esos académicos que ironiza sofisticadamente sobre la policía, o la directora del INDH, se encontraran una noche con algún desconocido dentro de la casa ¿acaso no llamarían a los carabineros que rechazan?


El texto escolar que pretendía distribuir el Instituto Nacional de Derechos Humanos, en el que se calificaba la conducta de Carabineros de Chile durante las marchas del 2011 como “represiva” y contraria a los DDHH, fue demasiado. Casi le cuesta el puesto a su directora (y en Chile eso es importante, ya nada le cuesta el puesto a nadie). Otras noticias más recientes han hecho que el episodio quede en el olvido, pero algo que me ocurrió el fin de semana pasado me lo trajo de nuevo a la memoria.

Fui a la Feria del Libro en la Biblioteca Municipal de Concepción y se estaba mostrando un documental sobre patinadores (sobre todo skaters) y carabineros, que, por supuesto, impedían el libre ejercicio del patinaje. Nada personal en contra de los skaters (“skateboarding is not a crime” me enseñó un querido amigo que trabajaba en el Bronx), pero, además de las imágenes en terreno, el documental contenía entrevistas a académicos que hablaban de cosas como el control social, del aparato policial como agente del poder, etc. No había mucha gente viendo ese documental el sábado en la tarde, cuatro o cinco personas, a lo más. La mayoría estaba al frente, en el Parque Ecuador, caminando o sentada en un banco viendo jugar a los niños, inconsciente de cosas que se piensan y se dicen, y que poco a poco van cambiando la sociedad.

Me pareció admirable –en cierto sentido– el trabajo de personas como los documentalistas: una gota de agua en un río, pero una gota que hace su pequeño trabajo de erosión, que unida a otras adquiera la fuerza de un gran caudal. El texto del INDH llamó la atención, cruzó un límite y hubo de dar marcha a atrás. El documental exhibido en la Feria del Libro, en cambio, pasó desapercibido y pudo exhibirse sin que nadie mostrara un punto de vista contrario. Los comentarios que clase a clase hacen académicos acerca de dispositivos disciplinarios, sociedad castigadora, etc. van quedando en las mentes de los alumnos.

Y a pesar de que las teorías, y los documentales y textos de difusión que se fundan en ellas tengan una lógica interna, no salen bien paradas frente a la realidad: los cientos de personas que se esparcen libremente en el Parque Ecuador, las pocas personas que en la misma Biblioteca ven tranquilamente ven en un documental en que se ataca a Carabineros de Chile, pueden hacerlo porque hay carabineros dispuestos a rendir su vida en defensa del orden que permite todo eso. Después de todo, si uno de esos académicos que ironiza sofisticadamente sobre la policía, o la directora del INDH, se encontraran una noche con algún desconocido dentro de la casa ¿acaso no llamarían a los carabineros que rechazan?

Derechos como la vida, la propiedad o la libertad concreta de poder salir tranquilamente de la casa, necesitan que alguien los defienda, con fuerza cuando la razón no basta.

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