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Cobertura de la Salud Mental en Chile

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Por: Christian Arévalo Psiquiatra Instituto Dr. José Horwitz – Docente Facultad de Medicina UDP, Magíster en Gestión


Señor Director:

El aumento en el gasto en Salud Mental por parte del Ministerio de Salud en los últimos años ha estado  por debajo de lo proyectado, incluso en relación a los objetivos que el mismo Estado se ha propuesto, sin embargo, en el sector privado de Salud la situación no es mucho mejor, pues persisten arbitrarias discriminaciones. Por ejemplo, en la cobertura de los planes que ofrecen las Isapres a las enfermedades mentales -según información de la Superintendencia de Salud-, los seguros privados costearon sólo un 28,5% de las consultas psiquiátricas el año 2014. Estas restricciones al gasto por parte de las aseguradoras, se basarían en la premisa de que las patologías psiquiátricas en su conjunto son de carácter crónico y/o con mal pronóstico. La evidencia dice lo contrario; las enfermedades psiquiátricas más comunes responden muy favorablemente al tratamiento -incluso mejor que en varias otras especialidades de la medicina- y un abordaje precoz puede incluso evitar la progresión y la recurrencia de los episodios.

Luego, la implementación del AUGE en las patologías de Depresión, Trastorno Bipolar y Primer Episodio Psicótico ha permitido mejorar las coberturas de tratamiento y el acceso a éste,  en especial para los usuarios del sector privado. De hecho, las tasas de uso del AUGE son casi el doble en el sistema ISAPRE (4,89 por cada mil afiliados) que en FONASA (2, 55 por cada mil afiliados). No obstante, hay un creciente grupo de pacientes, particularmente los más graves, que han ido perdiendo la posibilidad de acceder a tratamientos más complejos, ya sea por restricciones de las «canastas» que las instituciones privadas ofrecen o porque no cumplen los requisitos para acceder por el tiempo de evolución. Además, ha habido -tanto en el sistema privado como público- un creciente aumento de atenciones brindadas por médicos no especialistas, en muchos casos sin preparación específica para salud mental. Pese a ello, un usuario de la red pública deberá esperar en promedio 43,7 días para recibir atención por un psiquiatra, mientras en la red privada sólo 14,4 días.

A su vez, el sector público ha visto mermada su capacidad de atención de pacientes complejos por la falta de camas de internación psiquiátrica, muchas de las cuales no se repusieron posterior al terremoto de 2010. Esta situación es variable en distintas regiones del país, pero sólo en la Región Metropolitana podemos observar que parte importante de la población no tiene acceso a este tipo de atención especializada en sus hospitales de referencia.

Otro aspecto también que sigue sin abordarse es el de la atención de urgencia en patologías psiquiátricas. En la red pública esta prestación sólo se otorga formalmente en dos hospitales de la Región Metropolitana, con camas muy limitadas y evidentemente escasas para la demanda existente.

Tras lo anteriormente expuesto, una futura Ley de Salud Mental, actualmente en etapa de estudio por parte del Minsal, debiera contemplar tanto aspectos preventivos y de promoción de la salud como el abordaje especializado, fortaleciendo la red pública y facilitando el acceso a todos los chilenos a una atención oportuna, de calidad y digna en un área de salud como es la mental, que impacta en forma tan determinante a la calidad de vida de las personas.

Christian Arévalo
Psiquiatra Instituto Dr. José Horwitz – Docente Facultad de Medicina UDP
Magíster en Gestión

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