«La conformación de equipos duraderos amerita de líderes con visión y misión claras, con capacidad de conducción y hacer que los proyectos se concreten, y muy importantemente, con un compromiso hacia su equipo que le permita compartir los beneficios que serán alcanzados por el trabajo conjunto».
El trabajo en equipo se ha convertido en los últimos años en una competencia solicitada y deseable en casi todas las organizaciones, incluso en aquellas en que el trabajar colaborativamente con otros no es necesario ni es practicado realmente. Al igual que otros preceptos en la gestión de personas, existen ciertas “modas” que se transforman en buenas a priori, como el liderazgo o la comunicación efectiva, que se entienden como deseables y necesarias en todas partes para todos los cargos, sin embargo, esto no es realmente cierto.
Existen tipos de proyectos que generan o encabezan ciertos liderazgos, en que no sólo se vuelve vital el trabajo en equipo, sino que el propio equipo (sus miembros) cumple un rol fundamental, y es el caso de los proyectos de largo plazo, aquellos que propenden misiones o logros que no se podrán alcanzar en cortos periodos o incluso en una misma orgánica. En este momento es cuando pensamos en equipos competentes y leales, tanto a sus miembros como a un proyecto.
Cuando se revisan los resultados alcanzados por artistas de talla mundial, empresarios globales o personalidades que han llegado a lo más alto en su área de expertise, lo que veremos es un tremendo equipo compuesto por personas muy capaces, motivadas y comprometidas para lograr un propósito mayor y trascendente. Es ahí donde radica muchas veces el éxito de quienes se ven frente a la escena, pero que son la punta del iceberg en un proceso mucho mayor.
Trabajar con otras personas no es una labor sencilla, y conformar el equipo indicado tampoco lo es. Puede tomar años llegar a la configuración correcta de un equipo de trabajo que perdure en el tiempo, encontrando las personas que calcen a la medida de cada posición y que se vinculen de buena manera al resto de los integrantes. Por ello, el proceso de conformación requiere paciencia, dedicación y resistir la frustración de las personas que no serán las correctas y habrá que dejar.
¿Cuántos ejecutivos tienen un equipo de estas características?, la verdad, es que muy pocos, y por eso existe una gran diferencia entre los ejecutivos y quienes logran trascender un proyecto, porque las carreras largas requieren equipos sólidos y no llaneros solitarios. Caballo que sale primero llega cansado, y caballo que corre solo no dura dos carreras.
La conformación de equipos duraderos amerita de líderes con visión y misión claras, con capacidad de conducción y hacer que los proyectos se concreten, y muy importantemente, con un compromiso hacia su equipo que le permita compartir los beneficios que serán alcanzados por el trabajo conjunto.
Si estás en una carrera individual luchando por tu acenso y un aumento de sueldo, entonces no requieres probablemente un equipo de estas características, pero si buscas algo grande, incluso más grande que tú, entonces no habrá otra manera que rodeándose de gente extraordinaria, ojalá más capaces que tú mismo para construir un futuro que hasta ahora tan solo está en los sueños. ¿Estás preparado para el desafío?