Los países del mundo se están uniendo para enfrentar el principal desafío que la humanidad ha enfrentado en toda su existencia: el cambio climático y Chile no es la excepción. Por eso la Presidenta Bachelet anunció en la Naciones Unidas que nuestro país se compromete junto a otras 194 naciones del planeta, a reducir sus emisiones para lograr el objetivo de que la temperatura del planeta no aumente en más de dos grados –límite que indica la ciencia–.
La Contribución Nacional Tentativas de Chile (INDC, por sus siglas en inglés) de cara al acuerdo climático mundial París 2015 (COP21), indica que como país nos comprometemos a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en 30% al 2030 por medios propios y hasta un 45% sujeto a financiamiento internacional. Compromiso que es ambicioso ambientalmente y acorde a las prioridades de crecimiento y desarrollo del país.
Si bien Chile solo emite el 0,3% de los gases de efecto invernadero, es uno de los países más vulnerables a los efectos del cambio climático. Prueba de ello, han sido los incendios forestales, sequías o aluviones que hemos enfrentado en el último tiempo y que cada vez se hacen más frecuentes. No hacer frente a las consecuencias del cambio climático, por lo tanto, va a tener un impacto principalmente en la población más vulnerable del país.
El compromiso que Chile ha presentado al mundo, incentivará la descarbonización de nuestra economía, impulsando un crecimiento verde a través de la adopción de tecnologías limpias y renovables.
[cita]El compromiso que Chile ha presentado al mundo, incentivará la descarbonización de nuestra economía, impulsando un crecimiento verde a través de la adopción de tecnologías limpias y renovables.[/cita]
Para alcanzar la meta propuesta, las principales medidas que como nación nos comprometemos a adoptar son: un fuerte fomento en energías renovables no convencionales, tal cual lo establece la agenda de energía, a través de la promulgación y puesta en marcha de la Ley de eficiencia energética. Sumado al establecimiento y cumplimiento de la estrategia de descontaminación atmosférica que contempla 14 nuevos planes a lo largo de Chile al 2018 y, a los impuestos verdes, que apuntan a las emisiones contaminantes que producen los automóviles y la generación eléctrica. Y, por último, reforestando 100 mil hectáreas con bosque nativo.
Todas las medidas que vamos a adoptar, permitirán que por cada peso que invirtamos para hacer frente al cambio climático, ahorremos como país dos pesos de manera directa. Por ejemplo, Chile es un país que no produce combustibles fósiles, por tanto, toda reducción en el uso de combustibles como petróleo o carbón, significa un ahorro directo en nuestros costos energéticos tanto para las industrias como para los hogares.
Enfrentar el cambio climático no es solo responsabilidad de los gobiernos sino también de todos los ciudadanos del mundo. El cómo vivimos, consumimos, calefaccionamos o transportamos impacta en el medio ambiente, por lo tanto, el principal desafío ambiental de esta generación debe ser un esfuerzo de todos.
Con nuestro compromiso para el acuerdo climático estamos fijando claramente el tipo de desarrollo que queremos para Chile. Un crecimiento verde, bajo en carbono, que fomente tecnologías limpias y renovables y, que finalmente, permita que nuestros hijos puedan vivir mejor en un Chile del futuro.