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¿Y si el Papa Francisco tuviera razón?

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«Este Papa es inclasificable y todo el asunto demuestra que es inútil tratar de apropiarse de su figura para una agenda propia. Por supuesto, si el Papa criticaba la codicia o la dureza de corazón era fácil estar de acuerdo con él, pero vino el nombramiento de Mons. Barros como Obispo de Osorno y el desacuerdo llegó hasta la prensa extranjera».


“Él les dijo: ‘Un hombre de familia noble fue a un país lejano para recibir la investidura real y regresar en seguida … Pero sus conciudadanos lo odiaban y enviaron detrás de él una embajada encargada de decir: ‘No queremos que este sea nuestro rey’…” (Lc, 19: 12-14).
El nombramiento de Mons. Juan Barros como Obispo de Osorno y su posterior respaldo por el Papa Francisco siguen dando que hablar. Es curioso el revés de la fortuna: quienes habían aclamado a Francisco como un Papa distinto, “profético”, que estaba cambiando la Iglesia, ahora han llegado hasta preguntase si el Papa es tonto y a declarar que Francisco no es más que otro conservador.
Este Papa es inclasificable y todo el asunto demuestra que es inútil tratar de apropiarse de su figura para una agenda propia. Por supuesto, si el Papa criticaba la codicia o la dureza de corazón era fácil estar de acuerdo con él, pero vino el nombramiento de Mons. Barros como Obispo de Osorno y el desacuerdo llegó hasta la prensa extranjera.
Sin embargo el Papa se negó a retirar el nombramiento pese a las presiones. Se agrió la relación, los que estaban tan entusiasmados con Francisco empezaron a decir cosas como que el Papa debiera escuchar a la gente (¿pero no era este un Papa especialmente cercano?), que los poderes fácticos todavía gobernaban en el Vaticano (¿pero no era este un Papa que clamaba con voz de profeta sin miedo a los poderosos?) y por el estilo. Sin duda que es más agradable que el Papa esté de acuerdo las propias sensibilidades a tener que acatar la autoridad petrina.

Al final vino la guinda de la torta, que todavía tiene crispados los ánimos de algunos osorninos y de más de algún Santiaguino (que es lo que realmente importa). El Papa Francisco mandó a decir a la gente de la diócesis de Osorno que no fueran tontos, que toda esta campaña contra el obispo Barros la han armado los zurdos. Fuertes palabras (ya casi nadie habla de los zurdos).

A esas palabras se respondió que el Papa le debía disculpas a los Osorninos, que había un pacto (tácito) entre el Papa y la Iglesia chilena para manejar la crisis, etc. Es natural, quien lo ve todo bajo el prisma de una lucha de poder no tiene muchas alternativas para entender la realidad.
Quizás lo que no se ha planteado es la explicación más sencilla de todas, a saber, que el Papa tiene razón: que la campaña contra el obispo Barros ha sido por los zurdos porque Mons. Juan Barros no es, como decirlo, zurdo. Por supuesto, eso es algo que los zurdos no pueden llegar a reconocer.
Mientras tanto, el obispo de Osorno, nombrado y ratificado por el Papa Francisco, sigue siendo insultado e increpado por las calles de su diócesis. Es que el odio, de quienes se han auto-eregido como voceros de un pueblo, no descansa, lo que hace a la explicación del Papa más creíble que cualquier otra.
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