La crisis de desconfianza generalizada hacia todas las instituciones, incluidas la Iglesia, Parlamento, Gobierno y Empresariado –agravada por un nuevo capítulo de la colusión, esta vez de las “servilletas”, que como bien tituló un vespertino, se ha convertido en un verdadero “papelón”–, puede traernos más de una sorpresa en los próximos comicios electorales, especialmente en las municipales 2016 y las parlamentarias 2017.
El alto interés que despertó en la prensa chilena la estrecha disputa entre Scioli y Macri en la primera vuelta de las elecciones presidenciales argentinas, dejó en un plano noticioso secundario el amplio triunfo (67.43%) que obtuvo James Ernesto Morales en Guatemala. El Presidente electo, el comediante y actor de la televisión local, conocido como Jimmy, logró imponerse gracias a su dura campaña contra la clase política y la corrupción. Nada más gráfico que su eslogan: “Ni ladrón ni corrupto”. Sin programa ni propuestas políticas, solo sustentado en la crítica y con una que otra oferta populista, logró conquistar a su electorado con el movimiento “Primavera del descontento”.
Pese al currículum de Jimmy, su elección no es un chiste. Lo que representa es el cansancio, la rabia y molestia acumulada en el país centroamericano. El pueblo de Guatemala entregó una fuerte y a la vez peligrosa señal. No quiero parecer alarmista, pero hoy en Chile todos los estudios coinciden en las cifras: un 3% evalúa positivamente a “los políticos”, un 9% simpatiza con la Alianza (hoy Chile Avanza) y un 16% con la Nueva Mayoría; un 13% aprueba la labor del Senado y un 11% la de la Cámara de Diputados. Datos preocupantes, más aún si la tendencia es claramente a la baja.
La crisis de desconfianza generalizada hacia todas las instituciones, incluidas la Iglesia, Parlamento, Gobierno y Empresariado –agravada por un nuevo capítulo de la colusión, esta vez de las “servilletas”, que como bien tituló un vespertino, se ha convertido en un verdadero “papelón”–, puede traernos más de una sorpresa en los próximos comicios electorales, especialmente en las municipales 2016 y las parlamentarias 2017. ¿Por qué?, principalmente porque tendremos un sistema electoral que permitirá el ingreso de distintos grupos y actores que representarán intereses diversos y específicos: ambientalistas, regionalistas, minorías étnicas, sexuales y culturales, entre otros. Esta es una buena noticia porque permitirá abrir una válvula y descomprimir la tensión acumulada en la política chilena antes que se produzca una explosión, como la que encarna James Ernesto Morales.
[cita tipo= «destaque»]Es cierto que aún estamos lejos de lo ocurrido en Guatemala, pero debemos estar atentos porque hay algunas señales que nos deberían poner en alerta como ciudadanía, pero especialmente es un llamado de atención a nuestras elites que suelen sorprenderse y quedar si repertorio conductual cuando ocurren fenómenos sociales frente a los cuales no tienen la capacidad de interpretar y entender.[/cita]
En materia presidencial, la encuesta CERC-Mori de octubre parece marcar una dinámica distinta. Los tres personajes que se mantienen con mayores posibilidades son ME-O, Piñera y Lagos. Pero, ojo, que los niveles de adhesión todavía son bastante bajos. Frente a la pregunta abierta ¿Quién la gustaría que fuera Presidente?, Sebastián Piñera y Marco Enríquez-Ominami alcanzan un 11% cada uno y les sigue el PS Ricardo Lagos Escobar con un 8%. La novedad del sondeo es que por primera vez en estos años este último vuelve a aparecer e, incluso, obtiene la tercera ubicación en la categoría “políticos con más futuro”, algo bastante paradójico si consideramos la edad del ex Mandatario.
¿Qué nos están indicando estos datos? Que frente a la desconfianza y la incertidumbre los chilenos parecen buscar liderazgos consolidados y fuertes, especialmente en el caso de Lagos y en cierta medida Piñera. Yo creo que esta encuesta no alcanza a reflejar el giro que ha tenido la investigación que involucra al ex candidato presidencial y los aportes irregulares que le habría entregado SQM a través de un asesor. De hecho, ME-O no se presentó a declarar en su calidad de imputado el día 22 de octubre, argumentado que se encontraba fuera del país, situación de privilegio que no goza el ciudadano común. En la medida que avance el caso, es probable que el impacto en la percepción de las personas tenga efectos negativos para el representante del PRO.
Es cierto que aún estamos lejos de lo ocurrido en Guatemala, pero debemos estar atentos porque hay algunas señales que nos deberían poner en alerta como ciudadanía, pero especialmente es un llamado de atención a nuestras elites que suelen sorprenderse y quedar si repertorio conductual cuando ocurren fenómenos sociales frente a los cuales no tienen la capacidad de interpretar y entender. Sin ir más lejos, esta es la primera vez que espontáneamente los consumidores dejan de comprar las marcas asociadas a CMPC y SCA, pese a que juntas tienen casi el 90% del mercado. En el caso de las farmacias, las personas resignadamente siguieron como clientes de las cadenas involucradas, mál que mal las alternativas eran muy escasas.
Pero, para tranquilidad a nuestra clase política y empresarial, nuestro comediante Stefan Kramer no es candidato a alcalde, ni a parlamentario, ni tampoco a Presidente. Por ahora.