Ha evitado la polémica. Cero ataque a la alcaldesa actual (“he tomado la decisión de no hablar de la gestión de Josefa Errázuriz”) y esquivando los temas candentes (“no le voy a devolver el nombre 11 de Septiembre a Nueva Providencia”; “no voy a asistir al homenaje a Pinochet”). También ha intentado no ser encasillada en la categoría “política”, catalogando a la actividad, a la que ha dedicado 25 años en distintos cargos, como “esa cosa latera”.
El 5 de marzo de 2014, Evelyn Matthei volvía a aparecer en los medios de comunicación después de un par de meses de ausencia total, luego de perder las elecciones presidenciales de 2013. Pero esta vez no sería en una actividad política. La egresada de economía –no se tituló, porque, según declaró en su momento, le robaron la tesis de grado–, ex diputada, ex senadora y ex ministra asumía un desafío que la tenía motivada desde hacía un par de años: ser profesora de Matemática en un establecimiento “vulnerable”. A las 7.30 a. m., y ante la mirada incrédula de profesores y alumnos, ingresaba al Colegio José Agustín Alfonso, integrante de las conocidas escuelas que lidera Patricia Matte, del clan del mismo apellido, en la comuna Pedro Aguirre Cerda. Esa misma tarde, una tranquila y alegre Evelyn le confesaba a La Segunda que se alejaba de la arena política y se retiraba al mundo privado, para darles paso a “las nuevas generaciones”.
De allí en adelante no se supo más de la profesora hasta noviembre del mismo año, en que, de manera intempestiva, la ex candidata volvía a hacer gala de su estilo confrontacional, directo y duro tono, declarando en un medio escrito que quería ser candidata por Santiago, estando segura de que le ganaría “fácil” a Carolina Tohá. De paso, regresaba a la carga contra la Presidenta Bachelet, sentenciando que “nos estamos yendo al despeñadero”. Fin del capítulo como docente de niños en riesgo. Fin del retiro para abrir paso a las nuevas generaciones.
Y nuevamente al anonimato, al silencio, a la vida privada, solo interrumpida por esporádicas apariciones –concentradas en abril de 2015–, cuyo objetivo fue el polémico hijo de la Jefa de Estado. “Dávalos es un poco hombre”, declaró, y luego se dirigió a la Mandataria: “Ya no puede decir que es una persona honesta”. No existe información pública de qué estuvo haciendo desde esa fecha hasta agosto de este año –a lo mejor hizo clases, pero ningún medio cubrió la noticia–. Lo cierto es que, de la misma forma en que se sumergió, reapareció dando entrevistas en varios medios en forma casi simultánea y todas con el mismo foco: una durísima crítica a Michelle Bachelet.
De hecho, hizo recordar los momentos en que sus frases provocaban la irritación de moros y cristianos y, por supuesto, evocó el lenguaje suelto –muchas veces subido de tono– con que enfrentó a la actual Mandataria en la campaña presidencial. “Uno no sabe dónde está, qué hace, qué decide”, “no tiene liderazgo”, “su Gobierno es un desastre, no puede estar haciéndolo peor”, “Bachelet transmite amargura y dureza”, “Bachelet no tiene las capacidades para tener un Gobierno coherente”. Para rematar, anunció una querella contra la Jefa de Estado por los atentados en La Araucanía (¿qué habrá pasado con esa demanda?). Fin del capítulo explosivo. Fin de los días de furia contra la Presidenta.
[cita tipo= «destaque»]La ex candidata y su equipo tomaron conciencia de que sus arrebatos y lenguaje no le ayudaron en la campaña presidencial previa –salvo para afirmar a su grupo más duro–, pero seguramente también revisaron con detención la disputa Labbé-Errázuriz en 2012. Los electores rechazaron la agresividad del ex militar, el que llegó a tratar despectivamente a su contrincante de “dueña de casa”. Evelyn no quiere repetir los errores de Cristián Labbé y en su nuevo “retorno” lo está –por el momento– demostrando.[/cita]
Tres meses después, se repetiría el ciclo. Evelyn aparecería en múltiples entrevistas televisivas y escritas –incluyendo página completa en el Cuerpo D de El Mercurio–. Esta vez para anunciar con bombos y platillos que había decidido ser candidata a alcaldesa por Providencia. Pero a diferencia de sus regresos previos, la ex senadora estaba distinta. Tranquila, mesurada, sonriente, calmada, ponderada, cauta. “Políticamente correcta”, una de las figuras más “políticamente incorrectas”.
¿Qué te pasó Evelyn en estos meses de retiro? Todos podemos cambiar, es cierto, pero uno no pierde su esencia, el estilo y tampoco cambia sus rasgos de personalidad. Al menos no en tres meses. A lo mejor fue un período de profunda introspección y evaluación. Puede ser, mal que mal, una persona de su trayectoria y experiencia tiene momentos en la vida en que se rebela contra sí misma y decide proyectar una imagen distinta. Ojalá esta fuera la causa del cambio tan radical.
Pero es imposible no pensar que esta nueva Evelyn responde más bien a una estrategia comunicacional de precampaña. Creo que la ex candidata y su equipo tomaron conciencia de que sus arrebatos y lenguaje no le ayudaron en la campaña presidencial previa –salvo para afirmar a su grupo más duro–, pero seguramente también revisaron con detención la disputa Labbé-Errázuriz en 2012. Los electores rechazaron la agresividad del ex militar, el que llegó a tratar despectivamente a su contrincante de “dueña de casa”. Evelyn no quiere repetir los errores de Cristián Labbé y en su nuevo “retorno” lo está –por el momento– demostrando.
Ha evitado la polémica. Cero ataque a la alcaldesa actual (“he tomado la decisión de no hablar de la gestión de Josefa Errázuriz”) y esquivando los temas candentes (“no le voy a devolver el nombre 11 de Septiembre a Nueva Providencia”; “no voy a asistir al homenaje a Pinochet”). También ha intentado no ser encasillada en la categoría “política”, catalogando a la actividad, a la que ha dedicado 25 años en distintos cargos, como “esa cosa latera”.
No cabe duda que Matthei es una mujer valiente y frontal. De hecho, señaló que no ponía condiciones para ser candidata y que respetaría las reglas del juego sometiéndose a primarias. Eso habla bien de ella. Sin embargo, veremos cuánto le dura esta nueva faceta que, de acuerdo a su historia, suele ser “interrumpida” por cíclicos períodos en que, en buen chileno, se le “escapa la moto”.
Por suerte, Evelyn, no cumpliste tu promesa de abandonar la política y dar paso a las nuevas generaciones, eso permitirá que Providencia sea uno de los puntos más mediáticos y atractivos del país en las próximas elecciones municipales.