Sin ciencia se hipoteca el futuro de Chile
La formación del talento especializado en un país, con aspiraciones de concretar su inserción efectiva en la sociedad del conocimiento, es un factor indispensable para un desarrollo científico, económico y social, de bases sólidas y duraderas.
Recientemente, se ha generado una interesante discusión en torno a la institucionalidad de las ciencias y tecnologías en nuestro país. Al respecto, es necesario que la clase política tome consciencia del valor de la ciencia como motor de cambio, lo que trae consigo la urgencia de apoyar su desarrollo, permitiéndole crecer, madurar, innovar e impactar la economía del país. De esta forma, creemos que para construir un futuro auspicioso, es necesario dejar de realizar estudios e informes, y decidirse a invertir de forma seria y concreta en investigación, desarrollo e innovación (I+D+I). Solo de esta manera, lograremos superar definitivamente la característica que identifica a Chile como un productor de materias primas sin valor agregado.
Por tanto, ha llegado el momento de no debatir más y entregar una solución definitiva a este anhelo manifestado durante tantos años, por distintas generaciones de comunidades científicas de Arica a Punta Arenas. Al respecto, estamos seguros que los pilares que entregarán bases sólidas a esta institucionalidad, serán los investigadores, los estudiantes que les preceden, los asistentes de investigación y, en definitiva, todos quienes desde nuestras respectivas posiciones podamos decir de manera enfática que la institucionalidad de la ciencia en nuestro país es urgente y que sin ciencia se hipoteca el futuro de Chile.
[cita tipo=»destaque»]El gobierno actual tiene en sus manos evitar esta condena al desastre que, sin duda está, ocurriendo ahora. Es el momento de hacer historia creando el Ministerio de Ciencias y, de esa forma, invertir en el futuro de Chile.[/cita]
Sin embargo, este anhelo no es nuevo. Fue previsto hace mucho tiempo por el destacado astrónomo Carl Sagan, quien señaló: “Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología, y en la que nadie sabe de estos temas. Ello constituye una fórmula segura para el desastre”.
El gobierno actual tiene en sus manos evitar esta condena al desastre que, sin duda está, ocurriendo ahora. Es el momento de hacer historia creando el Ministerio de Ciencias y, de esa forma, invertir en el futuro de Chile. Ciertamente las nuevas generaciones estarán muy agradecidas.
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