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El nuevo programa de la Nueva Mayoría

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José Orellana Yáñez
Por : José Orellana Yáñez Doctor en Estudios Americanos Instituto IDEA-USACH, Magister en Ciencia Política de la Universidad de Chile, Geógrafo y Licenciado en Geografía por la PUC de Chile. Académico de la Carrera de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Academia Humanismo Cristiano
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El desafío de la misma es formalizar una Nueva Moral Pública Republicana es dar paso a un imaginario cuestionador y posibilitador, fundandada desde abajo y, por defecto, descentralizada política y territorialmente, con los más altos estándares de probidad y transparencia pública.


Bajo la premisa que integrar desde las visiones democratacristianas a las comunistas, serviría para gestionar una Nueva Cultura Política que aspira al logro de una Nueva Moral Pública Republicana en la Sociedad Nacional en general y sistema político en particular, es que se hace importante reflexionar sobre la ‘idea – instrumento’ de ‘Programa Político’.

Junto con los aciertos y errores de su implementación, lo que queda claro es que el Programa Político debe entenderse como un instrumento que, como nunca durante todos estos años de democracia, se instaló como una referencia significativa y obligada a la hora del alineamiento de las fuerzas políticas del oficialismo, la oposición formal y los poderes fácticos que siempre se encuentran complejizando al sistema político. En resumen, el programa sí importa!

Es más, a nivel de hipótesis, se podría plantear que es una de las mayores explicaciones para los casos de SOQUIMICH, CAVAL, PENTA, PRECAMPAÑAS y otros hechos que aún no se conocen. La ejecución del programa vino a remecer el sistema político, el cual genera y logra medidas de ‘control de daños’ para darle gobernabilidad política al sistema. Importa que la gobernabilidad se nutra de un estándar mucho más probo y transparente que el que se ha conocido. Ello, se supone, debiese ser asegurado por las reformas aprobadas y el Proceso Constituyente en marcha.

Si eso es así, pareciera ser plausible que este arreglo político electoral que se ha denominado Nueva Mayoría, realice la evaluación correcta de lo que implicó su comportamiento electoral primero y, político después, para proyectar ajustes en los diagnósticos y nuevas medidas para enfrentar las próximas elecciones municipales, regionales, parlamentarias y presidenciales, siendo el Programa Coalisional de la Nueva Mayoría, una vez más el eje de acción de las fuerzas políticas de la ‘centro – izquierda’.

Pareciera ser una evidencia que los ejes del nuevo programa, más allá de los pertinentes ajustes de diagnósticos, apunten a consolidar las reformas logradas, sobre todo las políticas de probidad y laboral, profundizando las que alienten a la concreción de una nueva Carta Fundamental lo más democrática posible.

El desafío de la misma es formalizar una Nueva Moral Pública Republicana que supere la vigente sentada en un paradigma de profundo consumismo alienante y funcional a las lógicas mercantiles más descarnadas y hegemonizante, donde la pobreza encubierta, el convencimiento de muchas y muchos de pertenecer a una clase media que no es y un cuidado del medio ambiente espurio, entre otros varios aspectos, den paso a un imaginario cuestionador y posibilitador de esta nueva moral, fundamentalmente desde abajo y, por defecto, descentralizado política y territorialmente, con los más altos estándares de probidad y transparencia pública.

El diseño del nuevo programa coalisional tiene más desafíos que el que está en ejercicio, aunque sea de continuidad. El nuevo programa a lograr, cuenta con una riqueza que no tuvo el vigente, la que se logró y logra por medio del ‘ensayo – error’, cuestión que le debería ofrecer ¿más certidumbre?.

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