«Aún es pronto para dar señales de cambio de tendencia en el crecimiento económico de nuestro país, para lo cual las políticas y medidas a tomar deberían ir necesariamente orientadas a generar mayor confianza en los distintos sectores productivos, de modo tal de ayudar a que nuevamente retomemos la senda de expansión de nuestra economía local».
El martes último el Banco Central de Chile liberó el dato de IMACEC de febrero 2016 para nuestro país, el que arrojó una expansión de 2,8%, contra un 2,4% aproximado esperado por el mercado. De este modo, la entidad justificó este incremento dada la mejora observada en los sectores de comercio, minería, y servicios.
Así, surge inmediatamente en nuestra mente la esperanza de que esto logre ser un punto de inflexión, para volver a retomar el ritmo de crecimiento que logre alcanzar un rango de 3,0%-4,0%, pero lamentablemente aún existen factores que darían cuenta de lo contrario.
Por una parte, y tal cual fue señalado en el informe emitido por el Central, el mes de febrero 2016 registró un día hábil más, lo que genera una clara ventaja a nivel estadístico, ayudando a que la variación del IMACEC sea mayor.
Por otro lado, para poder definir una cifra como potencial punto de inflexión, deberíamos mirar variables fundamentales que tengan una ponderación considerable a la hora de definir el crecimiento de nuestro país.
Así, entre estas destaca el mercado del cobre, que se ha mantenido en rangos que van desde 2,10-2,20 usd/lb en la Bolsa de Metales de Londres, lo que va de la mano con una China que no logra dar señales de mejora económica, acarreando consecuentemente las expectativas de demanda de commodities.
Paralelo a esto, las expectativas de los agentes en torno al desempeño macroeconómico mundial, aún se mantienen a la espera de que las políticas tanto monetarias como fiscales que han implementado diversos países (EEUU, Eurozona, entre otros) logren dar resultados y reavivar el optimismo de los distintos sectores.
Así, considero que aún es pronto para dar señales de cambio de tendencia en el crecimiento económico de nuestro país, para lo cual las políticas y medidas a tomar deberían ir necesariamente orientadas a generar mayor confianza en los distintos sectores productivos, de modo tal de ayudar a que nuevamente retomemos la senda de expansión de nuestra economía local.